La OCDE hunde a España al vagón de cola del crecimiento con solo un 4,5% en 2021
La OCDE sitúa sus previsiones en línea similar a las de la Comisión Europea, que en noviembre también las actualizó a la baja al calcular un crecimiento del 4,6% en 2021
Hasta menos de tres meses, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pensaba que España estaría a la cabeza del crecimiento este año. El frenazo a la recuperación económica ha dado un vuelco a las estimaciones de la institución con sede en París: ha rebajado ahora su previsión de crecimiento para la economía española al 4,5% en 2021 y al 5,5% en 2022 frente al 6,8% en el presente año y el 6,6% en el próximo. Ahora nuestro país se queda más bien en el vagón de cola.
Así se refleja en la actualización de su ‘Economic outlook’ publicado este miércoles, que también indica una previsión de crecimiento del 3,8% en 2023, y que sitúa las previsiones por debajo de las del Gobierno, que estiman un avance del 6,5% del PIB en 2021 y del 7% en 2022.
Un organismo más que da una bofetada de realidad al Ejecutivo, que se niega a actualizar sus cálculos pese a los datos conocidos desde septiembre.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) asestó un duro golpe al Gobierno con los datos del segundo trimestre. En su indicador de PIB adelantado estimó un crecimiento entre abril y junio del 2,8%; en septiembre tuvo que corregir a la baja esa cifra hasta el 1,1%. Pero el drama no se quedó ahí: en el tercer trimestre, el alza que comunicó que había registrado la economía es de solo el 2%. Cumplir con el 6,5% que vaticina el Ejecutivo es prácticamente imposible, como publicó ABC.
«La demanda doméstica fue más débil de lo esperado en el segundo y tercer trimestre, en parte reflejando la inflación y el despliegue más lento de lo estimado de los fondos de recuperación europeos», ha explicado la economista senior y máxima responsable para España de la OCDE, Müge Adalet McGowan. La experta también ha atribuido la abultada rebaja en las previsiones de PIB al lento desembolso de las ayudas directas a empresas y al débil rendimiento del turismo.
Los datos de 2021 son preocupantes al haber rebajado su estimación en 2,3 puntos, lo que equivale a unos 25.000 millones de euros, pero también abarca al año que viene, al dejarla en un 5,5%. El consumo no está tirando como se cabría esperar tras haber pasado lo peor de la crisis, y eso que, como ha señalado el Banco de España en múltiples ocasiones, hay una bolsa ingente de ahorro derivada del Covid que aún guardan los españoles lista para gastar.
Pese a todo, la OCDE ha destacado que la demanda doméstica será el principal impulsor de crecimiento por la mayor confianza, la mejora de las condiciones del mercado laboral y las condiciones de financiación favorables. Aunque los riesgos siguen presentes.
De esta forma, la OCDE sitúa sus previsiones en línea similar a las de la Comisión Europea, que en noviembre también las actualizó a la baja al calcular un crecimiento del 4,6% en 2021 -frente al 6,2% que previa en julio- y del 5,5% en 2022 -frente al 6,3% previsto anteriormente-. Para 2023, Bruselas calcula un crecimiento del 4,4%, superior al 3,8% que prevé la OCDE.
La institución constata la recuperación paulatina del mercado de trabajo, pero sigue advirtiendo de que España no está en una situación idónea. «A pesar de la disminución, la tasa de desempleo sigue siendo alta en un 14,7% en el tercer trimestre, y persisten altas tasas de desempleo juvenil (30%) y de larga duración (32%)», señala la parte del informe relativa a nuestro país.
Bajo este escenario de tijeretazo a las estimaciones de PIB, la organización retrasa también el momento en el que España volverá a los niveles precrisis. «Se prevé que el PIB alcance niveles prepandémicos para el primer trimestre de 2023», dice el documento, cuando antes se pensaba más en 2022. Este retraso en la recuperación total de la economía también lo han percibido el resto de instituciones y casas de análisis, que hablan ya de 2023, dejando a España en el vagón de cola de entre las grandes economías europeas. «La fuerte recuperación del consumo privado, impulsada por la demanda reprimida y la reapertura de los sectores de servicios, se convertirá en el principal motor del crecimiento en 2022», explica a ocntinuación la OCDE, aunque también advierte de que en 2023 la tasa de paro aún estará en niveles elevados en el 13,6%.
Más allá de ello, la institución con sede en París también lanza dos advertencias muy claras al Gobierno: «La elevada deuda pública exige una renovada prudencia fiscal una vez que la recuperación esté firmemente en marcha. Las reformas de las pensiones, que están aumentando el poder adquisitivo de los jubilados, deben equilibrarse con las que garantizan la sostenibilidad fiscal a largo plazo».
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