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martes, 15 de diciembre de 2015

BRUSELAS CREA UNA POLICÍA DE FRONTERAS

Migrantes en Faliro, al sur de Atenas

Migrantes en Faliro, al sur de Atenas, este martes

Bruselas crea una policía de fronteras con 1.500 agentes

La decisión de la Comisión es una importante cesión de soberanía ante el flujo migratorio

Los Veintiocho podrán actuar sin consentimiento del Estado miembro afectado.

Se cumple el viejo adagio: “Europa avanzará en las crisis”. La Comisión Europea ha aprobado este martes la creación de una Guardia Europea de Costas y Fronteras, que supone una formidable cesión de soberanía ante los retos que planean las crisis de refugiados —con la entrada de millón y medio de personas en lo que va de año— y de seguridad. La nueva agencia refuerza el papel de Frontex: contará con 1.500 agentes listos para actuar en un máximo de tres días y podrá intervenir “cuando las deficiencias persistan en un Estado miembro, bajo presión migratoria significativa y cuando eso ponga en peligro el área Schengen”, según el Ejecutivo comunitario. Será la Comisión quien apriete el botón nuclear, tras someter esa decisión al voto (por mayoría cualificada) de los Veintiocho.

Esquema de relocalización para Turquía

Bruselas ha desvelado este martes las líneas maestras de un esquema de relocalización para Turquía: si Ankara logra frenar el flojo de migrantes, Europa le ofrecerá un plan que consiste en llevar directamente a los refugiados a los países que les den asilo, para mitigar el número de muertes en el mar y evitar a las mafias de traficantes de personas.

Se trata de un esquema totalmente voluntario, a la vista de que un buen número de países han anunciado ya que vetarían esa propuesta si fuera obligatoria. Estará listo en seis meses. Y pese a que se había especulado con que permitirá traer a unas 400.000 personas, finalmente no hay aún cifras sobre la mesa: dependerán del número de refugiados que alberga Turquía y de su evolución.
Esa decisión redefine la sacrosanta soberanía de los Estados-nación europeos sobre sus fronteras, después de comprobar que algunos países son incapaces de controlar la marea migratoria y de refugiados en los pasados meses. La nueva Frontex podrá intervenir en contra de los deseos del Estado miembro afectado en situaciones excepcionales para evitar agujeros en el código Schengen.
Uno de los problemas que pueden suscitarse es quién manda en caso de que se despliegue esa nueva fuerza policial europea de fronteras: las autoridades locales o los guardas europeos. Bruselas insiste una y otra vez en que los Estados miembros tendrán que colaborar: "Nada de esto puede hacerse sin la colaboración de los socios", ha señalado el comisario Dimitris Avramopoulos. Los Estados con fronteras exteriores (Grecia, Italia o España) deberán contribuir con hasta el 2% de sus fuerzas de frontera a la nueva agencia; los que no tienen fronteras exteriores participarán con el 3%.
Más de 700.000 personas han entrado por Grecia en 2015, lo que ha acabado obligando a Atenas a solicitar ayuda tras enormes presiones por parte de los socios. Ese es a día de hoy el principal agujero de Schengen, el acuerdo europeo de libre circulación de personas: unas 700.000 personas han atravesado la denominada ruta de los Balcanes, desde Grecia a Europa Central. Unos 150.000 han llegado por mar a las costas italianas. “Las debilidades obligan a activar esa Guardia de Fronteras, pero siempre como mecanismo de último recurso, y en régimen de colaboración con los servicios policiales de frontera nacionales”, han asegurado fuentes europeas en Estrasburgo, la sede del Parlamento Europeo.
“La crisis cuestiona la zona Schengen; los riesgos de seguridad son evidentes tras los ataques de París. El control de las fronteras exteriores debe reforzarse”, ha explicado Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión. Timmermans ha anunciado una modificación del código Schengen para poder hacer controles sistemáticos en frontera a los ciudadanos europeos, con las bases de datos de Schengen e Interpol.
Frontex sale muy reforzada de esa decisión para tratar de blindar Schengen. Contará con una plantilla fija de 1.000 personas (frente a los 320 actuales), y su presupuesto se multiplica por tres progresivamente, hasta alcanzar los 322 millones de euros en 2020. Los Veintiocho tendrán listos expertos nacionales para activar ese cuerpo de guardias de frontera de 1.500 policías por si la nueva agencia decide movilizarlos en el plazo máximo de tres días. Contará con un centro de análisis de riesgos, asesorará a Bruselas y podrá intervenir contra los deseos del Estado miembro afectado (a diferencia de lo que ocurre ahora) cuando reciba luz verde de la Comisión. Incluso en terceros países, en operaciones conjuntas con países vecinos a la UE. Y tendrá un rol más poderoso a la hora de devolver a los migrantes cuya solicitud de asilo sea rechazada: "Aquellos que no tienen derecho a quedarse no podrán quedarse", ha dicho Timmermans. “Había que reforzar nuestra capacidad de reacción inmediata en situaciones excepcionales”, ha añadido.
COMENTARIO:
Hace ya muchos, muchísimos años que se "suspiraba" en este país por un auténtico Servicio Militar pan-europeo donde recibir durante la "mili" las correspondientes ENSEÑANZAS tanto en inglés ó castellano -mediante Suboficiales de Enlace propios- como en la propia lengua vernácula del País elegido... pero esto de la soberanía huele aún a servirse de los ciudadanos todavía hoy (sean nativos ó migrados) como si de esclavos se tratara. En fin, nada nuevo bajo el Sol: seguiremos con la "boca abierta" admirando en Maniobras el flamante equipo de nuestros colegas, mientras aquí nos entregan unas escobas. Verás la cara que se les pone en cuanto "cuelguen" el uniforme unos cuantos efectivos aportados desde España solicitando ingreso a cualquier otro ejército, en DEMANDA de Mejora de Empleo. ¡País!

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