Un estudio establece el momento en el que el enfermo por coronavirus ya no contagia
Los primeros pacientes alemanes, conejillos de indias para establecer patrones de curación del coronavirus.
Cuando se escriba la historia de esta guerra contra el coronavirus, constará que fue en Alemania donde tuvo lugar la primera incursión del enemigo en territorio europeo. La primera escaramuza se debió a la llegada de una empleada china de la empresa de repuestos de automóvil Webasto. Residente en Shanghái y tras haber visitado a sus padres en Wuhan, acudió a un curso de formación en Baviera entre el 19 y el 22 de enero. Ya de vuelta en China dio positivo por Covid-19. El 24 de enero, uno de los empleados alemanes con los que coincidió, de 33 años, presentó dolor de garganta, escalofríos y mialgia. Las autoridades sanitarias de Baviera realizaron test a todo el personal alemán y sus contactos, y cerraron la empresa. Aparecieron tres positivos más entre los empleados, todavía sin síntomas, y varios más entre sus familiares, bloqueando la extensión del coronavirus.
Ese primer grupo de población expuesta al coronavirus está sirviendo ahora para establecer patrones de contagio y recuperación. Un estudio realizado sobre estas personas por las clínicas Charité de Berlín y Schwabing de Múnich, en colaboración con el Instituto de Microbiología del Ejército alemán, ha permitido comprobar, por ejemplo, que en los primeros días de infección del virus Covid-19 se concentra solo en nariz y boca. También se ha mostrado el momento en el que ya no supone un riesgo dar de alta a pacientes recuperados, liberando camas de UCI con garantías.
Estos equipos investigadores revelan que el paciente deja de ser contagioso cuando las muestras que se le extraen del área nasofaríngea y de los fluidos expulsados al toser presentan menos de 100.000 copias del genoma del coronavirus. En la mayoría de los casos, la carga vírica en la faringe se reducía notablemente pasada la primera semana de enfermedad. En el pulmón, algo más tarde.
Roman Wölfel, director del Instituto de Microbiología del ejército alemán, ha explicado que ocho días después de presentar los primeros síntomas, los expertos ya no fueron capaces de aislar partículas infecciosas en los pacientes, a pesar de detectar todavía copias del genoma del coronavirus en faringe y pulmón: «La elevada carga vírica en la faringe inmediatamente después de los primeros síntomas apunta a que los pacientes con Covid-19 son ya muy pronto infecciosos, incluso antes de darse cuenta de que están enfermos». También subraya que «eso nos proporciona información muy valiosa a la hora de decidir cuándo puede un paciente ser dado de alta, una decisión que los equipos médicos toman bajo una gran presión».
Los resultados del estudio, publicados en la revista «Nature», estiman que los pacientes contagiados pueden ser dados de alta y pasar a cuarentena domiciliaria si, diez días después de enfermar, presentan en los fluidos expulsados al toser menos de 100.000 copias del genoma del virus.
«El coronavirus se puede multiplicar en la faringe sin necesidad de llegar al pulmón y por lo tanto es muy fácilmente transmisible», explica Christian Drosten, director del Instituto de Virología de la Charité, incidiendo en que se multiplica en el tracto gastrointestinal, aunque no se pudo detectar la presencia de virus infecciosos en las heces, la orina ni la sangre de los pacientes.
Por otra parte, analizados los sueros sanguíneos en busca de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, la mitad del grupo estudiado durante 28 días desde la aparición de los primeros síntomas desarrolló hasta el séptimo día anticuerpos contra el virus; dos semanas después, todos los pacientes habían producido anticuerpos. Con la producción de anticuerpos, también se redujo lentamente la carga vírica.
SI POSIBLEMENTE.
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