«En Monte Arruit los rifeños asesinaron a 3.000 soldados españoles desarmados que se habían rendido»
Juan José Primo Jurado publica «Los generales de África» (Almuzara, 2017), un repaso por un conflicto que duró casi un siglo visto desde la perspectiva de los oficiales más destacados del contingente
Entre las historias que narra en su obra destaca la de Felipe Navarro, un oficial que defendió la posición de Monte Arruit contra miles de enemigos y cuyos hombres fueron traicionados y pasados a cuchillo tras rendirse
Corría 1859 cuando, tras el ataque de un grupo de rifeños a unos operarios hispanos cerca de Ceuta, Leopoldo O'Donnell inició la llamada Guerra de África. Sobre el papel aquel enfrentamiento apenas se extendió hasta 1860. Sin embargo, la realidad es que con él comenzaron una serie de contiendas en la región que -a la postre, y de forma intermitente- se extendieron hasta la segunda mitad del siglo XX.
Conflictos que vivieron sus momentos más álgidos a partir de 1912, año en que España recibió un protectorado en territorio marroquí que le costó sangre, sudor y vidas humanas mantener. De este periodo es imposible olvidar el Desastre de Annual acaecido en 1921, la batalla en la que los errores del general Manuel Fernández Silvestre provocaron que más de 10.000 soldados que luchaban bajo bandera rojigualda fuesen pasados a gumía.
En aquella época combatieron miles de soldados españoles al mando de unos pocos oficiales que, con mejor o peor criterio, se dejaron el alma y «dieron lo mejor de sí mismos para cumplir la misión que el gobierno les había asignado». Así lo afirma el doctor en Historia Juan José Primo Jurado. Y sabe de lo que habla, pues acaba de publicar «Los generales de África» (Almuzara, 2017), un repaso por la historia de las guerras que nuestro país mantuvo en el Rif vista a través de la biografía de sus principales mandamases en el campo de batalla. Algunos tan conocidos como José Millán-Astray o José Enrique Varela (compañeros en Marruecos y enemigos en la Guerra Civil), pero otros tan olvidados como Oswaldo Capaz o Felipe Navarro.
La historia del último es, precisamente, una de las más heroicas y tristes del ejército español. Y es que, inmediatamente después del Desastre de Annual (la conquista del principal campamento español por parte del líder local Abd el-Krim), este oficial se vio obligado a tomar el mando de unas tropas que estaban aterrorizadas y guiarlas en una retirada caótica en dirección a Melilla.
No lo consiguió. De hecho, lo más cerca que estuvo de la urbe fue a 30 kilómetros, en la posición de Monte Arruit. Un pequeño fuerte en el que, después de una heroica defensa contra miles de enemigos y ante la imposibilidad de recibir ayuda, acabó rindiéndose y dando pie a que los cabileños perpetrasen una de las mayores traiciones contra España. «Lo de Monte Arruit fue una infamia, los rifeños asesinaron a más de 3.000 soldados españoles desarmados que se habían rendido como prisioneros de guerra», explica a ABC el autor de «Los generales de África».
Su historia, con todo, no es la única que Primo Jurado trata en su obra. En la obra, por el contrario, analiza las vivencias de unos hombres que tuvieron que hacerse cargo de un ejército formado por soldados de reemplazo (al menos, hasta la llegada de la Legión y los Regulares); de unos oficiales que suscitaron envidias en la Península por ser ascendidos por méritos de guerra y, finalmente, de unos sujetos que fueron despreciados a pesar de su servicio a España. El caso más flagrante de su obra es el del mencionado Manuel Fernandez Silvestre. Un militar con algunos claros, muchos oscuros y «demasiado imprudente» (en palabras del experto), pero al que eso «no le resta ni un ápice de honor en el campo de batalla».
1-¿Cómo influyó la Guerra de Marruecos en España?
Fue un conflicto que acompañó a España y a los españoles desde 1859 hasta 1956, cuando se le concedió la independencia a Marruecos. Influyó no sólo porque hubo muchos militares que se forjaron allí, sino porque tuvo unas consecuencias reales (algunas positivas y otras negativas) sobre la gente. La población vivió la tragedia de las derrotas, el goteo de muertos, los conflictos sociolaborales que se generaron a partir de la contienda... Pero también los momentos de euforia tras los éxitos militares y los efectos positivos que trajo consigo el Protectorado.
De hecho, y una vez que se pacificó, el Protectorado fue altamente positivo para la población española y para la marroquí.
2-Tenemos la imagen de la guerra de África como una contienda en la que combatieron únicamente generales que posteriormente se alinearon con el bando franquista, pero también hubo muchos republicanos...
Sí. La Guerra Civil supuso una fractura para la sociedad española, pero también para el ejército. Es imposible olvidar a los Franco, Yagüe, Varela, Goded... Todos ellos fueron militares del bando nacional que lucharon en Marruecos. Pero también hubo otros tantos como Miaja, Núñez de Prado o Riquelme que combatieron por el bando republicano.
3-¿Generaron envidias estos militares africanos en la Península por sus ascensos meteóricos?
Los ascensos rápidos por méritos de guerra eran habituales en cualquier país. Es cierto que generaron envidias, pero España tuvo que asumir el coste de la política internacional que se le había asignado, y eso implicaba estos ascensos.
4-¿A qué enemigo se enfrentaban estos generales?
A los rifeños, que eran un enemigo temible. Eran similares a los guerrilleros afganos, o al Vietcong en la guerra de Vietnam. Por si fuera poco, defendían su terreno (el que conocían mucho mejor que los españoles) y eran muchos más que los militares de nuestro ejército.
Todo eso hizo que fuesen un enemigo muy difícil de derrotar. A pesar de todo, se les pudo contener hasta la caída de Annual gracias a que no tenían armamento pesado. Fue a partir del Desastre cuando robaron más de 100 cañones a nuestro ejército.
El rifeño era sin duda alguna un gran soldado, característica que también demostraron las tropas indígenas que combatieron del lado español.
5-¿Y con qué soldados contaban estos militares?
En 1925, después de 15 años combatiendo en Marruecos, el ejército español ya era puntero en Europa. Antes eran soldados de reemplazo, pero eso se terminó con la llegada de la Legión y los Regulares. Esas unidades especiales creadas en Marruecos hicieron un servicio tremendo para los intereses de España.
6-Muchos de los generales que combatieron en África venían de luchar (y ser derrotados) en Cuba...
Sí. Muchos habían nacido y combatido en Cuba. Y todos tenían el sentimiento de que aquella derrota se podía haber evitado. De que fue más un fallo de la política española, que un fallo militar. Creo que eso les condicionó en Marruecos. Intentaron resarcirse de aquel desastre militar y tratar de ensalzar la imagen del ejército español.
Después de Annual pasó lo mismo. Aunque generales como Fernando Primo de Rivera afirmaban que había que abandonar Marruecos, el gobierno decidió tomarse la revancha. Esa motivación de las derrotas estuvo presente siempre en los militares españoles en Marruecos.
7-¿Estaban hechos los generales destinados en Marruecos de una pasta especial?
Es una de las cosas que explico en «Los generales de África». Debían ser valientes, tener una capacidad de adaptación increíble al terreno, saber improvisar y, finalmente, respetar mucho al adversario. Este último punto era clave: no debían infravalorar nunca a los rebeldes rifeños porque eran unos duros rivales.
Es lo mismo que debían hacer los oficiales de la caballería norteamericana en las guerras indias o los Estados Unidos en Vietnam. Tenemos que mirar el conflicto de Marruecos sin ningún complejo, como otros países han mirado las guerras similares.
8-En Estados Unidos, precisamente, se ha logrado mitificar a un ejército que fue cruel con los nativos. ¿Por qué en España vemos a los generales de África de forma tan despectiva?
Por los complejos que arrastramos los españoles sobre nuestra historia reciente. España tiene que reconocer que en Marruecos nació la sanidad militar, la aviación militar y algunas unidades de élite como la Legión y los Regulares. En la portada del libro se ve la imagen de unos españoles posando al lado de una bandera colocada tras la costosa reconquista del Monte Gurugú. Aquello podía haber sido nuestro Iwo Jima. Sin embargo, los complejos que tiene España nos ha impedido ver los episodios de heroísmo que tuvo este conflicto. Lo que no quita que no hubiera episodios de barbaridad, que los hubo por parte de los dos bandos.
Me gustaría que aquí pasase lo mismo que en Estados Unidos. Allí, el Séptimo de Caballería está reconocido como una unidad heroica aunque a Custer, su principal líder, se le ve como un loco. A nosotros nos pasa lo mismo: tenemos a un personaje imprudente como fue el general Manuel Fernández Silvestre, pero también unidades de élite de las que sentirnos orgullosos como los Regulares.
9-¿Ha influido en esta visión la imprudencia de Silvestre a la hora de acometer el Desastre de Anual?
Fernández Silvestre es uno de los personajes más apasionantes de la Guerra de Marruecos porque tiene ese toque de tragedia. De forma innegable era un hombre valiente y audaz. Así lo demostró en sus etapa en Cuba y Filipinas. Pero también cometió una imprudencia fatal que llevó al Desastre de Annual: extender sus líneas 130 kilómetros sin asegurar la retaguardia. Eso condujo a sus hombres a una emboscada terrible. Además falló la cadena de mando, Berenguer (que era su superior) no supo frenarlo...
Aun así, no le resto ni un ápice de heroísmo porque no huyó y se enfrentó al enemigo y a la muerte. O eso se cree. Según he podido contrastar, históricamente la versión más creíble es que, viendo el campamento de Annual inundado de rifeños, puso a sus subordinados a salvo (entre ellos a su propio hijo) y, posteriormente, entró en su tienda y se suicidó. Con todo, hubo teorías que afirmaban que había sobrevivido y estaba viviendo en una kábila rifeña. Pero todo esto no hace que no debamos respetar su figura.
10-¿Debió parar Dámaso Berenguer, como su superior, la expansión de Silvestre?
Berenguer era el superior de Silvestre. El último era el Comandante Superior de Melilla, y el primero el Alto Comisario de Marruecos. Sin embargo, era más antiguo en el escalafón de caballería Silvestre. Eso, unido al favoritismo que tenía Alfoso XIII hacia Silvestre, pudo influir en que Berenguer no parase esa incursión suicida aunque hubo señales claras de que había que detenerla. Algunas, como el robo en Monte Abarrán de varios cañones españoles por parte de los rifeños. Curiosamente, Berenguer fue luego el favorito del rey, y también fracasó.
11-¿Tras el Desastre de Annual, mantuvieron Navarro y Primo de Rivera la honra de España?
Fueron dos de los muchos que hubo, pero también hubo otros como Julio Benítez, que se negó a retirarse de la posición de Igueriben y la defendió hasta el último hombre. Pero es cierto que unos de los que más destacaron fueron Fernando Primo de Rivera y Felipe Navarro. El primero hizo ocho cargas al frente del Regimiento Alcántara para proteger a los soldados españoles que huían (la última de ellas, al paso por el agotamiento). El segundo logró llevar a las tropas en retirada hasta Monte Arruit para refugiarse allí.
También hay que señalar que en Annual hubo fallos de disciplina, de coordinación... Pero también hubo gestos de heroísmo. En España, de hecho, las derrotas suelen ir acompañadas de grandes gestos de heroísmo.
12-¿Qué hizo Navarro para tratar de proteger a los soldados que huían?
Navarro era el segundo en el mando. Una vez caído Silvestre tuvo que hacerse cargo de una tropa paralizada y llena de miedo por las barbaridades que hacían los rifeños con los prisioneros a los que atrapaban.
En primer lugar llegó a Dar Drius con la tropa. Pero esta posición estaba demasiado lejos de Melilla. Por eso se planteó marchar hasta Monte Arruit, que estaba más cerca de la ciudad. Buscaba que, una vez allí, le pudiesen auxiliar. Esa decisión fue correcta. Es cierto que era una posición más difícil de defender y que tenía menos agua, pero ofrecía más ventajas por estar ubicada a menos distancia de la ciudad.
13-¿Por qué cayó Monte Arruit?
El problema fue que no había tropas suficientes para auxiliar Monte Arruit. Las unidades (la Legión, entre ellas) bastante tenían con defender el perímetro de Melilla.
Pero la de Navarro fue una defensa heroica. Hay que tener en cuenta que los rifeños ya tenían artillería pesada y la aviación española no estaba tan bien desarrollada. De hecho, no pudo apoyar bien a los defensores de Monte Arruit. Muchos de los lanzamientos que hacían de bloques de hielo (las famosas aguadas) o armamento caían en zona enemiga. Además, las casas desde las que disparaban los rifeños estaban muy cerca del perímetro de Monte Arruit. Todo eso hizo imposible su defensa.
14-¿Por qué fue tan traumática la caída de esta posición?
Porque, al final, los rifeños desbordaron y mataron a los defensores. Lo que sucedió en Monte Arruit fue una infamia. Los españoles se rindieron como prisioneros de guerra y los rifeños, una vez que los hubieron desarmado, asesinaron a más de 3.000 de ellos. Solo apartaron a los oficiales para pedir rescate por ellos y mataron a los demás. Eso es algo que siempre pesará sobre nuestro enemigo.
15-¿Cómo es posible que se perpetrara aquella tropelía?
Porque el rifeño no era un ejército regular. Abd el-Krim no ordenó el asesinato de los españoles, eran soldados que actuaban por su cuenta.
Posteriormente Abd el-Krim creó la República del Rif y sus hombres ya sí empezaron a considerarse parte de unas tropas regulares. Pero antes eran unos incontrolados con sed de sangre y de venganza contra los españoles.
16-¿Cómo influyó esta matanza en los generales españoles?
Curiosamente en el que más influyó fue en Francisco Franco. Franco estaba en Melilla y quería socorrer Monte Arruit. Luego, cuando se reconquistó la zona, vio la precaria situación en la que habían quedado los cadáveres españoles. Esto le influyó en 1936 cuando estaba avanzando sobre Madrid y decidió que las tropas acudieran al Alcázar de Toledo para poder ayudar a los defensores. Aquella decisión prolongó la guerra porque, si hubiera marchado sobre Madrid, probablemente habría caído. Pero probablemente tenía todavía esa visión de los muertos y seguía recordando que no había podido salvar Monte Arruit.
Es innegable que el Alcázar era un símbolo de resistencia y que liberarlo tenía un impacto propagandístico grande, pero no podemos olvidar esa otra parte de su etapa marroquí.
17-¿Qué fue de Navarro tras la guerra?
Fue capturado y, luego, volvió a España. En el 36 Navarro permanecía al margen del alzamiento, pero fue sacado de su casa junto a su hijo y fusilado en Paracuellos. Fue durante esos meses de sangre y venganza en Madrid, donde no había seguridad ninguna.
Navarro sobrevivió a muchos combates en el Rif, pero al final cayó víctima de balas españolas.
En los dos bandos se cometieron barbaridades de este tipo. Miguel Campins, gobernador militar de Granada, no se opuso al alzamiento, pero Queipo de Llano lo mandó fusilar en Sevilla sin motivo alguno por envidias. A Núñez de Prado, que fue un héroe en Annual, le sucedió algo parecido: desapareció cuando acudió a convencer a Cabanellas de que no se sublevase.
Es algo terrible que grandes héroes españoles que dieron su sangre y su sudor en el Rif cayeran víctimas de uno y otro bando en la Guerra Civil.
18-¿Qué aporta su libro a la bibliografía existente sobre la Guerra del Rif?
Hay muchas obras sobre Marruecos. Muchos libros que se recrean en el Desastre de Annual Así somos los españoles, que nos flagelamos con nuestras derrotas. Pero hacía falta un libro que recogiese una semblanza rigurosa, y al mismo tiempo divulgativa, de los principales protagonistas del conflicto.
Todos ellos están recogidos en este libro sin ningún prejuicio. La historia no puede tener prejuicios y no puede hablar de buenos y malos. Hay que acercarse objetivamente a ellos. Estos 31 militares (con sus aciertos y sus errores) dieron lo mejor de sí mismos para cumplir la misión que el gobierno les había asignado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario