Muere la ex ministra Carmen Alborch a los 70 años
La carismática ex directora del IVAM y antigua diputada socialista, enferma de cáncer, permanecía sedada en su casa de Valencia.
La exministra socialista Carmen Alborch ha fallecido este miércoles a los 70 años víctima del cáncer que padecía desde hace dos años. Ha muerto rodeada de su familia y de sus amigos más íntimos en su casa de Valencia. El cáncer se ha llevado a una persona muy querida, de gran vitalidad. Hasta el último suspiro estuvo tomando notas para un nuevo libro. Alborch fue la embajadora de la modernidad de Valencia, hasta el punto de que el Gobierno de Felipe González la tomó como santo y seña de su política cultural nombrándola ministra del ramo en 1993, cargo que ocupó hasta 1996. Alborch fue la primera decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia y directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Su carácter desenfadado, vitalidad, fuerza, convicciones feministas y experiencia laboral y política la convirtieron en un referente social, sobre todo en la España de los noventa. Fue una activista de la modernidad.
Nacida en Castelló de Rugat (Valencia) en 1947, Alborch fue una abanderada del feminismo español, al que aportó varios libros como Solas, Malas o Libres, con un fuerte compromiso en la lucha por la igualdad que la llevó a denunciar que las mujeres estuvieran ausentes de los espacios de poder a pesar de los años de desarrollo democrático en España.
El pasado 9 de octubre recibió la mayor condecoración valenciana, la Alta Distinción de la Generalitat. Allí sacó fuerzas de flaqueza para defender sus ideas. Fue su último acto público, rodeada de amigos y familiares, y en presencia de los presidentes del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la Generalitat, Ximo Puig. El feminismo "ha mejorado la calidad de vida de todos los ciudadanos" y por ello "debería ser declarado patrimonio inmaterial de la humanidad", afirmó en el gótico Palau de la Generalitat. La exministra socialista destacó que es "imprescindible la lucha" y la "esperanza" por una sociedad mejor y más igualitaria, y se mostró esperanzada de que el "efecto" contagio surgido en la sociedad tras el movimiento feminista continúe, que "se escuchen más voces diferentes" y se abran "más espacios" para las mujeres y para los hombres "cómplices".
Polifacética, vitalista y con un poderoso carisma, Alborch iluminó la sórdida Valencia que surgía de la dictadura. Lo hizo, primero, desde la Facultad de Derecho como primera mujer directora del Departamento de Derecho Mercantil y como primera decana, y luego desde la Consejería de Educación y Cultura, a la que llegó de la mano del entonces consejero Ciprià Ciscar. Tras comandar la Dirección General de Cultura de la Generalitat valenciana y poner en marcha el Instituto Valenciano de las Artes Escénicas (IVAECM), fue nombrada directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Su afición por la cultura venía de lejos. Fue cofundadora de una galería de arte y era una presencia habitual de cualquier acto cultural, primero en su ciudad, Valencia, y más tarde en Madrid.Al poco de llegar al Ministerio de Cultura fue objeto de comentarios irónicos y de apuestas por lo que duraría en el cargo. Habían dimitido por diferentes motivos los otros ministros valencianos de aquel Gobierno socialista, Antoni Asunción y Vicente Albero. Sin embargo, Alborch acabó consolidándose y se convirtió en una de las ministras más populares. El posterior éxito de su primer libro, Solas, publicado en 2001, es buena prueba de ello. Durante su mandato como ministra sacó adelante el plan de catedrales, elaboró el primer mapa nacional de infraestructuras y recursos culturales y concretó definitivamente el pago y la adquisición de la colección Thyssen, cuyo museo se había inaugurado en 1992. También lidió con la polémica construcción del Teatro Real y con la Ley de Fomento de la Cinematografía, que logró sacar adelante aunando distintas sensibilidades muy enfrentadas.
Tras dejar el ministerio, Alborch fue diputada en el Congreso en tres legislaturas por el PSOE, partido en el que militó tras muchos años como independiente. Posteriormente, fue candidata al Ayuntamiento de Valencia y senadora. Uno de los imperativos que se marcó en estos retos fue el de introducir la ética en la política y el concepto de ciudadanía.
Con “una personalidad de una enorme proyección social”, como la definió el filósofo Javier de Lucas en la laudatio con motivo de haber sido distinguida por la Universidad de Valencia por su trayectoria académica y política en 2017, Alborch había sido distinguida con distintos galardones como Officer dans l’Ordre des Arts et Lettres del Gobierno francés, la Cruz de San Raimundo Peñafort, la Gran Cruz de Carlos III o la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil.
El PSOE destaca su legado en la defensa de los derechos de las mujeres
JOSÉ MARCOS
Los principales dirigentes del PSOE han expresado su pesar por la muerte de Carmen Alborch. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ha definido como una "feminista pionera" y una "mujer de principios defensora a ultranza de nuestra cultura". "Nos queda su ejemplo de lucha, su compromiso por hacer del mundo un lugar más justo y de España un país mejor. Hasta siempre, compañera", ha añadido en un mensaje en redes sociales. "Dejará un hueco difícil en la vida de los amigos y de los que compartimos responsabilidades con ella. Su personalidad desbordante de optimismo y su compromiso serán su legado", lamentó el expresidente Felipe González.
La vicesecretaria general del PSOE y portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, ha recordado su trayectoria en defensa de los derechos de las mujeres. "Era una feminista comprometida, una socialista de raza. Hasta siempre, Carmen Alborch. Gracias por abrir camino". La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, se ha declarado "terriblemente apenada" por el fallecimiento. "Al perderla, perdemos mucho los que la tuvimos cerca y pierden también otras muchas personas por las que trabajó siempre".
Embargado por la emoción, José Luis Ábalos, ministro de Fomento y exsecretario general de la provincia de Valencia, se ha quedado al borde del llanto en el Congreso. "Hemos perdido a Carmen Alborch, una gran compañera, una gran ministra, una gran socialista y una gran mujer que supo poner en valor el feminismo desde la política. Te vamos a echar mucho de menos", ha dicho.
Tras conocer el fallecimiento, el expresidente Felipe González ha expresado: "Carmen Alborch dejará un hueco difícil en la vida de los amigos y de los que compartimos responsabilidades con ella. Su personalidad desbordante de optimismo y su compromiso serán su legado".
El presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, también ha lamentado la muerte de Alborch: "Siento una gran tristeza por la ausencia de Carmen. Pocas personas son tantas miradas positivas a la vez. Nos deja el testimonio de su alegría en el combate de las ideas que hacen avanzar el mundo. Nos deja la creatividad y el feminismo. Carmen, patrimonio de la humanidad".
UNA GRAN SEÑORA LUCHADORA POR LOS DERECHOS DE LA MUJER , ALEGRE, SIMPÁTICA Y BUENA PERSONA. DESCANSE EN PAZ
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