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martes, 8 de septiembre de 2015

¿ALGUIEN SABE QUÉ QUIERE PODEMOS A ESTAS ALTURAS?

Foto: Pablo Iglesias junto a Iñigo Errejón en una conferencia en Madrid. (Reuters)

EL PUÑO MANCHADO

Podemos sigue 'lavando' su programa: ni renta básica universal ni jubilación a los 60

La universalidad de la renta básica está descartada por el partido, al menos a corto plazo, y en su lugar se promoverá una renta garantizada para todos los hogares sin ingresos o bajos ingresos.
La propuesta estrella de una renta básica universal con la que Podemos se coló en la agenda pública antes de las elecciones europeas volverá a desaparecer del programa para las generales, al igual que ya ocurrió en el autonómico. A cambio, el equipo de programa que dirige Carolina Bescansa, y cuyo coordinador económico es Nacho Álvarez, apuesta por una “renta garantizada” para todos aquellos hogares sin ingresos, o con bajos ingresos, modulada en función del número de personas del hogar. Una medida similar al Ingreso Mínimo Vital anunciado por Pedro Sánchez, pero con la pretensión de doblar el número de beneficiados: de los 1,8 millones previstos por el candidato socialista a más de tres, lo que supondría un coste estimado del orden de los 12.000 millones de euros al año.
El objetivo pasa por extender el modelo actualmente vigente en el País Vasco y Navarra al conjunto del estado, posibilitando que toda la población se sitúe por encima del umbral de la pobreza (por lo que su cuantía debería ser equiparable a la del Salario Mínimo Interprofesional). Este Plan de Renta Garantizada se complementaría con otros tipos de cobertura, como de los suministros básicos o de atención a situaciones de emergencia social y podrá ser compatible con otro tipo de ingresos salariales.
La universalidad de la renta básica, como se defendía en un principio, ya está totalmente descartada por el partido, al menos durante la primera legislatura. Su hipotética implantación se limitaría a un objetivo a “largo plazo”, atendiendo tanto a la disponibilidad presupuestaria como al desarrollo de medidas para que no se vean castigadas las clases medias-bajas y medias por la subida de impuestos.
Carolina Bescansa, junto a los responsables de Economía, Nacho Álvarez (i), y Participación, Miguel Ardanuy (2-i), y Rafa Mayoral. (EFE)
Carolina Bescansa, junto a los responsables de Economía, Nacho Álvarez (i), y Participación, Miguel Ardanuy (2-i), y Rafa Mayoral.
Los expertos económicos de la formación consideran que una renta universal no sería financiable sin una subida del IRPF muy acusada (con un tipo único del IRPF del 46% para todos los niveles de renta), por lo que perdería su voluntad redistributiva. “Muchos ciudadanos por encima del umbral de la pobreza saldrían beneficiados, a costa de perjudicar a muchos otros ciudadanos con rentas medias-bajas y medias, no sólo a los más ricos”, según alegan.

El borrador final, antes de octubre

El programa con el que Podemos se presentará a las elecciones generales deberá estar listo antes de que remate el mes de septiembre, según las previsiones del partido. Actualmente, su elaboración se encuentra en fase deliberativa abierta a toda la ciudadanía, de manera que todo el mundo puede presentar sus propias propuestas. Aquellas que más apoyos reciban serán valoradas por los responsables del área programática en el que se encuadre. Las mejores serán sometidas a una votación, que se celebrará a finales de este mes, para incluirlas en el programa definitivo.
Entre las medidas que más apoyos están teniendo, sin embargo, se encuentra la “renta básica ciudadana incondicional”, cuyos promotores defienden por ser “financiable, sostenible y sensible a las intenciones políticas de Podemos”. Su diferencia con la renta universal radica en que “solo alcanza a la ciudadanía y no a aquellas personas que sin ser nacionales entran ilegalmente o haciéndolo legalmente residen de manera temporal”. A la espera de que se produzcan los debates digitales con los responsables de cada área, la propuesta impulsada por el círculo de renta básica ha sido contestada por los miembros del equipo económico capitaneado por Nacho Álvarez.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias. (Reuters)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias.
La eliminación de las diputaciones provinciales, la implantación del uso del software libre en la administración pública, el impulso de la investigación científica y tecnológica como motor de desarrollo económico e industrial, la revisión de las inmatriculaciones de la Iglesia o la derogación de las reformas del PP en el sistema universitario son otras de las propuestas que más apoyo han recibido por parte de los militantes y simpatizantes del partido. A la espera de que sean valoradas por los responsables de cada área, y posteriormente se sometan a votación, también ha pasado el primer filtro la recuperación de la edad de jubilación a los 65 años, evitando las prejubilaciones injustificadas y facilitando la jubilación parcial o el mantenimiento de la vida laboral más allá de los 65 de forma voluntaria para el que lo desee.
En un principio, la formación morada defendía una rebaja de la jubilación a los 60 años, concibiendo esta propuesta como un mecanismo para “redistribuir equitativamente el trabajo y la riqueza”. Sin embargo, en la propuesta económica de Juan Torres y Vincenç Navarro, presentada a finales del pasado año, ya se pasó de reducir la edad de jubilación a “restablecerla” a los 65 años, “con carácter general pero flexibilizando dicho criterio en función de la naturaleza del trabajo realizado”.
COMENTARIO:
¿Lavando su programa? ¿Desdiciéndose? Que ingenuidad. Podemos está siguiendo paso a paso lo indicado en el Manifiesto Comunista escrito a finales de 1800 y que podéis encontrar hoy como texto de referencia en la web del PCE. Lo único que están haciendo es simplemente llegar al poder, y para ello dirán lo que sea necesario. Si alguien tiene alguna duda transcribo el texto del Manifiesto:
“Ya dejamos dicho que el primer paso de la revolución obrera será la exaltación del proletariado al Poder, la conquista de la democracia. El proletariado se valdrá del Poder para ir despojando paulatinamente a la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energías productivas. Claro está que, al principio, esto sólo podrá llevarse a cabo mediante una acción despótica sobre la propiedad y el régimen burgués de producción, por medio de medidas que, aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor.

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