Qué son y cómo funcionan los «radares pedagógicos» de la DGT
Su misión no es otra que evitar el exceso de velocidad mostrando, en un panel, a qué velocidad real se circula.
La Dirección General de Tráfico (DGT) cuenta con más de 2.000 cinemómetros operativos para vigilar la velocidad de nuestras carreteras, repartidos en autopistas, autovías y vías convencionales. Se trata de, aproximadamente, 374 fijos -que van rotando-, 62 de tramo, 557 móviles, 12 Pegasus y otros 12 drones. Estos dispositivos se utilizan, principalmente, para sancionar a aquellos usuarios que excedan el límite de velocidad establecido, aunque también hay otro tipo de radares encaminados a detectar a los conductores que circulen sin cumplir todos los requisitos del Reglamento General de Circulación (RGC), como por ejemplo, contar con la ITV caducada.
Es más, según recogen en ALD Automotive, no todos los radares colocados en las carreteras y ciudades españolas tienen como objetivo sancionar a aquellos conductores que sobrepasan la velocidad máxima permitida. Desde hace un tiempo, la DGT también dispone de radares pedagógicos, que únicamente informan a los usuarios si circulan por encima del límite establecido en la vía, por ejemplo.
En este caso, su misión no es otra que evitar el exceso de velocidad mostrando, en un panel, a qué velocidad real se circula. Estos paneles se activan cuando se supera el límite establecido, aunque no multan. Los radares de tipo pedagógico o educativo buscan hacer consciente al conductor de que circula a una velocidad más elevada de lo necesario en un tramo, o si, por el contrario, su velocidad es la apropiada. Al detectar la velocidad de los vehículos y anunciarla en un panel, como mensajes como «reducir velocidad» o «atención, zona escolar», se busca provocar en el conductor una reacción instantánea que pase por moderar su velocidad.
Soluciones eficaces
Uno de los radares pedagógigos más utilizados es el Evolis, fabricado por la marca Elan City. Según su web, existen en funcionamiento en la actualidad más de 17.000 unidades en 45 países del mundo, entre los que se encuentra España, Noruega o Inglaterra entre otros. Al tratarse de unidades relativamente ligeras -cada una pesa menos de 10 kg-, es posible utilizarlas como radar fijo o portátil.
Este tipo de radar permite que los conductores vean a qué velocidad circulan a una distancia aproximada de 300 metros, y sepan entonces si superan los límites. Gracias a sus paneles LED, es posible diferenciar si su velocidad es correcta -al ver una indicación en verde- o si la sobrepasa -parpadeando en rojo-.
En el caso del Evolis, es posible también obtener interesantes estadísticas de tráfico en ambos sentidos, que pueden analizarse con un software propio, por lo que los responsables del tráfico de los municipios en los que se instale pueden tomar decisiones acerca de la necesidad o no de instalar resaltos en las vías, o de reasfaltar una carretera que absorbe más tráfico para el que, a priori, estaría diseñada.
¿Son eficientes los radares pedagógicos? Según Elan City sí, ya que permitirían reducir hasta en un 25% la velocidad en los tramos en los que se instalan. Además, es posible programar todo tipo de mensajes más agresivos si fuese necesario para incrementar la reacción del conductor.
ESO ME PARECE BIEN
No hay comentarios:
Publicar un comentario