El drama de un agricultor: arranca 10.000 parras con cien toneladas de uva por falta de rentabilidad
Los precios de miseria y el incremento de los costes hartan al productor y arrasa su finca con motosierras.
Cándido Lucas ha escenificado este miércoles en el valle alicantino del Vinalopó, en su finca de Novelda, el drama de muchos agricultores españoles desesperados porque sus cultivos no les dan para vivir, con una insuficiente rentabilidad. Y su hartazgo ha llegado al extremo de que ha arrasado una explotación completa de uva de mesa embolsada -como la que se come en Nochevieja-, con 10.000 parras y 100.000 kilos de fruta, a golpe de motosierra.
El arranque del viñedo de la variedad Aledo con Denominación de Origen, en una parcela de cinco hectáreas, es «un acto real, no simbólico, y pretende denunciar la existencia de problemas estructurales que ponen en grave riesgo la supervivencia de miles de explotaciones agrícolas de uva de mesa en el Vinalopó», según han alertado desde Jóvenes Agricultores-Asaja Alicante.
Para esta organización agraria, estas explotaciones «se van a ver abocadas a su desaparición en un corto espacio de tiempo».
Entre las dificultades, ha enumerado los elevados costes de producción, el desplome de precios en origen, el incremento desproporcionado del seguro agrario, el precio del agua, la subida del SMI, los acuerdos comerciales con terceros países y «la poca sensibilidad de las grandes superficies españolas que introducen uva de Europa o terceros países en sus lineales en plena campaña de la uva española».
Posibles remedios
Como medidas de choque para frenarlo, la asociación presidida por Eladio Aniorte plantea varias soluciones:
-Desbloquear el trasvase Júcar–Vinalopó. «Después de 14 años de su aprobación, sigue sin llegar el agua de buena calidad y a un precio que pueda pagarse», denuncian.
-Rebajar de forma permanente los módulos de IRPF. «El tradicional cultivo de la uva de mesa es muy artesanal, genera muchos puestos de trabajo, pero los costes se encarecen. El Ministerio de Hacienda debe ajustar los índices para que se ajusten a los ingresos reales que perciben los agricultores», explican.
-Aprobar una Ley de Precios Mínimos, como ya existe en Francia, por ejemplo. «Igual que se ha aprobado subir el Salario Mínimo Interprofesional, los agricultores reclaman poder vivir también de sus trabajos y que se impida la venta de sus cosechas por debajo de los costos», argumentan desde Asaja.
-Ayudas para promocionar el cultivo de la uva de mesa embolsada y la práctica del embolsado, que protege la uva de mesa y permite garantizar la seguridad alimentaria y sanidad del cultivo, «diferenciándose claramente de la que procede del extranjero que es tratada todas las semanas con productos fitosanitarios, incluido en el periodo previo a su recolección», alertan.
-Frenar los acuerdos de libre comercio que permiten la entrada de uva de mesa de otros países cuando la española se encuentra en plena campaña. En concreto, se suele ofertar la procedente de Chile y Perú cuando la embolsada del Vinalopó se está comercializando.
«ASAJA Alicante alerta de que de no aprobarse estas medidas, en un plazo de tres a cinco años puede desaparecer más del 50% de la superficie agraria de un cultivo emblemático, tradicional y estratégico del que dependen directamente 13.000 familias en la comarca alicantina del Medio Vinalopó», según su presidente, Eladio Aniorte.
ESTO ES LA RUINA DEL CAMPO
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