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viernes, 1 de octubre de 2021

LA POLICÍA LLEVÓ A UN CURA AMIGO DE LA MADRE A UN PSIQUIAGRICO PARA QUE ESTA DIGA DÓNDE ESTÁ SU HIJO.

 La Policía llevó a un cura amigo de la madre de Morón al psiquiátrico para que confesara dónde está el niño

El sacerdote es un buen amigo de Macarena Díaz, que sigue sin recuperar sus facultades mentales y mantiene que mató a su hijo. Los investigadores descartan que se lo haya entregado a una secta

La Policía Nacional sigue trabajando con ahínco en el caso del menor discapacitado de Morón desaparecido desde el 12 de septiembre y cuya madre, con problemas mentales, mantiene que está muerto.

Una de las líneas de investigación es el carácter extremadamente religioso de la madre. Como adelantó este periódico, la UFAM Central, que dirige el caso, descarta en principio que Macarena Díaz, de 38 años, entregara al menor, de 15, a una secta. Pero sí es cierto que su fervor católico había crecido en los últimos meses, a la par que su desequilibrio mental y que el empeoramiento del pequeño Antonio David.

De hecho, el día oche antes de irse de viaje con él, avisó a un vecino fontanero para que le arreglara un grifo de la cocina. Él quiso ir por la tarde, pero ella le pidió que acudiera a la vivienda de la calle de Los Molares de Morón de la Frontera a partir de las 21.30, pues pensaba ir a misa con el hijo. Ese conocido fue la última persona que vio al adolescente antes de que a la tarde siguiente abandonaran el pueblo sevillano.

La mujer frecuentaba dos parroquias, la de San Miguel y la de San Francisco de Asís. Días después de ser encontrada sola, en pleno brote bipolar, en una gasolinera de Carabias (Segovia) y afirmar que había matado a Antonio David y había arrojado el cuerpo a un contenedor junto al centro comercial Xanadú, en Arroyomolinos (Madrid) y la silla de ruedas a otro, los investigadores tomaron una decisión: llevar a uno de los dos sacerdotes, con el que más confianza tenía Macarena, al psiquiátrico de Segovia donde permanece ingresada.

La idea era que el religioso hablara con ella y la convenciera para que contara totalmente la verdad, qué hizo con el menor y dónde se encuentra su cuerpo.Sin embargo, ella se enrocó en la misma versión y no se sacó nada nuevo que ayude al esclarecimiento del caso, precisan a ABC fuentes del suceso. Sigue sin estar en condiciones óptimas, pese al fuerte tratamiento al que la están sometiendo.

Desde finales de 2020

En lo que coinciden tanto en el entorno familiar de Macarena (tiene una hija de 19 años a la que un mes antes echó de casa al dar a luz; otra hija de 9 años fruto de una segunda relación, y sus dos exparejas) como los sacerdotes es en que el fervor religioso creció en ella de manera exponencial desde finales de 2020.

La casa estaba llena de cuadros e imágenes religiosas y acudía a misa diaria con Antonio David, en un intento desesperado de que se curara. Por ello, los investigadores han indagado en conventos cercanos a los puntos que recorrió (Morón, Talavera de la Reina, Madrid y Segovia), por si hubiera dejado allí al chaval en manos de terceras personas. También se sopesó, por el testimonio de algún familiar, su pertenencia a una secta, algo que parece haberse desechado, al menos en lo que al caso se refiere.

Lo que está claro es que el viaje a ninguna parte de Macarena con su hijo estaba planificado, al menos con algunos días de antelación: había dado en adopción a sus dos perros, tiró su móvil a un contenedor de Morón e incluso se deshizo de prácticamente todos los muebles de su casa. Había cambiado la cerradura para que no entrara nadie, «menos aún de la familia», llegó a decir.

LA SOCIEDAD SE HA VUELTO MUY LOCA

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