Ocultación y corrupción
PARA LA gran mayoría de los españoles, los problemas más graves son el paro y la corrupción. Pero como demostraba un reciente informe de EL MUNDO, la corrupción es una de las causas del paro, porque si las obras públicas y buena parte de las privadas se encarecen en un 25% por lo que hay que pagar en sobornos a los políticos y funcionarios que las autorizan, el valor de las cosas está corrompido de raíz. Si un piso vale 100 y hay que pagar por él 125, el comprador está pagando mucho más de lo que vale lo comprado. Y un mercado tan distorsionado sólo puede encarecer el precio de las cosas y la capacidad empresarial para hacerlas rentables. Los padres de la Escuela de Salamanca veían en la corrupción de la moneda -la devaluación de la plata, por ejemplo, con un material menos noble pero manteniendo su valor nominal- un delito capital, merecedor incluso del magnicidio, porque, decían, «es robar en sus bolsillos a los pobres». Pues eso es la corrupción: robar a los ciudadanos indefensos. Y a más corrupción, más paro.
En un régimen liberal y democrático, si se roba a los ciudadanos con impunidad es, obviamente, porque se ha roto el principio del equilibrio de poderes y la supremacía de la Ley y porque no funcionan los mecanismos que permiten a la opinión pública controlar a sus representantes. En España, hoy, la corrupción empieza en la ocultación. Los gobernantes actúan a escondidas de los ciudadanos y los políticos -con raras excepciones- a espaldas de sus representados. Esta misma semana hemos visto cómo el Gobierno del PP y la dizque oposición del PSOE se reúnen en secreto con el separatista Urkullu para sacar de la cárcel a los peores asesinos etarras, burlándose del Estado de Derecho. Y en estos mismos días, quizás a esta hora, se reúne en secreto el presidente o la vicepresidenta del Gobierno con los separatistas catalanes para traficar con los restos de la soberanía nacional. Como CiU se burla abiertamente de las sentencias judiciales que le obligan a dar parte de la enseñanza en español, hay que reunirse en secreto para que no se note que el Gobierno traiciona a la Ley y a los ciudadanos. Pero si se ocultan es porque se corrompen. Y, al hacerlo, nos corrompen y nos arruinan a todos.
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