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domingo, 25 de octubre de 2020

JÁUREGUI: "NUNCA HAN HECHO MÁS FALTA LOS PACTOS DE LA MONCLOA QUE AHORA"

 Jáuregui: «Nunca han hecho más falta los pactos de La Moncloa que ahora»

Tras toda una vida dedicado al periodismo político, Fernando Jáuregui desnuda sus recuerdos en el libro «La ruptura».

Fernando Jáuregui (Santander, 1950) también disgustó a su padre cuando le dijo que quería dedicarse al periodismo. No era una profesión tan respetable como la abogacía, a la que estaba predestinado, y de hecho empezó los estudios de Derecho, pero alguien le inoculó el veneno del periodismo y ya no atendió a razones. Así han pasado cincuenta años en los que ha pasado por periódicos, radios y televisiones de todos los colores. «Siempre he sido un mirón», dice, «un verso suelto, autónomo, independiente y algo solo». «El Mirón» iba a ser el título de su último libro, en el que desnuda sus recuerdos de toda una vida dedicado a la información política, pero el proceso de deterioro del sistema democrático del 78 le llevó a apostar por otra idea, «La ruptura» (Almuzara, 2020).

- En su libro dice que nos enfrentamos a varias pandemias: la económica, la moral, la democrática, la informativa…

 La social, la moral... Estábamos muy orgullosos de lo que habíamos conseguido, de cómo se habían dado la vuelta a las cosas en el 78, pero hay cosas que se hicieron muy apresuradamente. Había que salir de la dictadura y llegar a una democracia más centralizada y no se midió muy bien cómo quedaría aquello 30 años después. Sería bueno reformar la Constitución con calma en algunos aspectos. Es insuficiente para atender a lo que nos está ocurriendo. La pandemia ha roto muchas cosas que ya estaban en decadencia, ha acelerado ese desgaste. Ninguno lo supimos ver.

- ¿Por qué España es un país tan dado a sufrir estos golpes?

- Pensamos muy poco en el medio plazo. Es algo que nos viene posiblemente desde el siglo pasado, quizá desde 1898. No fuimos capaces de organizarnos con una visión largoplacista. A la hora de construir ha habido una falta de entendimiento muy grande entre las fuerzas políticas con la sociedad. Hay mucho más entendimiento a la hora de criticar y destruir, curiosamente. Y ahora en estos momentos hemos llegado al paroxismo.

«Suárez supo hacer esos pactos de La Moncloa, que aquí se han intentado recientemente otra vez sin éxito, por los egoísmos, la estrechez de miras y la cortedad de ideas de todos»

- ¿Hemos llegado a la situación contraria a cuando Suárez era presidente?

- Él tuvo unas circunstancias especialmente difíciles, esa salida de la dictadura que protagonizó con el Rey. Había muchas más dificultades que ahora. Y sin embargo supo unir a todas las fuerzas políticas en un solo proyecto, a todas, a los residuos del franquismo y a los comunistas. Supo hacer esos pactos de La Moncloa, que aquí se han intentado recientemente otra vez sin éxito, por los egoísmos, la estrechez de miras y la cortedad de ideas de todos.

- Ha conocido a todos los presidentes. Dice que no hemos sido justos con Calvo Sotelo.

- Tenía muy poco carisma, era muy serio, distante, y duró poco. Sin embargo, no se ha valorado su posición atlantista, y tuvo el valor de que se celebrase el juicio contra los militares golpistas del 23-F. No fue fácil. Fue una persona de indudable honradez cuando desempeñó el cargo. Se le ha despreciado un poco. Ese olvido no es justo.

- ¿Por qué Felipe González es el máximo representante del espíritu del 78?

- Nos quedan tres representantes del espíritu del 78. Uno es Juan Carlos I, hoy en Abu Dabi, una situación terrible. Otro es Felipe González. Y el tercero, que también está recibiendo muchos ataques, es el exdirector del CNI Sanz Roldán. González fue un estadista en toda regla. Cometió errores tremendos, con mucha corrupción, pero fue un estadista: colocó a España en el mundo. No me parece extraño que Juan Carlos I y Felipe González sean el blanco de los ataques de quienes quieren debilitar el Estado. No es una casualidad.

- También dice que Aznar no le tenía a usted demasiada simpatía.

- No es simpático, eso está claro. Pero tengo que reconocer que en la primera legislatura, que gobernó apoyado en los nacionalistas vascos y catalanes, hizo progresar a España. Luego se endiosó con la guerra de Irak, se equivocó dependiendo demasiado de Bush, se dejó arrastrar en campañas que los españoles no querían y se dejó llevar por la soberbia.

«No me parece extraño que Juan Carlos I y Felipe González sean el blanco de los ataques de quienes quieren debilitar el Estado»

- ¿Qué es el zapaterato?

- Se habló del feptato, del aznarato... Zapatero gobernó ocho años. Hoy se le devalúa mucho, pero yo creo que hizo cosas buenas. En materia social, sin la menor duda, y aquella negociación con ETA, que fue muy positiva para acabar con el terrorismo. Luego la economía fue un auténtico desastre, no entendió nada, le hundió a él y nos hundió a nosotros. Fue un hombre honrado y demócrata, aunque absolutamente ignorante y equivocado en algunos temas como la economía.

- ¿Por qué dice que Rajoy no supo percibir que había en marcha una segunda Transición?

- A mí me lo rechazó algunas veces en términos bastante rotundos. No se daba cuenta de que venían cambios y de que la sociedad estaba exigiendo cosas nuevas. Dejó hacer a los suyos (y ahora estamos viendo casos de corrupción) porque no tenía ganas de meterse en líos. Un gobernante no tiene más remedio que meterse en líos. Fue un hombre honrado y muy patriota, pero tuvo que bregar con cosas muy difíciles como el estallido del independentismo, y lo hizo como pudo.

- ¿En qué consiste esa segunda Transición?

- Consiste en todo menos esto que tenemos. No consiste en una ruptura con lo que era el espíritu de concordia y de consenso del 78. Tendría que ver con un gobierno de amplio espectro, con una coalición más transversal y no basada en la confrontación izquierda-derecha, muy reformista, empezando por la Constitución y la administración del Estado, un gobierno para un par de años con esa visión transversal para convocar después elecciones ya con el país un poco más reconstruido. Nunca han hecho más falta los pactos de La Moncloa que ahora.

«Sánchez es producto de la imagen, de las apariencias, pero con poco contenido, con poco fondo»

- ¿Qué es el pedrochismo?

- Es algo que se me ocurrió la Nochevieja pasada, cuando se hablaba de la investidura de Pedro Sánchez y de la desvestidura de Cristina Pedroche. Ya se sabe que siempre se hace famosa por sus vestidos y desvestidos en Nochevieja. Entonces se me ocurrió decir que ambos son producto de la imagen, de las apariencias, pero con poco contenido, con poco fondo.

- ¿Qué opinión le merece la actual clase política?

- Todo se ha ido degradando. La clase política por muchas razones, entre otros motivos porque los partidos eligen a sus representantes entre los más fieles y los menos contestatarios, pero no entre los mejor preparados. En los tiempos de la primera Transición a la política accedía gente de los cuerpos de élite del Estado, muy preparada, con una vocación del servicio al país. Ahora la política es una especie de carrerismo que se empieza en las juventudes de los partidos y se sigue el escalafón. El país se está empobreciendo intelectualmente y moralmente. Está ocurriendo en todos los ámbitos, también en el periodismo.

- ¿Sigue siendo el periodismo una profesión respetable?

- Esto me lo tengo que pensar unos segundos... Quisiera estar convencido de que sí, pero no lo estoy.

CON ESTOS POLÍTICOS NO SE PUEDE LLEGAR A NINGÚN SITIO.

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