Cuando Castro y Chávez se disfrazaban de demócratas
El temor al comunismo es latente; por eso el nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, matiza su discurso para acallar a los que lo acusan de querer imitar a Chávez
Perú respira aliviado. Por ahora. El nombramiento del moderado Pedro Francke como ministro de Economía y Finanzas del Gobierno radical de Pedro Castillo tranquiliza a una población atemorizada de que su nuevo presidente electo quiera parecerse al comandante venezolano Hugo Chávez.
«No soy chavista, comunista, ni extremista. Tampoco quiero copiar el modelo venezolano», decía Castillo, para refutar los comentarios que surgieron durante toda la campaña y que lo acusaban de querer imitar los pasos de los gobernantes venezolanos por sus ideas disparatadas de cambiar el modelo neoliberal por una «economía popular con mercados»; de nacionalizar empresas o de cambiar la Constitución vigente desde 1993. Tal como lo hizo Chávez después de llegar al poder. Pero hay que esperar a
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