El presidente en funciones, Mariano Rajoy
Partidos y expertos creen que el ajuste de 5.500 millones debe hacerse vía impuestos.
PSOE, Ciudadanos y Podemos apuestan por una subida fiscal o eliminar deducciones en lugar de recortar más gasto público.
El plan presupuestario que el Gobierno en funciones del PP ha remitido a Bruselas deja pendiente un ajuste de alrededor de 5.500 millones de euros para cumplir con las metas de déficit público fijadas por la Comisión. Los principales partidos, con excepción del PP que ha declinado pronunciarse sobre el asunto, apuntan que el ajuste debe afrontarse con subidas de impuestos. PSOE, Ciudadanos y Podemos consideran que el Estado de bienestar ya ha sufrido grandes recortes durante los últimos años. Una docena de expertos consultados también señalan en la misma dirección: hay que ajustar por el lado de los ingresos.
El próximo Gobierno pondrá fin a un ciclo de casi dos años de políticas fiscales expansivas que han permitido impulsar el crecimiento económico y enjugar parte de los recortes. El largo periodo electoral, el más duradero de la reciente historia de España, contribuyó a que las Administraciones Públicas abrieran el grifo. El caudal de rebajas fiscales y aumentos del gasto público ha estimulado la economía, pero ha retrasado el ajuste de las cuentas públicas.
El ultimátum de Bruselas, que amenaza con una sanción ejemplar, obligará a España a disminuir los números rojos de las Administraciones Públicas en unos 15.000 millones de euros el próximo año. El nuevo Gobierno deberá reducir el déficit público del 4,6% del PIB este año al 3,1% que la Comisión Europea ha marcado como objetivo obligatorio para 2017. Sin embargo, el bloqueo político ha retrasado la aprobación de Presupuesto del Estado, y el Ejecutivo en funciones del PP ha aplazado cualquier medida. Se las deja al próximo Gobierno. Eso sí, ha calculado que la inercia del crecimiento económico reducirá el esfuerzo de ajuste en unos 9.500 millones de euros. Pero aún quedan otros 5.500 millones pendientes.
La teoría dice que el déficit se baja recortando gastos o subiendo impuestos. Los principales partidos en el Congreso, salvo el PP que ha rehusado hacer valoraciones hasta que haya un nuevo Gobierno, apuestan por subir impuestos o adoptar medidas que aumenten los ingresos en lugar de practicar nuevos recortes en el gasto público. Es la misma postura que en su mayor parte defienden una veintena de expertos y académicos que esta semana han participado en el seminario sobre sostenibilidad fiscal en Santiago de Compostela, organizado por RIFDE GEN, una red de investigadores en financiación autonómica y descentralización financiera en España.
Mantener el Estado de bienestar
Pedro Saura, portavoz del PSOE en el Parlamento para asuntos presupuestarios, lo tiene claro: "Con el aumento de la desigualdad de los últimos años, estamos en contra de cualquier recorte del Estado de bienestar", señala. El diputado socialista recuerda que "la austeridad del próximo año es fruto de la rebaja fiscal del Gobierno del PP, que ha mermado los ingresos en cerca del 1,5% del PIB desde 2015". Saura aboga por acometer una reforma fiscal en profundidad, pero mientras tanto, sostiene, hay que recaudar más por el impuesto de sociedades y por la tributación de la riqueza.
Nacho Álvarez, responsable de economía de Podemos, defiende una reforma profunda de la Ley de Estabilidad para cambiar las prioridades. "Lo principal no es reducir el déficit, es rebajar el paro", desliza. Este profesor de economía en la Autónoma de Madrid insiste en que "España no puede hacer ningún recorte más". Y abunda: "Debe haber una política expansiva que revierta los recortes del PP". La postura de Podemos se centra en aumentar el gasto público y financiarlo con un aumento de la recaudación. "Hay que hacer una reforma fiscal que aumente en tres o cuatro puntos del PIB la recaudación tributaria y eleve la progresividad del sistema", reflexiona Álvarez, que admite que poner en marcha una reforma fiscal llevaría dos o tres años.
Mientras tanto considera que el ritmo de reducción del déficit debe ser más lento que el que plantea Bruselas. Y alerta de que el Ejecutivo interino del PP confía en que dos terceras partes del ajuste de 2017 provengan del crecimiento económico. "Puede que tengan que tomar más medidas discrecionales", advierte.
Ciudadanos también cree que hay que recaudar más. Francisco de la Torre, diputado del partido naranja, propone cuatro soluciones: reforzar la lucha contra el fraude fiscal, cerrar agujeros (deducciones) y beneficios del impuesto de sociedades para recaudar más sin subir los tipos, reducir el gasto de las diputaciones en 1.000 millones y acelerar el crecimiento económico mediante la simplificación de contratos de trabajo, inversión en innovación...
En el discurso de políticos y académicos siempre aparece el mismo argumento. Los ingresos públicos de España (en el 38,6% del PIB) están seis puntos de PIB (unos 60.000 millones) por debajo de la media de la UE, según Eurostat. Francia, Italia, Alemania o Portugal recaudan muchísimo más que España. Y aún así, el Ejecutivo en funciones espera que la presión fiscal baje todavía más el próximo año, según figura en el plan presupuestario.
Impuesto de sociedades
Santiago Lago, codirector de RIFDE GEN y catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de de Vigo, comenta que la situación del próximo año "es un problema porque no se han hecho los deberes cuando tocaba". Lago continúa: "Parece obvio que hay que trabajar por el lado de los ingresos porque apenas queda margen por la vía de los gastos". Se muestra escéptico sobre la posibilidad de que el próximo Gobierno adopte medidas ambiciosas que sirvan realmente para atajar el déficit estructural. Cree que la complejidad de la situación política, el haber aprobado una rebaja de tipos del IRPF y Sociedades recientemente —"no parece que vayan a subirlos ahora y reconocer el error"—, y los ajustes acumulados en los últimos años reducen el abanico de opciones. "Viendo el diferencial con Europa, subir el impuesto sobre hidrocarburos podría aportar un buen pellizco", relata antes de reclamar que lo que hace falta es una estrategia fiscal creíble a largo plazo.
Otra de las cuestiones en la que coinciden los políticos y expertos consultados es el gran número de agujeros que tiene el sistema tributario por los que se escapa la recaudación. Existen demasiados regímenes especiales que favorecen a determinados sectores y una amplía amalgama de deducciones, bonificaciones y exenciones que lastran los ingresos fiscales. España deja de recaudar más de 50.000 millones de euros por las deducciones fiscales, según cálculos realizados por EL PAÍS a través de los presupuestos del Estado y de las comunidades autónomas. Estas desgravaciones representan el 25% de la recaudación.
El ajuste podría ser mayor
"Si queremos tener una sanidad y una educación de calidad, España no se puede permitir un nivel de ingresos que está seis puntos por debajo de la media de la UE", sentencia Jorge Onrubia, profesor de Hacienda Pública de la universidad Complutense. Este experto advierte: "Hemos tocado hueso por el lado del gasto". Calcula que el ajuste será mayor de esos 5.500 millones que avanzó el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. "Estará en torno a los 8.000 millones aproximadamente", apunta, al tiempo que alerta sobre la ralentización de la economía global, tal y como ha avanzado el FMI. En su opinión, "hay que recurrir a medidas tributarias que no deberían ser ni extraordinarias ni de urgencia, justo lo contrario de lo que se ha hecho con el aumento de las retenciones del impuesto de sociedades". Onrubia, que es especialista en economía de la imposición y en distribución y redistribución de la renta, explica como el sistema tributario español recauda poco. Precisa que España tiene los tipos marginales de los impuestos en niveles muy altos pero el sistema se antoja poco eficiente y la cosecha resulta escasa. También se muestra partidario de acometer reformas en profundidad sobre las principales figuras impositivas. El IRPF, razona, ingresa poco, entre otros motivos por los agujeros del tributo (deducciones) y porque el régimen de profesionales y autónomos es muy generoso.
De hecho, en el impuesto sobre la renta es donde más distancia hay con respecto a la recaudación media de los países de nuestro entorno. Según datos de Eurostat, España debería recaudar unos 17.000 millones más por el IRPF para estar en el promedio de ingresos de la UE, un 9,4% del PIB cuando en nuestro país solo se recauda un 7,7%.
Alain Cuenca, profesor de la Universidad de Zaragoza, aclara que es ineludible que el ajuste sea por la vía de los ingresos. Recuerda que la inversión está está en mínimos históricos. Se trata de la partida más fácil de recortar porque no supone coste político. Dos tercios del ajuste de los últimos años ha llegado por tajos en la inversión, que ya está en el tuétano. Ante esta difícil situación plantea dos opciones: establecer un mínimo en la imposición patrimonial de las comunidades (sucesiones y patrimonio) para mejorar los ingresos, pues las autonomías aún arrastran un déficit público elevado. Y, por otro lado, elevar el tipo medio efectivo del IVA. "Hay muchos bienes y servicios que están gravados en el tipo reducido y superreducido que deberían estar en el general del 21%". Cuenca cree que no sería necesario elevar este tipo general. "Hay que plantearse por qué un hotel de cuatro estrellas o un restaurante de lujo no tienen un IVA del 21%", insiste mientras pide reflexionar por qué el turismo tiene ese tratamiento especial frente a otros sectores.
ME TEMO QUE EL IVA SUBA HASTA EL 23% ,ESO SERÍA UN FRENAZO TREMENDO AL DEFICIENTE CONSUMO.
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