Simón aseguraba la semana pasada que España estaba «probablemente llegando a la estabilización y, quizás, al descenso de la segunda ola»
La optimista previsión del epidemiólogo ha quedado en agua de borrajas: la curva de contagios crece cada día, la incidencia acumulada ha subido más de 100 puntos en solo dos semanas y varias comunidades piden ya al Gobierno central que aplique el estado de alarma a todo el país.
Hace tan solo ocho días, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, aseguraba en una de sus ya incombustibles ruedas de prensa que España estaba «probablemente llegando a la estabilización y, quizás, al descenso de la segunda ola». El epidemiólogo, esperanzado, hablaba incluso de que a partir de entonces el objetivo era doblegar la curva, «empezar a bajarla», antes de llegar a una previsible «tercera ola», de la que dijo: «Me gustaría pensar que vamos a conseguir evitarla o controlarla mucho». Aunque, cauto, segundos más tarde añadió: «No podemos vaticinar qué va a pasar y menos viendo lo que está ocurriendo en Europa».
Sin embargo, esta previsión tan optimista de la estabilización y posible descenso de la curva ha quedado en agua de borrajas. Ha bastado poco más de una semana para que la realidad vuelva a mostrar que su cara más agria: este viernes Sanidad ha notificado 19.851 nuevos contagios y 231 fallecidos en las últimas 24 horas (el total de casos desde el inicio de la pandemia asciende por tanto a 1.046.132, mientras que el de muertos alcanza los 34.752). Además, la incidencia acumulada de contagios por cada 100.000 habitantes ha pasado, en los últimos 14 días, de una tasa de 258,44 el pasado 9 de octubre a una de 361,66 - el incremento es de más de 1oo puntos-.
La situación actual, que lleva la contraria a la visión halagüeña del futuro de la que Simón hizo gala el pasado 15 de octubre, ha llevado a varias comunidades a tomar cartas en el asunto y a pedir a Pedro Sánchez, en cascada, que se declare el estado de alarma en toda España. La primera en hacerlo ha sido el País Vasco; más tarde se han sumado Asturias, Extremadura, la localidad autónoma de Melilla, La Rioja, Navarra, Castilla-La Mancha y Cataluña.
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