Dos jóvenes iraquíes junto a un pozo de petróleo incendiado por el ISIS al sur de Mosul.
El ISIS retiene a 8.000 familias para usarlas como “escudos humanos” en Mosul, según la ONU.
Naciones Unidas denuncia que el grupo terrorista los está llevando cerca de instalaciones militares.
Los milicianos del autoproclamado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas inglesas) han secuestrado a unas 8.000 familias, cerca de 50.000 personas, en los alrededores de Mosul para utilizarlas como “escudos humanos” dentro de esa ciudad ante el avance de las tropas iraquíes, ha denunciado Naciones Unidas este viernes. Quienes se niegan a obedecer sus órdenes son sumariamente ejecutados, al igual que quienes antes han pertenecido a las fuerzas de seguridad. Al menos 256 personas han sufrido ese destino los pasados martes y miércoles, según los datos recopilados por la ONU.
“La estrategia depravada y cobarde del ISIS es intentar utilizar la presencia de civiles para hacer algunos puntos, áreas o fuerzas militares inmunes a las operaciones militares, usando de hecho a decenas de miles de mujeres, hombres y niños como escudos humanos”, asegura el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein.
De acuerdo con los “informes creíbles” recopilados por su oficina, al menos 5.370 familias han sido secuestradas por el ISIS en la comarca de Shura, otras 160 en Al Qayara, 150 en Hamam al Alil y 2.210 en Nimrud. Todas esas zonas se encuentran situadas entre 30 y 50 kilómetros al sur de Mosul, al norte de las posiciones del Ejército iraquí y al oeste de las fuerzas kurdas que desde el pasado día 17 avanzan de forma conjunta hacia la ciudad.
La ONU estima que cada familia tiene de media seis personas, lo que daría una cifra de unos 50.000 civiles en esa situación. Aunque la falta de acceso hace muy difícil contrastar los datos, la oficina del Alto Comisionado ha recibido información de que en la localidad de Hamam al Alil, por ejemplo, residen en la actualidad 60.000 personas frente a las 23.000 de antes de la ofensiva.
“Muchos de los que se negaron a obedecer fueron fusilados en el acto”, manifestó la portavoz de derechos humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, al dar cuenta de la situación.
De los 232 civiles de cuya muerte el pasado miércoles se ha tenido noticia, al parecer 190 eran antiguos miembros de las fuerzas de seguridad que fueron asesinados en la base militar de Al Ghazlani, en Mosul. Los informes de la ONU indican que, la víspera, estos hombres y sus familias fueron traslados por la fuerza desde las comarcas de Shura y Al Qayara hasta Hamam al Alil, donde separaron a los varones de las mujeres y los niños. Los otros 42 recibieron un tiro en la cabeza en la base militar de Al Izza tras rechazar unirse al ISIS. Otros 24 antiguos oficiales habrían sufrido un destino similar el martes.
La ONU admite que sus informes no son en absoluto completos, pero indican “una grave pauta de violaciones por parte del ISIS de la legislación internacional sobre derechos humanos y la ley humanitaria internacional”. Por ello, el Alto Comisionado considera “crucial que las fuerzas gubernamentales y sus aliados garanticen un respeto escrupuloso” de esas leyes. Zeid expresó su preocupación por las noticias de que algunos individuos se estaban tomando la justicia por su mano y habían alardeado en televisión de que se vengarían “ojo por ojo” contra quienes hubieran tomado partido por el ISIS.
“Los combatientes del ISIS capturados y aquellos sospechosos de haberles apoyado debe ser tratados de acuerdo con la ley internacional y rendir cuentas de sus delitos ante tribunales legítimamente constituidos”, recordó.
Las autoridades han establecidos puntos de filtrado para investigar a quienes proceden de los territorios bajo control insurgente y evitar que posibles terroristas se camuflen entre los que huyen de los combates. Pero los precedentes en otras ciudades liberadas con anterioridad, hablan de abusos y desapariciones en esos lugares. Además, algunos habitantes de las zonas que han sido reconquistadas también denuncian que se les ha impedido volver a sus pueblos debido a que se les percibe como simpatizantes de los yihadistas.
AI critica el uso de fósforo blanco
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Amnistía Internacional (AI) ha advertido del peligro para los civiles de las municiones de fósforo blanco. La organización ha reunido pruebas del uso de ese tipo de proyectiles en las proximidades de la aldea de Karemlesh, a una veintena de kilómetros al este de Mosul.
El fósforo blanco es una substancia incendiaria que suele utilizarse para crear una pantalla de humo que impida ver el movimiento de tropas al enemigo, algo que no está prohibido. Sin embargo, esa substancia, que arde a muy altas temperaturas cuando se expone al aire, puede causar quemaduras muy graves incluso después de que las vainas se hayan apagado con tierra o agua, si son descubiertas de nuevo de forma accidental.
“Pedimos a las fuerzas iraquíes y de la coalición que no usen nunca fósforo blanco en la proximidad de civiles. Incluso si no están allí en ese momento, sus residuos plantean riesgos”, declaró Donatella Rovera, asesora de AI.
De las imágenes y testimonios recogidos por AI, no queda claro quién ha usado esa munición si las tropas gubernamentales, los Peshmergas kurdos o miembros de la coalición internacional que les apoyan.
VIVIMOS EN LA ÉPOCA DE QUE EL HOMRE HA PERDIDO LA CONDICIÓN HUMANA, PARA TRANSFORMARSE EN MONSTRUO.
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