El 'landismo' se acabó hace mucho tiempo. O eso creemos. Algunos extranjeros todavía nos siguen viendo así
España: todavía patriarcal, zalamera, impuntual y pendiente de la siesta.
Un estudio sobre extranjeros que viven en nuestro país nos recuerda que algunos tópicos son difíciles de desterrar.
España sigue siendo el país de la siesta. Los españoles somos impuntuales, podemos ser bruscos, la burocracia alarga mucho los trámites y vivimos en una sociedad patriarcal en la que la adaptación puede ser difícil para las mujeres que emigren dentro de nuestras fronteras. Ah, y a los hombres les encanta piropear a las mujeres. Así se desprende de un estudio publicado por el banco HSBC Expat sobre las condiciones de los expatriados (personas que viven fuera de su patria) en diversos puntos del globo.
La valoración de los extranjeros que viven en España es muy desigual. Ocupamos el puesto 42 en cuanto a los criterios económicos, el siete a nivel familiar y el segundo si se tiene en cuenta la calidad de vida y las relaciones personales. En el cómputo general estamos en el puesto 16 por detrás de otros países europeos como República Checa -cuarto-, Suiza -quinto-, Noruega -sexto- o Alemania -décimo-. El país más atractivo para los expatriados es Singapur, seguido de Nueva Zelanda y Canadá.
Pero en la que sacamos la mejor puntuación, solo superados por Nueva Zelanda, es en el estilo de vida
Para hacer esta valoración la encuesta ha preguntado a 26.871 extranjeros que viven en 190 países. Sobre las cuestiones económicas han evaluado las finanzas personales, la economía local y su vida laboral. Según la guía de países (en inglés) que elaboran con los datos obtenidos, “España se vio fuertemente afectada por la crisis financiera mundial hace unos años, pero la situación está mejorando constantemente”. Aunque apunta: “Las tasas de desempleo siguen siendo altas y los empleos son difíciles de conseguir”.
Con todos los datos hacen un retrato de la cultura de negocios española, asegurando: “La condición social y la personalidad a menudo tienen tanto peso como las habilidades y la experiencia de un individuo”. Y añaden: “Los españoles prefieren hacer negocios con personas que conocen y en las que confían”.
En el ámbito familiar, el estudio tiene en cuenta las relaciones sociales, la educación y el cuidado de los niños, así como la adaptación de estos. En este apartado, España mejora su puntuación colocándose en la séptima posición en la que destaca la educación pública, el buen sistema de salud público -aunque señalan los “largos tiempos de espera”-, y la amplia red de transporte público. Eso sí, puntualiza que, si se vive en el centro de una ciudad, “el aparcamiento es un problema”.
Pero en la que sacamos la mejor puntuación, solo superados por Nueva Zelanda, es en el estilo de vida. En este apartado las preguntas se centran en la calidad de vida y la facilidad para la integración y para establecer relaciones. Y es ahí donde España saca pecho. Casi tres de cada cuatro expatriados (un 73 %) asegura haberse integrado -y disfrutado con ello- en la cultura española. Destacan la cocina mediterránea, el flamenco, la arquitectura, el arte y el clima, aunque advierten que lleva su tiempo “acostumbrarse a la lentitud de la vida en España”.
Qué pasa con los tópicos
Con todos estos datos proporcionados por los expatriados consultados se realiza una guía general en la que España conserva cada uno de sus tópicos. Hay un apartado específico, bajo un epígrafe sobre cambios culturales, sobre la siesta que, según afirman, disfrutamos entre las 14.00 y las 17.00 horas. Matizan, eso sí: “Esta práctica está empezando a desaparecer en algunas ciudades, pero todavía es común en suburbios y localidades pequeñas”. Se asegura también que los españoles no le damos mucha importancia a la puntualidad y que podemos ser algo abruptos aunque no estamos siendo groseros si no decimos "por favor" y "gracias".
En cuanto a la burocracia, señalan: “Puede causar retrasos largos, sobre todo cuando las leyes locales y la cultura difieren de una región a otra”. Además, califican a España como un país “tradicionalmente patriarcal” en el que “las mujeres pueden tener dificultades para adaptarse”. Y los hombres son zalameros: los piropos son “algo así como un pasatiempo nacional para muchos grupos de hombres, especialmente en zonas rurales".
SOMOS INTELIGENTES ,TRABAJADORES PERO MUY ENVIDIOSOS Y NADA SOLIDARIOS ENTRE LOS PUEBLOS Y AUTONOMÍAS O REGIONES.
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