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sábado, 10 de mayo de 2014

ESPAÑA TIERRA DE CORRUPTOS AFORADOS 10.003

En España hay 10.000 aforados, en Francia 21, y en Alemania ninguno
 
Chaves y Griñán
Son varias las voces que han cargado en las últimas semanas contra el excesivo número de personas que cuentan con privilegios judiciales en nuestro país. Una cifra récord en Europa.
Mientras que en países como Alemania, Reino Unido o EE.UU. los políticos y cargos públicos son juzgados por los mismos tribunales que al resto de ciudadanos de a pie, en España 10.000 personas gozan de un rango especial. Del total de aforados, 2.300 son políticos, y la mitad de ellos diputados autonómicos. No en vano, existen distintos grados de aforamiento, siendo los políticos los que cuentan con mayor protección: nunca podrán pasar por un tribunal ordinario mientras estén en el cargo.
Una situación muy alejada del panorama de Portugal e Italia donde sólo tiene esta protección judicial el presidente de la República. O de Francia, donde gozan de ésta el presidente, el primer ministro y su Gobierno. Pero especialmente representativo es el caso alemán, con cero personas aforadas, y capaz de sentar al expresidente Christian Wulff en el banquillo de un tribunal de Hannover por cohecho en 2012. Y finalmente fue la sentencia de ese tribunal ordinario la que forzó la dimisión del entonces presidente de Alemania.
La condición de aforado persigue dos objetivos: por un lado, que la labor de los altos cargos no sea lastrada por maniobras políticas; y por otro, que los tribunales ordinarios no sufran presiones al juzgar a poderosos. Se trata de una serie de privilegios procesales-penales que en otras legislaciones están contemplados dentro de la inmunidad parlamentaria, pero sin ser trasladable a otros grupos como jueces y funcionarios públicos. Salvo en los países anglosajones, la inmunidad parlamentaria es una figura relativamente universal.
Por ejemplo, en Francia existe la inmunidad parlamentaria para diputados, senadores y eurodiputados (999 personas), pero, una vez que la revoca la mesa de sus cámaras, son juzgados en tribunales ordinarios. Los únicos que pueden ser considerados aforados, tal y como se entiende en España, son los 21 miembros del Gobierno francés y el presidente de la República, quienes son juzgados por un tribunal especial. Al contrario, en nuestro país, todos los diputados y senadores cuentan con estos privilegios y sólo pueden ser detenidos en caso de flagrante delito y bajo orden del Tribunal Supremo. Además, para poder ser inculpados o procesados se requiere de la correspondiente autorización del Parlamento.
Si cruzamos el charco, la legislación de EE.UU. lleva al límite la idea británica de estricta igualdad legal. Desde el presidente hasta el último juez, todos son procesados por tribunales ordinarios. No obstante, nunca ha habido procesos penales contra un presidente, puesto que Richard Nixon dimitió antes de que se materializara la acusación de obstrucción a la justicia en la investigación del escándalo Watergate.
COMENTARIO:
Todo es un paripé, eso de juzgar corruptos, porque siempre, salen por la puerta "giratoria" de la justicia. Y si alguien queda, lo es para salvar a unos peces mas grandes aún. Por eso, no pienso votar.
Fuera coñas, tiene su lógica, la clase política se protege antes de meter la mano en el dinero de todos, por lo menos para poner las cosas más difíciles a la justicia (perdón, es que no puede decir justicia sin reirrme.... perdón) para evitar lo que debería pasar y es entrar en prisión y quedarse allí como unos 15 añitos, que cuando se roba dinero público, y más hoy en día, es condenar a muchos necesitados a la NADA.
Y todo eso a la justicia (perdón, perdón, es que no me puedo aguantar la risa) le debería dar vergüenza, el ser el escudo de políticos y sindicalistas.

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