Uno de cada tres alumnos reconoce que en su clase hay niños que sufren bullying
Un 80% de los alumnos cree que la movilización de los compañeros es lo más eficaz para frenar al acosador
El problema del acoso escolar continúa siendo una realidad extendida en España, donde uno de cada tres niños reconoce haber sido testigo de una situación de acoso escolar en su clase. Estos mismos alumnos aseguran que de media conocen a dos compañeros que son víctimas de bullying. «En concreto, la cifra que nos sale es de 2,3 niños acosados por clase y, a pesar de que se ha reducido con respecto a 2017, que era de 2,6, sigue siendo un dato llamativamente alto. De hecho, debería ser cero. O como mucho, tendría que quedarse en el plano de los meros problemas de convivencia», advierte Benjamín Ballesteros, psicólogo y director de programas de la Fundación ANAR
Las cifras son el resutado de encuestas realizadas a alumnos y profesores de centros escolares que han participado en los programas de prevención del bullying, realizados por esta entidad en colaboración con la Fundación Mutua Madrileña en 2017. Este nuevo estudio se ha realizado en el marco del programa de acción contra el acoso escolar puesto en marcha en 2015 por ambas entidades y que incluye, además de las iniciativas de prevención en centros escolares, campañas de concienciación en las redes sociales entre los más jóvenes y la realización de estudios para conocer mejor la naturaleza y dimensión de este problema social, para así poder implementar medidas más eficaces para paliarlo.
Las conclusiones de este informe se han extraído del análisis de una muestra de más de 2.600 encuestas realizadas a alumnos de 6º de Primaria, 1º y 2º de la ESO pertenecientes a 150 centros escolares públicos y concertados del centro peninsular, así como a un centenar de profesores de los mismos colegios e institutos, y revelan una mayor sensibilización del problema por parte de niños y adolescentes.
Visión del alumnado
Así, crece el número de chicos que ven en la unión entre compañeros la medida más efectiva para frenar el acoso escolar cuando ya ha comenzado a producirse (80,3% en 2017 frente a 65,7% en 2016) en comparación con otras alternativas como pedirle ayuda directamente al profesor, que disminuye del 77% al 73%. En cuanto a su percepción, aumentan los alumnos que ven el acoso escolar como un tipo de maltrato (97,7%) y disminuye el número de los que lo consideran una broma o algo normal que ocurre entre compañeros (1,6% en 2017 frente a 5,4% en 2016). De hecho, los insultos y las agresiones físicas son las formas más habituales de acoso, alrededor del 85% en ambos casos, seguidas de las diferentes formas de presión psicológica (aislamiento, exclusión y difusión de rumores) que sufre una de cada tres víctimas (32,2%).
La mayoría de alumnos, un 62%, piensa que los acosadores actúan por creerse mejores que sus compañeros y, en segundo lugar, que solo lo hacen para divertirse. Estos estudiantes destacan como principales causas del acoso la forma de ser de las víctimas y su aspecto físico, en más del 50% de los casos, y un 20% afirma que el motivo es por pertenecer a otra cultura o raza.
Sin embargo, la mayoría de los docentes encuestados tiene otra visión respecto al perfil del acosador, y Benjamín Ballesteros recalca que las características de los agresores «son contrarias a las que uno se puede esperar, además de que estos suelen acarrear unos problemas propios que también hay que visualizar». De esta forma, los complejos, los problemas de inseguridad, la baja autoestima o el miedo al rechazo son las características principales del acosador señaladas por los docentes, seguidas de la agresividad y el sentimiento de superioridad. Además, más de la mitad de los profesores entrevistados destacaron también la visión que tienen los jóvenes de la violencia como algo normalizado en la vida cotidiana como otro de los aspectos decisivos para que se produzca el acoso escolar.
Los docentes
El profesorado encuestado también considera que los talleres de concienciación y las charlas de especialistas son las intervenciones más efectivas en los centros educativos para luchar contra el bullying y, por primera vez, apunta al trabajo con los padres como medida para resolver el problema. «Es curioso, pero en otros estudios que hemos realizado con datos extraídos del Teléfono de la Fundación ANAR y que nos daban los progenitores de las víctimas ya se veía claramente que la necesidad de padres y profesores viene a ser la misma: ambos hablan de consenso con el centro escolar».
Los padres
Las familias, prosigue el director de programas de esta institución, «se quejan de la falta de diálogo con el colegio, y afirman que este no les involucra a la hora de solucionar un problema de estas características. Por eso nosotros, como adultos, deberíamos buscar esa comunicación casa-escuela. Un profesor debería llamar inmediatamente a los progenitores. De este modo, es probable, que en muchos casos los progenitores no se coloquen en posición de enfrentamiento o de denuncia. Sabemos que la satisfacción de los padres crece enormemente si el colegio les involucra en la solución del problema. Por contra, si sienten que no se les tiene en cuenta, el disgusto crece», concluye Ballesteros.
ESTO ES DEBIDO A LA FRUSTACIÓN SOCIAL QUE SUFREN SUS PADRES Y REVIERTE EN LAS AULAS,NO LO DUDEN ES UN PRODUCTO DE INSATISFACCIÓN PERSONAL DE LA SOCIEDAD ACTUAL.
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