Renault mantendrá su capacidad de producción en España pese a su plan de recortar 15.000 empleos
El grupo galo reducirá sus costes fijos en más de 2.000 millones de euros en tres años, y cerrará su planta de Choisy-le-Roi, en Francia. «No hay ninguna decisión» sobre la producción de modelos de Renault en plantas de Nissan y viceversa en Europa, según su CEO interina, Clotilde Delbós.
Renault presentó este viernes un plan de ajuste con el que pretende reducir en más de 2.000 millones de euros sus costes fijos a lo largo de los tres próximos años, y que supondrá la supresión de unos 15.000 empleos en el mundo, 4.600 en Francia, en su mayor parte mediante prejubilaciones y salidas pactadas.
En principio España se libra de los ajustes más duros puestos en marcha dentro del plan de ahorro, ya que no se contempla una reducción de actividad. Renault cuenta en España con una plantilla de 11.650 trabajadores, con fábricas en Palencia , Sevilla (cajas de velocidades) y Valladolid (donde tiene dos, una de carrocería-montaje y otra de motores).
«No hay ningún plan para reducir la capacidad en España en esta fase. No necesito decir más», aseguró Clotilde Delbós, CEO interina del fabricante, que añadió que «la asignación de vehículos en esas plantas se anunciará cuando las decisiones se tomen, pero eso no está sobre la mesa hoy». La directiva también aseguró que tampoco está prevista una reducción de la capacidad en América Latina.
«Nuestra responsabilidad hoy es tomar las decisiones correctas», afirmó Jean Dominique Senard, presidente de Renault. «Cada decisión de recorte ha sido muy sopesada (...) los cambios proyectados son fundamentales para garantizar la sostenibilidad de la empresa y su desarrollo a largo plazo».
El fabricante recortará 800 millones en el área de ingeniería, 650 en el de producción y 700 millones en ventas, marketing y gastros administrativo hasta 2022. Prevé reducir su capacidad de producción de cuatro millones de vehículos en 2019 a 3,3 en 2024, descartando el anterior plan estratégico de Carlos Ghosn, que preveía incrementarla hasta los cinco millones. Para ello, suspenderá sus planes para aumentar la capacidad prevista en Marruecos y Rumanía, revisará sus actividades en Rusia y racionalizará «a nivel mundial» la producción de cajas de velocidades.
También cerrará una factoría en Francia, en Choisy-le-Roi, reconvertirá la de Flins en «un ecosistema de economía circular» cuando finalice la producción del actual Zoe y revisará la de Dieppe, donde se producen los modelos de la marca deportiva Alpine. Las fábricas de Douai y de Maubeuge, en el norte del país cerca de la frontera belga, conformarán un «centro de excelencia», y mientras la primera a partir de 2021 ensamblará vehículos eléctricos, la segunda continuará dedicada a vehículos comerciales.
«Es obvio que no podemos continuar en Dieppe como hasta ahora», aseguró Senard, que llamó a «mirar seriamente el futuro de la marca para ver como atrae valor. Lo pensaremos con Luca de Meo», avanzó. El directivo italiano se convertirá en CEO de Renault a partir del 1 de julio, aunque su estrategia de producto podría no desvelarse hasta final de año.
Pese a la revolución en su alianza con Nissan, anunciada el miércoles, para incrementar el número de partes comunes en sus vehículos y repartirse los mercados globales, Delbós aseguró que «no hay ninguna decisión» sobre la producción de modelos de Renault en plantas de Nissan y viceversa en Europa, tras las informaciones que apuntaban al traslado de parte de la producción de Captur y Kadjar, fabricados en España, a Sunderland, en Reino Unido. «No se crean todo lo que leen en los periódicos», dijo.
Delbós también insistió en que el grupo prevé concentrar en Francia la producción de motores y modelos eléctricos, así como la arquitectura electrónica. «En Francia queremos acomodar la tecnología de alto valor añadido, todo lo relacionado con la tecnología eléctrica».
En cuanto a China, este mercado será liderado por su socio Nissan, por lo que Renault transferirá su participación en Dongfeng Renault Automotive Company Ltd (DRAC) en China a Dongfeng, y cesará las actividades de vehículos particulares bajo la marca Renault en el mercado chino.
Los proyectos de reestructuración se presentarán ahora a los diferentes comités de empresa de los centros afectados, así como a las administraciones, con los que la multinacional buscará acuerdos. Renault estima que su implementación supondrá un desembolso de unos 1.200 millones de euros. Renault anunció su plan de recortes en febrero, tras registrar unas pérdidas de 141 millones de euros en el ejercicio precedente. Ayer fue su socio Nissan quién desveló unas pédidas de 5.570 millones de euros. Al poseer Renault el 43% de las acciones de la enseña japonesa, se traduciría en un daño financiero para Renault de 3.600 millones.
SE SOLUCIONA CON CARTILLA DE RECIONAMIENTO
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