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jueves, 28 de mayo de 2020

UN TERCIO DEL EXCESO DE FALLECIDOS NO SE COMPUTA COMO VÍCTIMA DEL CORONAVIRUS.

Un tercio del exceso de fallecidos no computa como víctima del coronavirus

Sanidad defiende que, aunque hubieran tenido síntomas, no puede incluir a 14.406 personas entre las bajas porque no se les hizo la prueba que confirmara la infección.

España vive diez jornadas de luto oficial en honor a los fallecidos por coronavirus, pero tiene un grave problema para saber exactamente cuántas personas perdieron la vida por esta razón. Mientras el Ministerio de Sanidad sitúa los decesos por Covid-19 en torno a los 28.000, los informes de mortalidad que elabora el Instituto Carlos III aseguran que, desde que se anunció el estado de alarma, hay un 55 por ciento más de muertes que las registradas habitualmente en el periodo de tiempo comprendido entre el 13 de marzo -jornada en la que se anunció el estado de alarma- y el 22 de mayo. Este porcentaje se traduce en que hay un exceso de muertos superior a los 40.000 este año
 en dicho periodo. Y de estos últimos, a su vez, más de 14.400 se corresponden con personas que perecieron durante la pandemia de coronavirus pero a las que Sanidad no reconoce como víctimas del virus al no tener un diagnóstico oficial que lo confirme. Nada menos que un tercio.
Este exceso de muertes se agravó ayer, cuando se conoció la última actualización del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto Carlos III, que recoge los datos de fallecidos por todas las causas que le entregan los registros civiles repartidos por todo el territorio nacional. Entre el 13 de marzo y el 22 de mayo, último dato consolidado, el MoMo registró 120.851 fallecimientos, mientras que sus proyecciones,
basadas en comparaciones con las series estadísticas de los últimos doce años, auguraban únicamente 77.817. El exceso de fallecidos durante la pandemia de coronavirus al comparar este año con un ejercicio normal es de 43.034 personas.
 
«El coronavirus, al menos con un diagnóstico de confirmación, ha producido cerca de 28.000 fallecidos», insistió ayer Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias (CCAES), quien se resistió a admitir que buena parte de las personas que componen ese exceso de fallecidos durante la pandemia pereciera por el virus. El 22 de mayo, Sanidad informó de que había 28.628 muertos en toda España. Ese mismo día, el MoMo habló de un exceso de muertes de 43.034 casos desde el inicio del estado de alarma. Al restar ambos valores resulta que hay 14.406 muertos que no habían sido pronosticados por los modelos estadísticos del MoMo y a los que el Ministerio, escudándose en que no fueron diagnosticados, no concede la condición de muertos por coronavirus. Es cierto, como esgrimió Fernando Simón, que en este grupo puede haber personas que hayan fallecido por no haber recibido la atención sanitaria adecuada en los momentos más álgidos de la pandemia. E incluso otro grupo de enfermos que no se haya atrevido a acudir a los hospitales, saturados, a tratar sus patologías agravando su situación en aquellas jornadas. No obstante, en virtud de la coincidencia de fechas y de las medidas restrictivas establecidas por el Gobierno, se antoja complicado pensar que la mayoría de ellas fallecieran por otras causas más allá del coronavirus, como pudieran ser los accidentes de tráfico.

«No es real»

Tampoco juega a favor de la tesis del Ministerio que la mayoría de estas muertes no pronosticadas coincidan con personas de edad avanzada. Como expone el MoMo, entre el 13 de marzo y el 22 de mayo, el exceso de muertes entre menores de 65 años es del 20 por ciento; del 46 por ciento entre los 65 y 74 años; y del 63 por ciento entre los mayores de 75, justo los colectivos más vulnerables ante la infección.
El problema con los recuentos viene de lejos. Regidores municipales y políticos autonómicos ya dieron la voz de alarma a finales de marzo, cuando empezaron a tener constancia de que las muertes en sus territorios se estaban multiplicando al compararlas con las cifras tradicionales para esas fechas. Uno de los primeros en levantar la voz fue el líder del PP en Extremadura, José Antonio Monago, quien denunció que existía una orden en el sistema sanitario de su región para «anular autopsias» y «ocultar el número real» de fallecidos por coronavirus.
Los datos del MoMo añaden más leña al fuego de la cuestionada contabilidad estadística que realiza Sanidad sobre los casos y los muertos durante la pandemia. Esta semana, sin ir más lejos, Simón expuso un nuevo modelo de informe en el que se cambia el criterio para incluir no sólo las notificaciones, sino también las fechas de diagnóstico e inicio de síntomas. Este hecho, como coinciden los expertos en Epidemiología y Biometría, hace incomparables los estudios realizados previamente con los actuales.

Importante aumento

Hasta hace dos días, el recuento de muertos por todas las causas que realiza el MoMo recogía 102.756 decesos con datos consolidados desde el 17 de marzo hasta el 21 de mayo. No obstante, ayer figuraban 18.095 fallecidos más en una horquilla temporal más amplia: entre el 13 de marzo y el 22 de mayo. De ellos, 11.956 pertenecían al exceso no previsto por la proyección estadística. Este incremento se debe, como explicó Simón, a que algunos registros civiles notificaron ahora certificados de defunción correspondientes a las semanas más duras de la pandemia de coronavirus. Por ello, el aumento de nuevos fallecidos según este registro es especialmente acusado en las regiones donde más golpeó la crisis sanitaria. Es el caso de Cataluña.
No es descartable, en este sentido, que las cifras continúen aumentando en los próximas jornadas y que vuelva a producirse una nueva notificación masiva por parte de alguna región, algo que vuelva a elevar el número de fallecidos y, por ende, el exceso de muertos durante la pandemia. De hecho, el MoMo especifica que, pese a estos últimos ajustes, sigue existiendo un fenómeno de infranotificación que se tendrá que ir solucionando. Aragón, Cantabria y Navarra figuran como las tres comunidades autónomas que, en estos momentos, todavía deben renovar en mayor medida sus estadísticas de fallecidos.


¿CÓMO SE PUEDE HONRAR A LOS MUERTOS SI NI SIQUIERA SE LOS TIENEN EN CUENTA A TODOS?

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