El único superviviente del crimen de Adeje desmonta a su padre: «La golpeó con una piedra»
El hijo menor de Thomas Handrick, presunto asesino de su exmujer y su hijo mayor, huyó del lugar de los hechos aterrorizado al temer por su vida
El único superviviente del crimen de Adeje, de nombre Jonas y con apenas 8 años en el momento de los hechos, ha asegurado ver a su padre atacar a su madre con una piedra y subirse sobre ella, por lo que huyó del lugar asustado temiendo por su vida.
El jurado ha podido escuchar en la mañana de hoy la grabación de la declaración del menor tras los hechos, ocurridos en abril de 2019, donde aseguró ante los psicólogos cuando aún no sabía del trágico desenlace de su familia, que su padre les había obligado a subir por el camino, que ellos no querían, lo que contradice lo que dijo el acusado.
Este afirmó que los niños estaban «muy emocionados» por lo que a pesar de los dolores se medicó con una dosis mayor para cumplir el deseo de sus hijos.
El niño aseguró que en ningún momento el padre se había quejado de ninguna dolencia, que no le dolía nada, y que cuando llegó arriba lo que recuerda es que atacó a su madre con una piedra y él salió corriendo, sin llegar a ver cómo atacaba a su hermano. De acuerdo a su declaración, vio que el padre atacaba a la madre con una piedra y que se ponía encima de ella, se asustó y salió corriendo.
Esto se complementa con lo que se dijo en la jornada del martes por la vecina que ejerció de traductora en un primer momento, que el niño dijo que prefería «vivir que recibir los regalos de la cueva». El niño le contó lo ocurrido en una cueva en la zona de la Quinta, al sur de Tenerife. Fue ella la que dio la voz de alarma al notar que «era algo más grave que un niño perdido» al contarle el pequeño que el padre había golpeado a su madre.
El pequeño le contó a la vecina que recuerda ver a su madre malherida y con sangre en la boca, donde no tenía dientes.
Aterrorizado por ver a su padre
La vecina y traductora ha asegurado en su declaración que el niño preguntaba continuamente por su hermano y su madre, y dio detalles del lugar que ayudaron a localizar los cuerpos. El niño, narró en su testificación la mujer, estaba claramente aterrorizado por ver al padre, por lo que ella misma pidió que no hubiese encuentro entre ambos para protegerle.
Uno de los agentes de la Policía Local presente durante el tiempo que estuvo el niño en comisaría ha recordad que cuando el menor pidió en ir al baño, quiso hacerlo acompañado por la agente y por la vecina que hizo de traductora de alemán y, cuando vio a su padre, salió corriendo.
En su declaración recordó algunas de las palabras que le trasmitió el menor, que le contó que había huido del lugar al ver cómo atacaba a su madre. «Pensó que el siguiente sería él» y que era más importante «la vida que unos regalos de Pascua», como le había prometido su padre.
Jonas fue encontrado por dos hermanos de la zona que trataron de hablar con él al verle «colorado y asustado» con apariencia de «haber caminado mucho» y desorientado. Tras identificar que el niño hablaba alemán, contactaron con la vecina de nacionalidad holandesa a sabiendas que ella sabría entenderle.
¿Trastorno mental?
Entre las estrategias de la defensa de Thomas Handrick, acusado del doble asesinato a pedradas a su mujer y a uno de sus hijos en Adeje, Tenerife, no ha declarado la autoría del crimen y ha asegurado que tenía las condiciones mermadas al estar bajo los efectos de la morfina, que tomaba regularmente para los dolores de espalda que padecía, además de otros medicamentos contra la depresión.
Los guardias civiles y policías que realizaron las inspecciones oculares en la cueva donde fueron localizados los cadáveres, encontraron piedras de un tamaño «considerable», lo que abre la cuestión de si el acusado pudo moverlas o levantarlas ante la discapacidad y los dolores de espalda que padece. Por otra parte, los encargados de realizar las pesquisas en la vivienda de Thomas Handrick encontraron productos y suplementación deportiva, además de valorar que el acusado estaba musculado y en buena forma física porque se notaba que «hacía deporte habitualmente».
También han señalado que notaron un comportamiento extraño en el presunto asesino, extrañamente tranquilo ante la desaparición de su familia y de lo que le había ocurrido a su hijo menor, sin mostrar preocupación ni preguntar por él en ningún momento. Tras conocer que habían sido encontrados los cadáveres en la cueva no tuvo reacción como "una persona fría, distante, no enajenada" y según lo ha descrito el agente "ni tristeza ni asombro. Nada, en absoluto".
Uno de los informes advierte síntomas de enajenación mental, algo que uno de los agentes señaló por considerar que era relevante para la investigación y de acuerdo al comportamiento extraño del detenido.
También han indicado que se comunicaron con él en español, aunque en su declaración Thomas Handrick dijo no entender bien el idioma. Los agentes han asegurado que los rostros de madre e hijo fallecidos estaban irreconocibles por los golpes.
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