SI NO QUIEREN NO LO FRENAMOS NUNCA,
La historia está muy presente y reciente, mucho tiempo de confinamiento, durante el mismo hemos criticado y tenido que escuchar críticas contra los expertos y contra el Gobierno de todo tipo. Pero lo realmente grave fue el comportamiento de la oposición, incluso le costaba al Gobierno convencer para tener apoyos para seguir con las fases de desescalada, le llovieron críticas sin duelo.
Qué decir del comportamiento de algunos presidentes de comunidades, por cierto, esos mismos que decían que si ellos gestionaran la crisis todo iría mejor, los mismos que nada más recoger el testigo de la responsabilidad corrieron raudos y veloces a saltarse fases, incluidas fotos entre fronteras como Urkullu y Revilla abriendo de par en par sus comunidades con la idea de apropiarse del turismo los primeros. No fueron los únicos, son fáciles de desenmascarar, fueron en esos lugares (Galicia, Cataluña, Aragón, País Vasco, Cantabria, Andalucía) donde primero saltaron los brotes de contagio, y donde ahora culpan de dejadez al Gobierno central, cuando ellos tienen asumidas todas las competencias al respecto.
Qué decir de los rastreadores, tal parece que son la solución a la ineptitud de las administraciones locales, comunitarias o del Gobierno central, que bien es cierto que, al ver la incapacidad de las autonomías para hacerse respetar, tenía que volver a coger el testigo sin miedo a las críticas, que le caerán igual. Tampoco estos rastreadores podrán paliar y remediar la irresponsabilidad de cada individuo. El día 25 de julio, estaba dentro de mi coche en espera, aparcado delante de una cafetería en una calle de Oviedo, mi mujer me avisó cuando llegó, yo había observado la jugada anteriormente, pero en diez minutos se repitió: un camarero sale con la bandeja a servir a dos clientes primero y a otros dos siete minutos después, con la mascarilla colgada del cuello, los dos primeros clientes, una pareja, tenían la mascarilla quitada, los otros dos fumando espero al hombre que más quiero: toda esa inconsciencia es delito contra la salud pública y pone en riesgo la vida de sus papás y abuelos. Luego se preguntan el porqué repuntan los contagios, ahí lo tienen. Esas formas y todas las demás: botellones y reuniones sin distancia y protección. Luego culparemos al Gobierno.
Creo que estamos camino de otro confinamiento por culpa de esos jóvenes, a veces no tan jóvenes, que, haciendo honor a su falta de compromiso con la sociedad y falta de solidaridad con sus mayores, con quienes perderán empleo, con quienes tendrán que cerrar su empresa y con todos en general, ya que sus botellones, esas fiestas, ese jolgorio playero y esa osadía permitida (ya que a estos tipejos y tipejas no se les puede dejar hacer lo que les viene en gana, incluso algunos cobrarán los ERTE y se pasan los días de botellón, playa y fiesta, para eso mejor trabajando) lo pagaremos muy caro todos en vidas, dolor y pobreza.
Ruego a todos que tratemos de evitar por todos los medios otro confinamiento, sería la ruina económica de miles de familias; para ello, eviten reuniones (incluso familiares), esperen unos meses más hasta tener la vacuna o tratamiento adecuado, no sean irresponsables y pongan en peligro la vida y la economía del país: mascarilla, distancia y evitar aglomeraciones.
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