Un hombre mira en televisión a Kim Yong Jin (izq) y al líder norcoreano Kim Jong Un (dcha.), este miércoles en Corea del Sur.
Corea del Norte ejecuta a un alto cargo por sentarse de manera informal.
Kim Yong-jin era viceprimer ministro para Educación. Otros dos cargos del régimen han sido enviados temporalmente a campos de reeducación.
Corea del Norte ha ejecutado a su viceprimer ministro para Educación, Kim Yong-Jin, por mostrarse poco respetuoso en presencia del líder supremo del país, Kim Jong-un, según ha anunciado este miércoles Seúl. En una rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Unificación surcoreano, Jeong Joon-Hee, también ha asegurado que otros dos altos cargos del régimen fueron enviados temporalmente a campos de reeducación.
Kim, de 63 años, fue fusilado el pasado julio, acusado de ser “un agitador antirrevolucionario y antipartido”, según el Ministerio surcoreano. Su delito, según esta versión, fue haberse sentado bajo la tribuna en una postura demasiado relajada durante una sesión del Parlamento en la que intervenía el líder supremo.
El Ministerio no ha precisado cómo ha obtenido esta información, que no es posible corroborar por el momento dada la extrema opacidad con la que opera el régimen norcoreano. Seúl no siempre acierta a la hora de anunciar ejecuciones en su vecino del norte; a principios de este año anunció la muerte del exjefe de Estado Mayor norcoreano, Ri Yong-gil, que un mes después reapareció en público en un acto en Pyongyang.
Pero las ejecuciones no son algo raro en el régimen de Pyongyang. La agencia surcoreana Yonhap calcula en un centenar el número de funcionarios a los que Kim Jong-un ha ordenado dar muerte desde su llegada al poder en diciembre de 2011 como sucesor de su padre, Kim Jong-il. Entre ellos, el más destacado es su tío Jang Song-thaek, una de las figuras más influyentes durante el mandato de Kim Jong-Il pero al que su hijo que condenó a la pena capital en 2013 tras acusarlo de traidor.
El año pasado, según afirmaron entonces los servicios secretos surcoreanos, también fue ejecutado el ministro de Defensa, Hyon Jong-chol, a cañonazos.
Otros altos cargos también han sido objeto de represalias, aunque menos extremas. Según Seúl, Kim Yong-chol, encargado del espionaje hacia el sur y de las relaciones intercoreanas, fue enviado a una granja a mediados de julio a “reeducarse” después de haber mostrado una actitud “arrogante” y haber abusado de su poder.
Desde entonces ya se ha reincorporado a su puesto, algo que preocupa al Gobierno surcoreano. Según declaró un funcionario del Ministerio de Unificación a la agencia Yonhap, Seúl teme que tras su rehabilitación “se sienta más inclinado a demostrar su lealtad. El Gobierno (surcoreano) sigue de cerca la situación ante la posibilidad de que Corea del Norte muestre una actitud más dura contra Corea del Sur”.
El anuncio de Seúl llega apenas unas semanas después de que se diera a conocer la deserción del “número dos” de la Embajada norcoreana en Londres, Thae Yong-ho, huido a Corea del Sur junto a su esposa y dos hijos. Según el gobierno surcoreano, Thae escapó debido a su desagrado hacia el régimen y en busca de un futuro mejor para su familia.
UN PAIS DONDE LA VIDA DE LOS CIUDADANOS NO VALE NADA PARA EL PRESIDENTE.
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