Muere Jacques Chirac, expresidente francés, a los 86 años
Jefe del Ejecutivo entre 1995 y 2007, ocupó un puesto central en el paisaje político conservador.
Jacques Chirac (86 años), presidente de la República, entre 1995 y 2007, falleció en su domicilio parisino a primeras horas de este jueves, tras un largo «eclipse físico» que comenzó el 2005, tras un derrame cerebral.
Frédéric Salat-Baroux, su yerno, esposo de Claude Chirac, la colaboradora política más íntima de su padre, dio la noticia a última hora de la mañana.
Jacques Chirac fue el último heredero de una de las familias políticas más importantes en la historia nacional, la del «gaullismo», nacida en torno a la figura y la obra excepcional del general Charles de Gaulle, el patriarca que reconstruyó la unidad de la nación, tras la Segunda Guerra Mundial, y fundó la V República, el régimen más duradero de Francia desde Napoleón.
Nacido y educado en el seno de una familia con muchas raíces en la Francia más profunda (la Lozère y la Corrèze, en el corazón geográfico de la nación), comenzó cursando estudios de ciencias políticas, hizo el servicio militar en Argelia, y coqueteó con diversas formas de «socialismo» y «laborismo a la francesa», antes de comenzar una vertiginosa carrera como funcionario, tras cursar estudios en la sacrosanta Escuela Nacional de Administración (ENA), donde se inició a la vida política, entre los primeros herederos del General, Georges Pompidou, Chaban Delmas, Pierre Messmer.
Su carrera comenzó a «despegar» a partir de 1971, cuando trabajó en el Elíseo, como oscuro ministro consejero de las relaciones con la Asamblea Nacional. Creó su propio partido, y se convirtió en primer ministro de Valery Giscard d’Estaing, entre 1974 y 1976. Hasta que su ambición personal provocó un enfrentamiento y crisis entre dos rivales y representantes de dos modelos políticos conservadores. Giscard encarnó la gran tradición del reformismo autoritario (Luis XIV, Napoleón, de Gaulle). Chirac encarnó el reformismo popular de las familias radicales y el «gaullismo de izquierdas».
La crisis y duelo entre Giscard y Chirac dominó varias décadas de la política francesa. Y se agudizó con la elección de Chirac como alcalde de París, en 1977. Desde esa «fortaleza» comenzó la larga marcha hacia la conquista del Elíseo, que no llegó a consumarse hasta 1995. Entre 1977 y 1995, Chirac ocupó un puesto centralen el paisaje político conservador. Ganando y perdiendo batallas siempre atronadoras. Entre 1986 y 1988, «cohabitó» políticamente con François Mitterrand, al frente de un gobierno conservador, con presidente socialista.
Mandato
Instalado en el Elíseo, finalmente, se vio forzado a dar un cambio radical a sus promesas electorales el invierno de 1995, cuando los sindicatos paralizaron Francia para protestar contra una reforma del sistema nacional de pensiones, que Emmanuel Macron ha «desenterrado» veinticinco años más tarde.
Aquella crisis lo condenó a «cohabitar» poco más tarde con un gobierno socialista, presidido por Lionel Jospin, entre 1997 y 2002, que no siempre compartía sus puntos de vista, ni mucho menos. Esa tercera cohabitación en la historia de la V República, en la cúspide del Estado, la segunda, en su caso, terminó por «difuminar» unas ambiciones políticas y diplomáticas parcialmente fallidas. Durante su mandato presidencial, la «aproximación» a Vladimir Putin contribuyó a fragilizar las relaciones con los EE. UU., que Chirac había criticado durante durante la invasión de Irak.
Tras el fin de su melancólico mandato presidencial, Chirac todavía tuvo que afrontar y perder una batalla política dura: ser juzgado por delitos de corrupción, siendo alcalde de París, entre 1977 y 1995. Perdida la inmunidad presidencial, el ex presidente fue juzgado y condenado en 2011 por extorsión y apropiación indebida de fondos públicos… Con varias décadas de retraso, ya enfermo, Chirac fue el primer presidente de la República condenado por un tribunal de justicia, culpable de numerosos delitos cometidos como alcalde de París, cuando utilizó el cargo para financiar las actividades de su partido político, con fondos reservados y comisiones ilegales.
D.E.P. AHORA LA HISTORIA LE JUZGARÁ
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