El retraso de una gran carena deja a la Armada con un solo submarino
La pandemia también ha obligado a retrasar el proyecto del S-80 otros seis meses.
La baja del submarino Mistral (S-73), fuera de servicio desde el 10 de junio, deja la actual flota operativa de la Armada Española en solo un sumergible hasta el inicio de 2021. En esa fecha se espera contar con el Galerna (S-71) cuya quinta gran carena, iniciada en diciembre de 2017, está sufriendo un retraso mayor del esperado.
Se trata de un trabajo de mantenimiento y reparación complejo para alargar su vida útil unos 5 o 6 años y que no se había realizado hasta la fecha. Los submarinos de la clase S-70 tienen en principio una vida útil con hasta cuatro grandes carenas. Esta quinta, realizada bajo la total supervisión de la autoridad de diseño, el astillero francés Naval Group, es la primera vez que se realiza. Los trabajos de este quinto gran mantenimiento tienen lugar en el astillero de Navantia en Cartagena.
El Tramontana (S-74), único operativo en estos momentos, y el Galerna son los dos submarinos con los que cuenta la Armada Española en su Listado Oficial de Buques a la espera del anhelado S-80 «clase Isaac Peral»: el proyecto de nuevo submarinos que ha venido sufriendo retrasos y cuya primera entrega se esperaba para 2013.
Ahora, aunque el proyecto ya está encauzado, la pandemia del coronavirus ha vuelto a provocar otro retraso de seis meses, tal y como ha anunciado el jefe de Estado Mayor de la Armada (Ajema), almirante Teodoro López Calderón. De este modo, el plazo de octubre de 2022 para su entrega puede verse relegado a abril de 2023.
Desde la Armada asumen el escenario como «una situación coyuntural» en cuanto a la operatividad de submarinos: «A lo largo de este periodo de transición no se va a tomar parte en todos los ejercicios y colaboraciones en los que se estaba participando. Los días de mar al año de la Flotilla de Submarinos se van a reducir mientas dure esta situación. Vamos a aprovechar todas las salidas a la mar para el imprescindible adiestramiento en guerra antisubmarina de las unidades de superficie y aéreas, y multiplicar las horas de empleo de los simuladores», informan a ABC fuentes oficiales de la Armada Española.
Por otra parte, en una videoconferencia organizada por Executive Forum, el Ajema apostó por tener cinco submarinos de la nueva serie S-80, frente a los cuatro encargados en el contrato que finalmente alcanzará aproximadamente 4.000 millones de euros. Así, con cinco sumergibles, la Armada siempre podrá disponer de dos submarinos operativos para misiones en la mar.
Hasta 2003, ocho submarinos
El hecho de que la Armada se encuentre ahora con un solo submarino operativo coincide en un momento de frenética actividad militar en el Mediterráneo, donde son principalmente empleados los sumergibles españoles. No obstante, fuentes militares restan alarmismo a ese factor. Lo que sí constatan es que es otro «signo» de la realidad que viven las Fuerzas Armadas ante la merma de operatividad desde la crisis económica 2009-2016 y que puede recrudecerse ahora con la crisis generada por la pandemia.
La fuerza submarina se caracteriza por su sigilo y capacidad de disuasión. Necesaria en toda marina con vocación de proyección e indispensable para defender los intereses marítimos de un país. España contaba con ocho submarinos hasta 2003: cuatro de la serie S-60 «Delfín» y cuatro de la S-70 «Agosta». La llegada de los S-80 «Isaac Peral» debe paliar esta disminución de la capacidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario