Sánchez obligó a rectificar al PSOE por las implicaciones de un acuerdo sinónimo de despidos
Pablo Iglesias sigue defendiendo que se derogará íntegramente la reforma laboral.
Tarde, pero finalmente el PSOE tuvo que rectificar y guardarse en el cajón un acuerdo para derogar de forma «íntegra» la reforma laboral. El daño ya estaba hecho y el torrente de reacciones políticas y, sobre todo, empresariales se multiplicaban. El propio Pedro Sánchez, con el respaldo de aliento de su vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ordenaron descafeinar un acuerdo que, de producirse, de forma inmediata se traduciría en despidos masivos. En un contexto de de destrucción de empleo, introducir rigideces en el mercado de trabajo es sinónimo de aligerar plantillas. Y es lo que le llegó al presidente, que frenó la masacre...al menos de momento, porque su vicepresidente, Pablo Iglesias sigue defendiendo que la reforma se derogará.
El pacto con los radicales dejaba a los pies de los caballos a la vicepresidenta económica, que siempre ha defendido que una derogación total de la norma laboral no era lo que buscaba el Gobierno. Tampoco le viene bien a la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, aunque ella instigue esa derogación. Ahora más que nunca necesita a las empresas y la cesión inicial de ayer del PSOE no se lo pone fácil. La CEOE está indignada por lo que entiende una burla al diálogo social y una actitud irresponsable que anticipa, de culminar, convulsiones muy graves en el mercado laboral teniendo en cuenta que ya se ha perdido un millón de empleos y laminado casi 150.000 negocios.
El acuerdo inicial del Grupo Socialista con Bildu, firmado por su portavoz, Adriana Lastra, contemplaba la derogación total de la reforma laboral, lo que fue muy celebrado por Bildu. Apenas tres horas después el PSOE envió un comunicado de rectificación en el que modificaba íntegramente el texto del acuerdo y lo sustituía por el pacto de gobierno de Sánchez e Iglesias, sin plazos. El nuevo acuerdo con Bildu es hoy una simple réplica del pacto de investidura firmado hace unos meses por el PSOE y Unidas Podemos; incluye incluso el compromiso de derogar el despido por absentismo justificado, una medida que ya aprobó el Gobierno en febrero. Vamos que Lastra queda desautorizada y Bildu sale trasquilado y sin acuerdo ninguno, pese a que Otegui lo celebrara en las redes. Habrá que ver hasta dónde llega el peso de Iglesias en el Gobierno y la fuerza que ejerce Calviño en el presidente.
ES UNA LOCURA
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