Preparación de las carcasas para lanzar las cenizas de los difuntos.
Ascender al cielo tras la muerte cuesta entre 500 y 800 euros.
La industria funeraria ha optado por seguir el dicho de “renovarse o morir” y cada año presenta novedades en un negocio que mueve millones y que también ha sufrido la crisis. En un mercado maduro, ofrecer funerales y entierros personalizados es esencial para sobrevivir y por eso una empresa de Valencia lanzó hace un mes un nuevo servicio: lanzamiento de cenizas con cohete. Si es de noche, con fuegos artificiales. Por entre 500 y 800 euros se pueden enviar al fallecido directamente al cielo en el lugar que se elija –incineración aparte-.
“Era algo que en Valencia ya se hacía, en algunos casos, aunque no de forma regulada, no se comercializaba. Pero hemos puesto en marcha este servicio porque existe una demanda”, afirma el gerente de la funeraria Más lápidas, Quique Mora. En el mes que lleva puesto en marcha este servicio han conseguido dos clientes y les han llamado varias personas interesadas, “alguna de Cantabria”, explica el responsable. En la región mediterránea es una tradición que ya se aplicaba a quienes trabajaban en empresas y servicios pirotécnicos, comentan desde Europlá, que es la encargada de lanzar la carcasa con las cenizas.
Con este nuevo servicio, “se hace realidad el sueño de convertir los restos mortales de cualquier persona en una carcasa que se dispara al cielo y estalla con un potente estruendo”, destacan en Más lápidas. La empresa cuenta con los permisos necesarios para hacer estos lanzamientos, con las restricciones que fija la ley, como por ejemplo parajes protegidos. Para llevarlo a cabo en vías u otros espacios públicos hay que solicitar el permiso del ayuntamiento y en una finca o terreno privado no existe ningún tipo de restricción.
Nuevos ritos y aplicaciones
Desde la funeraria comentan que el servicio de disparo de las cenizas “es tan sólo uno de los nuevos ritos funerarios que están proliferando en la actualidad, una original forma de despedida a la persona fallecida que tiene una gran aceptación en el Mediterráneo”. Y así es, los ritos funerales cada vez ofrecen mayor diversidad. Más lápidas presentó también en la feria del sector que se celebra en mayo las lápidas con códigos QR, una especie de código de barras que se puede leer con los smartphones para acceder a la biografía, fotos y vídeos en homenaje del fallecido. La primera lápida con un código QR la instalaron en el cementerio de Ribarroja, en Valencia. La web a la que redirige incluye la biografía del fallecido y la casa-cueva que éste restauró.
Los códigos QR no son la única aplicación tecnológica a la que acuden los servicios funerarios. Existen también funerales online, para que estén presentes los seres queridos que están lejos y no pueden viajar, y redes sociales para compartir los momentos de dolor tras la defunción de un familiar o amigo.
En España los servicios funerarios tienen un coste medio de 2.500 euros, según las estimaciones de la funeraria Mémora. Y hay más de 350.000 fallecimientos al año. Entre las novedades que se presentaron en la edición de 2013 de Funermostra destacan los cofres funerarios de plástico biodegradable o ataúdes ecológicos fabricados en cartón. Para la fabricación de este último ha conseguido la homologación RestGreen, empresa española que destaca que son un producto no sólo ecológico, sino “mucho más barato que cualquier ataúd convencional”. Sin embargo, la industria no ha acogido bien esta propuesta, denuncian: “Las funerarias no quieren comercializarlos, pese a que sí hay clientes finales que lo demandan, porque tendrían que aplicar un margen menor. Nosotros no estamos de acuerdo con los márgenes que se manejan con los ataúdes convencionales”.
COMENTARIO:
Ideal para ricos por aquello que dijo Jesucristo." Que era más difícil que un rico entrara en el cielo que un camello pasara por el ojo de una aguja. Ser rico es todo ventajas hasta para llegar al cielo. ¿cómo han cambiado los tiempos?
El tiempo vuela, al unísono de las carcasas de los muertos. ¡Lo que hay que ver!. La muerte se adapta rápidamente a las necesidades o excentricidades de los vivientes. Aquí ha nacido la CARCASA, en otros países también se adaptan a las conveniencias personales o ambientales. Por ejemplo: en las poblaciones más aisladas del Himalaya, se llega a abandonar los muertos en zonas de buitres. Sin comentarios.
Saludos
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