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martes, 11 de febrero de 2014

NO SOMOS CAPACES DE PONER ORDEN EN NUESTRO PAÍS Y AHORA LO VAMOS A PONER EN CHINA

Jiang Zemin durante un discurso de Hu Jintao en noviembre 2012. 

China amenaza de forma velada a España por la orden de detención de Jiang Zemin

La portavoz de exteriores china considera que este incidente afectará a las relaciones bilaterales.

La orden internacional de detención contra cinco exlíderes chinos dictada el lunes por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha originado este martes una velada amenaza por parte de Pekín. La portavoz de Exteriores Hua Chunying ha afirmado que se trata de una “decisión errónea”, y que espera que España pueda gestionar el asunto “de forma apropiada”. “China está muy molesta y se opone firmemente a las acciones erróneas adoptadas por las instancias españolas, haciendo caso omiso de la posición de China”, ha declarado Hua en rueda de prensa, informa France Press. “Creo que este incidente está relacionado con el buen desarrollo de las relaciones bilaterales, así que esperamos que el Gobierno español pueda gestionar adecuadamente la cuestión y distinguir lo correcto de lo erróneo”.
La orden de detención incluye a Jiang Zemin, quien fue presidente de China entre 1993 y 2003; Li Peng, primer ministro de 1988 a 1998, y otros tres exdirigentes. Están acusados de genocidio, torturas y crímenes de lesa humanidad contra la población de la región autónoma de Tíbet en las décadas de 1980 y 1990, como consecuencia de una querella interpuesta en 2008 por el Comité de Apoyo al Tíbet y un monje tibetano de nacionalidad española.
La orden del magistrado ha incrementado la tensión entre los Gobiernos de España y China, en un contencioso que el gobernante Partido Popular (PP) español quiere desactivar cuanto antes. Pekín no se ha andado con miramientos. Ha presionado a Madrid para que ponga freno al proceso judicial, aunque Hua ha enfatizado este martes que China no interfiere en los asuntos internos de otros países y que no tiene nada que decir sobre cómo gestionan la cuestión las autoridades españolas.
Sin embargo, y aunque es muy poco probable que Jiang ni ninguno de los otros acusados lleguen a sentarse en el banquillo, Hua ha insistido en lo que el Gobierno chino califica habitualmente de ataques de grupos separatistas sobre Tíbet en el extranjero, y ha pedido a España que “vea a través de los intentos del grupo del (líder budista) Dalai Lama de dividir” China.
La prensa y los medios de comunicación del país asiático han pasado de puntillas sobre el asunto. Pekín no recoge y censura habitualmente las informaciones que tienen que ver con aspectos negativos de sus líderes. Webs relacionadas con Tíbet y las organizaciones de derechos humanos, así como las de algunos medios de comunicación extranjeros, incluidos The New York Times, la agencia Bloomberg o EL PAÍS, están bloqueadas, las últimas tres por haber informado sobre el enriquecimiento y la creación de empresas en paraísos fiscales por parte de miembros de las familias de dirigentes chinos. Pekín ha descrito en el pasado las investigaciones sobre sus exmandatarios como interferencia en sus asuntos internos y ha calificado las acusaciones de “pura invención”.
Pekín ha expresado su malestar por la causa judicial al embajador de España en China, Manuel Valencia, y ha esgrimido posibles represalias económicas en un momento en que España quiere profundizar las relaciones para atraer más inversiones chinas y reducir el abultado déficit comercial con el país asiático. Las exportaciones a China ascendieron a 3.765,8 millones de euros en 2012, un 11,09% más que el año anterior, mientras que las importaciones fueron de 17.631,3 millones, un 5,42% menos. La tasa de cobertura (relación entre exportaciones e importaciones) fue del 21,3% en 2012, frente a “un mínimo del 10,5% en 2008”, según datos de la embajada española en China. El intento de procesar a los exlíderes chinos también ha causado inquietud entre los empresarios españoles en China, que temen el efecto de las potenciales represalias sobre sus negocios.
COMENTARIO:
Lo que es relativamente obvio es que de este modo no vamos a conseguir nada: si 100 países ponen denuncias a 100 dictadores, ninguno se sienta en el banquillo... si en vez de eso se utilizan tribunales internacionales como el de La Haya o el de Estrasburgo, el resultado es que la unión hace la fuerza. En mi humilde opinión, habría que derivar el esfuerzo económico que se esté haciendo en Justicia Internacional a dichos tribunales, así como los casos que se planteen en España y sean más lógicamente abordables desde ahí. Si en España tardamos en ordenar la ejecución de una sentencia un par de años para los casos fáciles y 10 o 12 para los un poco complicados, en un caso como este, llevado por la Justicia española, podríamos tener una sentencia para dejársela al bisnieto de Jiang Zemin.

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