La mayoría no sabe qué candidatos se presentan, ni cuáles son sus programas, y muchos de ellos no conocen la fecha de las elecciones. Sin embargo, pertenecen a la generación que ha crecido toda su vida bajo el amparo de la Unión Europea y el 25 de mayo votan por primera vez en sus comicios. Ni siquiera la novedad de votar o las nuevas competencias dadas al Parlamento parecen alicientes suficientes para que los jóvenes acudan a las urnas. Según los últimos sondeos, la mayor parte de los ciudadanos entre 18 y 24 años se debaten estos días entre el voto indeciso y la abstención.
No obstante, y paradójicamente, el euroescepticismo no parece calar en las nuevas generaciones de españoles. Pese a no conocer en profundidad sus instituciones, la mayoría de los jóvenes se reconocen europeístas. Hasta el 62,2 por ciento de ellos afirma estar a favor de la Unión Europea, según la última encuesta del CIS.
Conocen los beneficios de ser miembros de este organismo supranacional, pero continúan percibiendo la Unión como lenta en la toma de sus decisiones y lejana de los problemas de su vida cotidiana. Según el mismo informe, el 63,6 por ciento de los jóvenes entre los 18 y los 24 años dice sentirse poco o nada interesado por los temas europeos. Además, solo el 7,7 por ciento de este segmento de edad sabe decir con exactitud la fecha de las elecciones, y en su mayor parte desconocen quiénes son los candidatos más allá de los personajes televisivos que se presentan a través de partidos minoritarios.
La principal preocupación de la mayoría de los jóvenes es el paro. Las becas y las bajas cuantías de programas de movilidad europeos como el Erasmus ocupan el segundo puesto de la lista de inquietudes de los entrevistados. Aunque tienen mucho que pedir a Europa, pocos creen que haya una propuesta política capaz de combatir el desempleo y muchos de ellos irán a votar por inercia más que por una convicción política fuerte.
EL FUTURO DE LA UNIÓN EUROPEA ES MUY OBSCURO SI NO CAMBIA DE FUNCIONAMENTO
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