España suma 300 pensionistas más cada día y el coste ya ronda los 9.000 millones al mes.
En el último decenio el número de pensionistas ha aumentado un 15%, pero el gasto en pensiones se ha disparado un 57%.
El gasto sigue pesando cada vez más sobre la caja de la Seguridad Social, cuya lista de perceptores engorda a un ritmo acelerado. Durante este último año, el número de pensionistas ha aumentado en prácticamente 110.000, lo que significa que cada día que pasa el Estado tiene que hacer frente a 300 pensiones más. Y, pese al positivo ritmo de creación de empleo, los ingresos por cotizaciones no están aumentando lo suficiente como para equilibrar la caja.
El gasto total en pensiones ha rozado este año los 110.000 millones de euros, lo que arroja un coste medio de unos 9.000 millones al mes. Y esto contando exclusivamente las pensiones contributivas. A eso habría que añadir los alrededor de 9.000 millones de euros que cuestan anualmente las pensiones no contributivas, si bien este gasto es financiado directamente por el Gobierno mediante aportaciones finalistas con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, no a través de la caja ordinaria de las pensiones contributivas, que se nutre de las cotizaciones de trabajadores en activo.
La «factura» de la Seguridad Social sigue subiendo peldaños de forma contundente por un triple motivo: la incorporación de nuevos pensionistas, la cada vez mayor esperanza de vida y el aumento del importe medio de las pensiones. Esto último, a su vez, viene condicionado prioritariamente por las pensiones de jubilación: su importe no para de aumentar, y no por la revalorización aprobada cada año, sino porque quienes se jubilan ahora empiezan cobrando más de lo que percibían quienes se jubilaban años atrás -porque la cotización media fue aumentando y eso generó unos derechos mayores-.
La combinación de todo eso explica que, en los diez últimos años, mientras el sistema contributivo de la Seguridad Social ha visto aumentar el número de pensionistas en un 15%, el gasto público en pensiones se ha disparado un 57%.
El gasto, 22 millones mayor cada mes
Según los registros oficiales de la Seguridad Social, en diciembre de 2007 el gasto en pensiones fue de 5.658 millones de euros; sin embargo, este último diciembre ascendió a 8.881 millones de euros. Y no hay mes que pase en el que la «factura» de las pensiones no crezca. De hecho, el coste está aumentando a un ritmo medio de unos 22 millones más cada mes. Las previsiones de gasto público para el próximo año dan fe, de nuevo, de esa escalada del coste público por pensiones. Y eso que el pensionista español medio no es ni siquiera mileurista: la paga de jubilación es de 1.071 euros de promedio; la de invalidez no llega a 950 euros, y la de viudedad apenas alcanza los 650 euros.
De los casi 10 millones de pensiones que abona cada mes la Seguridad Social, la mayoría -5,9 millones- son de jubilación, que conllevan un gasto mensual de más de 6.300 millones de euros; algo menos de un millón de pensiones son de invalidez -unos 900 millones de euros al mes-, y 2,36 millones de pensiones son de viudedad, que ya suponen un desembolso mensual de 1.535 millones de euros. El resto, hasta esos casi 10 millones de pensiones, corresponden a otros tipos minoritarios en número de perceptores y en importe: orfandad -casi 340.000 beneficiarios en toda España- y pensiones en favor de familiares -poco más de 40.000 perceptores-.
El déficit de los últimos años
Desde hace años, la caja de la Seguridad Social está duramente lastrada por el déficit entre ingresos por cotizaciones y gastos por abono de pensiones del sistema contributivo. Por ejemplo, en 2016 ese diferencial arrojó unos números rojos de casi 8.300 millones de euros; en 2015 alcanzó los 7.645 millones, y en 2014 rondó los 5.500 millones de euros.
El efecto de la crisis se sigue notando en las cuentas de la Seguridad Social. Aunque el número de afiliados crece con claridad, la recaudación por cotizaciones avanza a un ritmo insuficiente para acabar con ese déficit. Por ejemplo, entre 2014 y 2016 la recaudación anual por cotizaciones aumentó en unos 4.500 millones de euros, pero el gasto por abono de pensiones contributivas se incrementó en casi 7.000 millones de euros. Y hay que tener en cuenta que ya se venía de una situación de severo déficit entre ingresos y gastos en el sistema contributivo de la Seguridad Social, tras el mazazo de la crisis económica.
El acusado déficit de todos estos años ha provocado un drástico adelgazamiento de la «hucha» de las pensiones. El Estado ha tenido que recurrir a ese fondo de reserva para hacer frente a los pagos. Y, ante la evolución acumulada, este diciembre la Seguridad Social acabó recurriendo a un crédito para pagar las pensiones del último mes del año, que incluyen la paga extra.
QUÉ HACEMOS CON TANTO VIEJO EN UNA SOCIEDAD DEL MATARIALISMO?,HAY QUE PONER SOLUCIÓN,MENOS SANIDAD GRATUITA QUE LA PAGUE EL QUE TENGA DINERO Y PENSIONES MÁS PEQUEÑAS, ASI LA ESPERANZA DE VIDA BAJARÁ.
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