El huracán Lorenzo se acercará a la Península el jueves y el viernes.
Este ciclón "anómalo", el más potente de la historia en el este del Atlántico, dejará lluvias débiles y vientos de 50 a 60 kilómetros por hora en Galicia.
Un huracán afectará de forma tangencial a España a finales de la semana, según avanza la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Se trata de Lorenzo, cuyos efectos en forma de viento y lluvia se van a dejar notar el jueves y el viernes en el extremo más occidental de la Península. Pero el temporal no será "nada extraordinario respecto al que causa cualquier borrasca atlántica", ya que Lorenzo se quedará a una distancia prudencial de la Península en su "anómalo" viaje de las Azores a Irlanda, subraya Rubén del Campo, uno de los portavoces de la Aemet.
Lorenzo es un "huracán peculiar", en palabras del experto, ya que ha alcanzado la categoría máxima de la escala Saffir-Simpson, que va del uno al cinco, en una zona tan poco habitual para este tipo de fenómeno que es la primera vez que sucede tan al este. "La mayoría de los huracanes de gran categoría, los que superan el tres, se producen en el entorno del mar Caribe y cercanías, pero Lorenzo se ha formado y ha llegado a la máxima categoría en el Atlántico central", explica Del Campo, que detalla que su paso a categoría cinco se produjo a 45 grados de longitud oeste. El anterior más oriental se produjo a 54 grados, según datos del Centro Nacional de Huracanes de EE UU (NHC, por sus siglas en inglés). Es decir, que desde que en los años ochenta empezaron a vigilarse los huracanes vía satélite, Lorenzo es el que se ha formado más al este y por una diferencia de 900 a 1.000 kilómetros.
Pero la rareza de Lorenzo no acaba ahí, también su trayectoria está siendo "poco habitual". "No es extraordinario, aunque sí raro, que un huracán se dirija hacia el norte, ya que normalmente atraviesan el Atlántico y llegan al Caribe. Algunos ciclones tropicales se desvían y este lo ha hecho, para dirigirse primero al norte y luego al noreste", informa el experto. En los últimos años, ha habido varias trayectorias anómalas, por ejemplo la de Leslie el año pasado, que tuvo una vida bastante larga y que se movió de forma errática por el Atlántico hasta que de forma rápida se dirigió al este. "Hasta 48 horas antes no supimos si se iba a dirigir a Canarias o a la Península", recuerda Del Campo, para añadir que hace dos años Ophelia llegó con categoría tres a 1.000 kilómetros de Galicia. "Fue el huracán de mayor categoría que se ha acercado hasta ahora a Europa", agrega.
¿Tiene algo que ver el cambio climático con estas anomalías de Lorenzo? "Es complicado atribuir un fenómeno concreto al cambio climático", recuerda Del Campo, para subrayar que Lorenzo no se ha formado en aguas más cálidas de lo habitual, sino que estaban en unos valores normales para la época del año, de 26 a 28 grados. "No había una anomalía de agua cálida, ya que la temperatura adecuada para la formación de huracanes es de 26 grados", añade.
La primera alerta de Lorenzo saltó el 22 de septiembre y seis días después subió a categoría cinco. Los meteorólogos del NHC explican que el huracán, el quinto de la temporada atlántica tras Barry, Dorian, Humberto y Jerry, hizo un giro hacia el norte-noreste a última hora del domingo, tras el cual se moverá de forma más rápida hacia el noreste entre el martes y miércoles.
El huracán, ya debilitado, se espera que alcance el miércoles a las Azores, situadas a unos 1.400 kilómetros al oeste de Lisboa y con 256.000 habitantes. Su categoría entonces, precisa Del Campo, será "de entre uno y dos, con vientos sostenidos de 150 a 160 kilómetros por hora y rachas de más de 200 en algunos puntos de las islas occidentales". También dejará olas enormes, que pueden superar los 10 y los 12 metros.
La propia fuerza del huracán es la que, en parte, está haciendo que pierda combustible. "En su camino hacia el norte se va a encontrar aguas un poco más cálidas de lo normal, pero está removiendo tanto la superficie del océano que están aflorando aguas profundas, más frías", indica el meteorólogo, que advierte no obstante de que sus consecuencias pueden ser graves en las Azores, donde están en alerta roja por lluvias y vientos.
¿Y después de las Azores, qué? Lorenzo seguirá rumbo hacia el noreste hasta alcanzar el jueves y el viernes sobre todo a Irlanda pero también a las islas Británicas, donde causará un importante temporal de oleaje, viento y lluvia, pero no ya como huracán sino como borrasca de latitudes medias o ciclón postropical, según pronostica la Aemet. En España, "Lorenzo se ha colado en las previsiones del jueves y del viernes", señala el portavoz, que subraya que afectará a una parte muy pequeña del país y solo de refilón, ya que pasará cerca, pero se quedará "a una distancia lo suficientemente prudencial como para no provocar daños".
"Una de las bandas de nubes asociadas al por entonces exhuracán dejará lluvias en el extremo más occidental de Galicia la tarde noche del jueves, en principio débiles", pronostica el experto. Aunque es pronto para hablar de cantidades, cualquier frente asociado a una borrasca atlántica trae más lluvias. También provocará vientos fuertes en el noroeste de Galicia, con rachas 50 a 60 kilómetros por hora; una borrasca profunda de las que suelen afectar a la zona puede llevar vientos huracanados de 120 kilómetros por hora. Aunque parece casi descartado que Lorenzo vaya a activar avisos por lluvias, sí que es posible que los haya por vientos. También habrá mala mar, con olas en el litoral gallego e incluso en el Cantábrico occidental de cuatro a seis metros. Del Campo recuerda que hay incertidumbre respecto a su trayectoria y que algún escenario lo acerca un poco más, pero en ningún caso pasará ni por la Península ni por Canarias.
En el resto del país, se espera un vaivén en las temperaturas. "El martes bajarán en la mitad oeste entre cuatro y seis grados y el miércoles, otro tanto en la mitad este, porque va a soplar viento del noroeste", vaticina el portavoz. Sin embargo, el martes en Cataluña, la Comunidad Valenciana, Andalucía oriental y Murcia se dispararán los termómetros y podrán superar los 33 y 34 grados porque allí habrá vientos de poniente. A partir del jueves, volverán a subir las temperaturas en el resto y se recuperarán los mismos grados que se habían perdido, con lo que seguirá el veranillo de san Miguel, eso sí, con algunas lluvias en el Cantábrico.
LO QUE NOS FALTABA.
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