Las cárceles catalanas proponen dejar en «semilibertad» a los líderes secesionistas
Las juntas de tratamiento de las prisiones deciden por unanimidad el tercer grado para los nueve presos.
La Generalitat ha dejado a los líderes del «procés» a un paso del tercer grado (semilibertad), después de que así lo hayan propuesto este jueves por unanimidad las juntas de tratamiento de las tres cárceles catalanas en las que cumplen condena por sedición. Estas propuestas de las prisiones de Wad-Ras, Lledoners (Barcelona) y Puig de les Basses (Gerona) deberán validarlas ahora el servicio de clasificación de la Consejería de Justicia, en un plazo máximo de dos meses, algo que se antoja un mero trámite, pero que en todo caso no será antes de este fin de semana.
La propuesta del tercer grado, anunciada en una rueda de prensa este jueves por el secretario de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima de la Conselleria de Justicia, Amand Calderó, es un paso más hacia la libertad de los presos, que hasta ahora ya disfrutaban de salidas diarias para trabajar gracias a la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario. La diferencia es que con el tercer grado solo tendrían que volver a la cárcel a dormir los días laborales y los fines de semana pernoctarían en casa.
En una entrevista en La Sexta, el presidente del Gobiern, Pedro Sánchez, ha avalado la concesión del tercer grado a los presos separatistas, condenados hace unos meses por sedición y malversación de fondos públicos en el otoño del 2017. «Absoluto respeto. Es algo que está tasado y reglado en nuestra legislación penitenciaria y, por tanto, nada que objetar», se ha limitado a responder, cuando se le ha preguntado por la situación penitenciaria de los cabecillas del «procés». Informa Juan Casillas.
Las reuniones de las juntas de las tres cárceles se han celebrado la mañana de este jueves a la misma hora, según Calderó, con el objetivo de «proteger de posibles amenazas y coacciones» a la treintena de funcionarios que conforman estos equipos multidisciplinares que lo deciden, y que "no sería la primera vez" que ocurre. La afirmación de Calderó parece referirse a la reciente advertencia del Tribunal Supremo a las cárceles de que actuaría contra los funcionarios si las prisiones les dejaban en libertad durante la crisis sanitaria del Covid.
Las propuestas de las cárceles -ha insistido Calderó- son de carácter «técnico» y «se ajustan a la ley y no obedecen a ninguna consigna política». Y es que el el secretario de Medidas Penales, que luce con frecuencia en la solapa un lazo amarillo en solidaridad con los líderes secesionistas, se ha afanado en intentar convencer de que la propuesta no tiene connotaciones políticas, sino que las juntas han valorados cuestiones técnica como la conducta de los presos, las condiciones de su entorno, la ausencia de antecedentes penales o el porcentaje de pena cumplida.
«La decisión no está en la mesa del presidente ni de la consejería. El problema es que un tribunal les ha enviado a prisión», ha añadido Calderó. En esta ocasión la afirmación parece estar dirigida más bien a la parroquia independentista más hiperventilada. Y es que la política penitenciaria es un campo de batalla más de la guerra mediática entre ERC y JpC: los posconvergentes acusan con frecuencia a los republicanos, responsables de la política penitenciaria, de no hacer todo lo que está en su mano para favorecer a los presos del «procés».
La revisión de clasificación se ha llevado a cabo ahora porque el próximo día 9 de julio acaba el plazo de seis meses que marca el reglamento penitenciario para revisar la situación de los presos. Hasta ahora los líderes secesionistas estaban en segundo grado (régimen ordinario) pero beneficiándose de una flexibilización de su estancia carcelaria gracias a la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, que les permitía salir diariamente a trabajar, hacer voluntariados o cuidar de familiares mayores pese a que eso es una característica propia del tercer grado y no del segundo.
Tal y como avanzó ABC, el 100.2 es una medida que, pese a ser excepcional, pues la disfrutan solo unos 120 presos de unos 6.5000 que podrían optar, se le concedió al total de los nueve líderes independentistas encarcelados. Pero es que además la la cárceles catalanas multiplicaron la velocidad de concesión del 100.2 a los líderes independentistas respecto al resto de presos, como también constató este diario después comparar las situaciones y condenas de esos 120 presos.
UN PAIS DESCONOCIDO
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