Arranca en Alemania la prohibición de circulación a vehículos diésel más antiguos
Hamburgo será pionera en esta medida y a ella le seguirán otras en Düsseldorf y Stuttgart
Hamburgo ha querido ser la primera ciudad alemana en aplicar la prohibición de circulación a vehículos diésel más antiguos, después de que el Tribunal Administrativo Federal de Alemania, con sede en Leipzig, dictaminase el pasado 1 de mayo que los ayuntamientos tienen derecho a esta prohibición para cooperar en el objetivo de emisiones fijados por la legislación. Anteriormente, el Tribunal Administrativo de Düsseldorf y el tribunal de Stuttgart habían dictaminado que las prohibiciones de diésel son «legalmente permisibles y necesarias para alcanzar los valores límite de NO2 en las dos ciudades», una sentencia impugnada por los estados federados de Renania del Norte-Westfalia y Baden-Wuerttemberg que confirmó finalmente Leipzig.
Desde el pasado miércoles, por tanto, han sido instaladas ya las primeras señales de tráfico de prohibición en los dos primeros tramos en que se aplica: 580 metros de la calle Max-Brauer-Allee y un tramo de 1,7 kilómetros de la Stresemannstraße, para restringir la circulación de los vehículos diésel anteriores a la normativa Euro 6 (año 2015).
Las prohibiciones entran en vigor a partir de hoy y a ellas seguirán otras en Düsseldorf o Stuttgart, de forma que comenzará a regir un sistema de placas de color rojo, amarillo o verde que corresponden a cada tipo de vehículo por su nivel de contaminación y que determinará quién puede acceder o no al centro de las ciudades. Según los datos de la Oficina Federal de Medio Ambiente, cerca de 70 ciudades alemanas registran niveles de óxidos de nitrógeno (NOx) superiores al límite de 40 microgramos de dióxido de nitrógeno (NO2) por metro cúbico de aire, tope fijado en Europa.
Las primeras consecuencias económicas se apreciaron inmediatamente en la Bolsa, concretamente en la cotización de acciones del sector, como las de Volkswagen o BMW, que perdieron en pocos minutos un 1,8% y un 1,4% y no han logrado todavía recuperar los niveles anteriores a la decisión de Leipzig. Pero sin duda esa es solamente la punta del iceberg. Los fabricantes de automóviles se enfrentan ahora a la disyuntiva entre serias inversiones en el diésel o prescindir de un tipo de motor claramente a la baja en el mercado.
Mercedes acaba de anunciar un programa de 3.000 millones de euros para desarrollar los nuevos propulsores que consiguen unas emisiones medias de óxido de nitrógeno (NOx) de entre 40 y 60 miligramos por kilómetro, es decir, entre un 23 y un 35% de los 168 mg permitidos a día de hoy, según el nuevo protocolo de medición real de la Unión Europea. Lo que han hecho los ingenieros de Mercedes es incorporar un sistema de tratamiento de gases de escape situado en una posición cercana al motor, además de un sistema múltiple de recirculación de gases de escape: el OM 654, un cuatro cilindros con 195 caballos destinado para el Clase E, el OM 656, seis cilindros en línea del Clase S y el OM 608 del nuevo Clase A 180 d (116 CV). Estamos hablando, sin embargo, de niveles de inversión no asumibles para cualquier fabricante y que amenazan con dañar la rentabilidad de la cadena de producción diésel.
La caída en las ventas de los diésel, según un informe de la consultora JATO Dynamics, fue del 43,8% en 2017, en tanto que el total de las comercializaciones de unidades de gasolina creció un 10,9%, y algunas empresas se retiran a toda prisa del mercado dejando que sea otro el que apague la luz. Toyota, marca pionera en el desarrollo de motores híbridos, anunció en el salón de Ginebra que dejará de vender vehículos diésel en Europa a finales de 2018. «No desarrollaremos más el diésel en nuestros coches particulares y esta tecnología será progresivamente eliminada en 2018 en el mercado europeo», dijo su portavoz.
La nueva prohibición ha generado además un mercado de segunda mano con destino principalmente a los países del Este, y proliferan los compradores rumanos, polacos, checos y búlgaros. Julia Poliscanova, experta en calidad del aire de Transport & Enviroment, cifra en «millones» los automóviles que están saliendo ya del país por esa vía. Además otras capitales como París, Madrid y Atenas estudian prohibiciones similares en sus centros urbanos para 2025, Roma en 2024. El alcalde de Copenhague quiere empezar con las restricciones a partir del próximo año. Francia y Reino Unido planean nuevas restricciones para los coches de gasolina y gasóleo para 2040.
AHORA BAJARÁ EL GASOIL Y SUBIRÁ LA GASOLINA Y LA ELECTRICIDAD.
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