Casado se consolida como segunda fuerza ante un Cs alejado del «sorpasso»
El populismo pierde poder autonómico y municipal tras el batacazo de Podemos.
La larga noche electoral de ayer concluyó con la victoria de los socialistas en los comicios locales (29,27 por ciento de los votos) y europeos (33 por ciento), mejorando el resultado obtenido por Pedro Sánchez en las elecciones del 28 de abril. Pero los socialistas se fueron a dormir con el sabor agridulce de no alcanzar el poder en las dos plazas en las que había más en juego en esta cita con las urnas, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, que quedan por sorpresa en manos de la derecha.
La dura batalla por la capital se saldó con un vuelco a última hora que entregó la victoria a los tres socios en Andalucía: PP, Ciudadanos y Vox. El candidato elegido por Pablo Casado para la alcaldía, José Luis Martínez-Almeida (15 escaños),será posiblemente el nuevo regidor al sumar con la formación naranja (11 escaños) y Vox (4 escaños) la mayoría suficiente para desalojar a la alcaldesa, Manuela Carmena (19 escaños). «Sabemos que no vamos a poder gobernar. Yo no voy a poder seguir siendo alcaldesa», reconoció la regidora en funciones pasada la media noche. Ni doce horas antes, al ir a votar, había admitido su convencimiento de que los madrileños le podrían «una buena nota» en el «examen».
Carmena fue la candidata más votada pero no logró sumar los escaños suficientes para revalidar el título ante el pinchazo de su aliado, el candidato socialista José Vicente Hernández, «Pepu». El candidato ungido personalmente por Pedro Sánchez se hundió hasta la cuarta posición (8 escaños).
El PP perdía seis escaños y Ciudadanos ganaba cuatro pero, al igual que sucedió en las elecciones andaluzas, la caída de los populares se convirtió en victoria al obtener un resultado que le permite ya acariciar el poder.
Madrid, la clave
En la Comunidad de Madrid, el PSOE confió hasta el último momento en un vuelco que le permitiera convertirse en la primera fuerza política. Pero no llegó a producirse. También en este escrutinio se produjo un vuelco final que terminó entregando la mayoría de la Asamblea a los partidos de la derecha. La candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, (40 escaños) tiene la opción de lograr la mayoría absoluta mediante un acuerdo con Ciudadanos (26 escaños) y Vox (11 escaños).
Así, al igual que en el Ayuntamiento, el candidato más votado, el socialista Ángel Gabilondo, (38 escaños) no será probablemente el que alcance el poder. No obstante, Gabilondo dijo ayer no renunciar a intentar buscar los apoyos necesarios para alcanzar el gobierno a pesar de que la suma con sus aliados naturales, el líder de Más Madrid, Íñigo Errejón, (20 escaños) y la candidata elegida por Pablo Iglesias para Podemos, Isa Serra, (7 escaños), le sitúa dos escaños por debajo de la mayoría absoluta que si consigue la derecha.
Las elecciones en Madrid eran la clave de estas elecciones por varias razones. Primero, como eje y principal escaparate de las políticas de los partidos. Pablo Casado tendrá ahora no solo dos resortes de poder sino dos escenarios donde exhibir las reformas y medidas que quiera aplicar a nivel general. Segundo, como primer test del pulso entre los dos bloques tras las elecciones generales, una vez comprobado que la división de la derecha actúa como facilitadora de poder para la izquierda.
Tercero, por la evaluación de las distintas pugnas surgidas dentro de cada bloque. En la derecha, el PP y Ciudadanos se disputaban el liderazgo de la oposición que la formación naranja aspiraba a arrebatar a los populares. Albert Rivera esperaba consolidar el crecimiento experimentado por su partido en los comicios generales. No lo logró, y el resultado en Madrid afianza no solo al PP como líder de la oposición a nivel nacional sino que supone un respaldo para el liderazgo de Pablo Casado. No en vano, han sido los candidatos que él mismo eligió quienes conquistarán el poder en ambos bastiones. El resultado de Madrid también resuelve otro de los puntos abiertos, en este caso, en la izquierda. El pulso mantenido entre dos de los fundadores de Podemos, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, quedaba por primera vez en manos de los ciudadanos y no de los militantes. Y los madrileños elegían a Errejón como ganador, entregándole casi el triple de votos que a la candidata elegida por Iglesias.
El bipartidismo sube
Aunque los primeros datos de escrutinio daban ganador a los socialistas en las elecciones europeas y locales, la tensión se mantenía en las sedes de los grandes partidos más allá de la medianoche a la espera de los resultados de los comicios autonómicos. Y es que a pesar de la victoria de los socialistas, los populares recortaron su distancia a casi la mitad respecto a las últimas elecciones generales. De esta manera, frente al 28,68 por ciento de los votos obtenido por Pedro Sánchez el 28 de abril y el 16,7 por ciento de Pablo Casado, los populares obtenían ayer el 22,15 por ciento de los sufragios en las elecciones municipales y el 20 por ciento en las europeas. El PSOE también subía respecto a los comicios generales y obtenía el 29,47 por ciento en las locales con un 33 por ciento en las comunitarias.
Frente a esta mejora del bipartidismo, retroceden los partidos de la nueva política. Ciudadanos pasa de obtener el 15,85 por ciento de los votos el 28 de abril a limitarse al 8,24 por ciento en las elecciones municipales y un 12 por ciento en las europeas. Vox, que registró el 10,25 por ciento en las elecciones generales, se queda en el 2,89 por ciento en las municipales y un 6 por ciento en las europeas, mientras Podemos cambia el 14,37 por ciento de las generales por un 10 por ciento en las europeas.
La noche dejó alguna alegría más para el PP como la victoria de Xavier García Albiol en Badalona con el 38 por ciento de los votos escrutados, quedándose a tan solo tres concejales de la mayoría absoluta. La coalición Navarra Suma se colocó como la fuerza más votada, evitando que el cuatripartito que lideran los abertzales revalidara su mayoría absoluta.
Un pacto entre los partidos constitucionalistas, PSOE y Navarra Suma, permitiera expulsar a los radicales del gobierno. El PP también recuperó la alcaldía de Zaragoza y Valencia, al tiempo que preservó su poder en varios ayuntamientos importantes como Málaga y Alicante. En cuanto a las elecciones autonómicas, al cierre de esta edición los populares confiaban en reconquistar Aragón mediante un pacto con el Partido Aragonesista, y mantener tanto Castilla y León como Murcia.
Batacazo de Podemos
No solo el resultado de Madrid estuvo disputado. En Barcelona, la pugna entre ERC y la alcaldesa Ada Colau se extendió durante la mayor parte del recuento, para terminar entregando la victoria al candidato republicano, Ernest Maragall. Colau no tardó en proponerle un gobierno de coalición en el que estuviera presente también el PSC. No obstante, la decepción de la noche en Barcelona fue la gran apuesta de Ciudadanos para el consistorio, Manuel Valls, se limitó a seis concejales, solo dos más que JxC, aunque triplicó al PP. La CUP se quedó fuera del ayuntamiento condal.
En cuanto al País Vasco, las elecciones municipales colocaron al PNV como primera fuerza en las tres capitales. En la ciudad de Valencia Compromís mantiene la alcaldía con apoyo del PSOE-PSPV mientras que en Zaragoza el PP, Ciudadanos y Vox suman suficiente para recuperar el consistorio, ahora en manos de Podemos, para la derecha.
En Málaga los popualres lograron retener la alcaldía reeditadno su pacto con Ciudadanos mientras que en Sevilla los socialistas podrán seguir gobernando con Adelante Andalucía.
El resultado por autonomías arroja la victoria del PSOE en Murcia, mientras el PP, aunque pierde casi un tercio de sus representantes podrá gobernar con un pacto a la andaluza. En Aragón ganan también los socialistas aunque la suma con Podemos, CHA e IU no permite a Javier Lambán revalidar la presidencia.
En cuando a Castilla-La Mancha y Extremadura, los socialistas ganan por mayoría absoluta y en Asturias logran su mejor resultado desde 2007. En Castilla-León, el PP y Ciudadanos pueden sumar para gobernar sin Vox. La Rioja puede ser la única comunidad que el PSOE arrebate a los populares.
El balance general para el líder de Podemos, tiene poco de positivo. La formación morada pierde 71 diputados autonómicos y se consolidan dos de sus principales rivales internos. Además del resultado de Errejón, destaca el obtenido por el alcalde de Cádiz, José María González «Kichi», perteneciente a la corriente Anticapitalista. El edil de Ahora Cádiz se quedó a tan solo un concejal de la mayoría absoluta, después de manifestarse abiertamente en contra de la idea de Iglesias de trabar un gobierno de coalición con el PSOE. Kichi ha sido muy crítico con Iglesias por la compra de su chalé en Galapagar. Además, Podemos pierde las alcaldías de Coruña, Santiago o Zaragoza.
La hora de la verdad
Para el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, el resultado de estas elecciones se mide en términos de estabilidad para su futuro Gobierno. El líder socialista buscará en estos comicios la oportunidad de establecer acuerdos para el reparto del poder en los distintos territorios que faciliten después la gobernabilidad del país. Y Podemos, con su caída, pierde capacidad para exigirle un gobierno de coalición. Por ello, a su llegada al colegio electoral, el jefe del Ejecutivo pidió al resto de líderes políticos que cambien la «dialéctica electoral» a partir de hoy, por la construcción de un horizonte de estabilidad «que permita emprender las reformas que necesita el país». Sánchez siguió la noche electoral en la sede central del PSOE en Ferraz, acompañado por los principales miembros de la Ejecutiva socialista. Allí estuvieron, entre otros, el secretario de Organización y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos.
El presidente del PP, Pablo Casado, siguió el recuento desde la sede del partido en la calle Génova acompañado por su círculo de confianza. El líder popular concurrió a estas elecciones con un doble objetivo. Consolidar al PP como segunda fuerza impidiendo el temido adelantamiento de Ciudadanos. No en vano, el 28-A la formación naranja se puso por delante de los populares en comunidades como Madrid o Aragón. La segunda aspiración de Casado era conservar el poder territorial del PP. Y conquistó ambos objetivos.
Por su parte, el líder de Ciudadanos se había fijado la meta de alcanzar el poder en varias comunidades ayuntamientos importantes, para desbancar así al PP como líder de la oposición y presentarse como única alternativa posible al PSOE de Pedro Sánchez. No consiguió ni lo uno ni lo otro. Albert Rivera también vivió la noche electoral en la sede central del partido en la calle Alcalá junto al secretario general, José Manuel Villegas, la candidata a alcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el candidato a la Presidencia de esa comunidad, Ignacio Aguado.
Iglesias, medía en estas elecciones la potencia de su liderazgo, después de haberse quedado el 28-A unas décimas por debajo del porcentaje que el mismo situó como necesario para seguir al frente del partido. Y el resultado del pulso mantenido con Errejón en Madrid medido en votos es un serio revés.
El líder morado siguió la noche electoral en el Teatro Goya de Madrid junto a miembros de su equipo como el secretario de Organización, Pablo Echenique, o la portavoz parlamentaria adjunta Ione Belarra. También se desplazó allí el coordinador general de IU, Alberto Garzón, la candidata a las elecciones europeas, María Eugenia Rodríguez Palop, la aspirante a la Comunidad de Madrid, Isa Serra. Por su parte, al ir a votar, el presidente de Vox, Santiago Abascal había asegurado su convencimiento de ser determinante para el reparto de poder en grandes instituciones. Y lo consiguió.
EL PROBLEMA FUE DE PODEMOS QUE SE DERRUMBÓ TOTALMENTE YA NO VA A LEVANTAR NUNCA MÁS CABEZA.EL TREN PASA UNA SOLA VEZ.SE ACABÓ EL 15-M
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