Unos 1.000 inmigrantes intentan saltar la valla de Melilla.
Los sin papeles se dirigieron en dos grupos paralelos desde el Gurugú hasta la frontera.
El salto fue abortado por la Guardia Civil.
En la víspera del Día Internacional del Migrante, unas mil personas de origen subsahariano han vuelto a ser noticia por intentar saltar la valla de Melilla que separa España de Marruecos. Sobre las diez y media de la noche, dos largas filas se aproximaron al perímetro fronterizo, según ha informado la Guardia Civil. Bajaban del Monte Gurugú, donde suelen vivir en asentamientos precarios hombres y mujeres de distintos países africanos con la intención de acceder a territorio español y, por tanto, a la Unión Europea.
El 20 de noviembre, la Guardia Civil abortó otro intento de un millar de personas que pretendían saltar la valla. "Hay mucha gente en el norte de Marruecos tratando de saltar, son episodios recurrentes", ha explicado Mikel Araguas, secretario general de la ONG Andalucía Acoge. "Salieron de sus países hace mucho tiempo y van a seguir intentando entrar porque no tienen alternativa, no pueden volver. Marruecos no los va a retornar a sus países y no se van a borrar del mapa".
Tras divisar a los primeros caminantes, la Guardia Civil puso en marcha el protocolo de actuación con las autoridades marroquíes, desplegó su dispositivo anti intrusión y un helicóptero dotado de infrarrojos desde el que se grabó el suceso con el fin de impedir que los sin papeles se subieran a la valla. En torno a las tres de la madrugada volvieron hacia el interior de Marruecos y la benemérita dio por abortadas las intenciones de estas mil personas que pretendían saltar la valla.
"Este intento frustrado demuestra, una vez más, la extrema presión migratoria sobre esta ciudad" reza un comunicado de prensa distribuido por la Delegación del Gobierno de esta autonomía en el que se solicita aumentar las medidas de control entre las que se encuentran las cuchillas que se han vuelto a colocar en el perímetro, y que han sido objeto de un agrio debate a nivel político y social. El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, ha insistido en que el problema de la presión migratoria no es un asunto que ataña solo a la ciudad sino que afecta al conjunto de la Unión Europea, hacia cuyos países buscan dirigirse la mayoría de los inmigrantes que intentan saltar la valla.
Barkani ha solicitado una mayor coordinación de las políticas migratorias de la UE para defender mejor la frontera sur y controlar los flujos migratorios irregulares, generalmente víctimas de mafias que comercian con sus vidas. Para Araguas, este episodio es una muestra más del fracaso de estas políticas, que no deberían orquestarse a nivel nacional sino europeo, ya que el fenómeno de la entrada irregular en la UE no ocurre solamente en España sino en todos los países del Mediterráneo. "Hay que pensar más allá de instalar cuchillas. No van a funcionar, y los drones tampoco", asegura.
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