La gente nacida después de 1975 es cada vez más tonta
Un estudio concluye que el cociente de inteligencia de los jóvenes ha comenzado a caer después de un aumento constante desde la Segunda Guerra Mundial.
Durante el siglo pasado, el cociente intelectual de la población se incrementó en tres puntos en cada generación, lo que fue conocido como el efecto Flynn. Varias teorías han intentado explicar esta brillante explosión de la mente humana, como una mejor nutrición, el cuidado de la salud, la universalización de la educación e incluso la iluminación artificial. Sin embargo, esta tendencia parece haber sufrido un importante retroceso.
Investigadores noruegos han llegado a la conclusión de que la inteligencia de los jóvenes ha comenzado a caer al menos siete puntos por generación. Es decir, parece que nos estamos volviendo más tontos. El descenso comenzó con los nacidos en 1975, que alcanzaron la edad adulta a principios de los años noventa. Según los autores del estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el motivo no es una cuestión genética, sino que se debe a aspectos ambientales como determinados cambios en la enseñanza o el sacrificio del hábito de la lectura en favor de los ordenadores y las pantallas.
El equipo del Centro de Investigación Económica Ragnar Frisch en Noruega analizó los resultados de los tests de cociente intelectual de jóvenes varones noruegos que ingresaron en el servicio militar obligatorio desde 1970 a 2009. En total, se contabilizaron 730.000 pruebas. Al estudiar los datos, los investigadores encontraron que las puntuaciones disminuían en un promedio de siete puntos por generación, una clara reversión de los resultados. Los nacidos en 1991 obtuvieron alrededor de cinco puntos menos que los que nacieron en 1975, y tres puntos menos que aquellos nacidos en 1962.
Investigaciones anteriores habían apuntado crudamente que las personas menos inteligentes tienen más hijos, por lo que se propagan sus genes menos favorables. Sin embargo, los autores del nuevo estudio creen que la causa no es genética, sino que el declive se debe a factores relacionados con el entorno. Sin apuntar a una causa definitiva, sugieren que los cambios en la forma en la que se enseñan las matemáticas y los idiomas, o la preferencia por la televisión y los ordenadores a la lectura de libros pueden estar detrás de nuestra actual tendencia a la estupidez.
Otra forma de medir la inteligencia
Antes de alarmarse, los investigadores también señalan que quizás lo que llamamos inteligencia en la era digital ya no sea lo mismo que se creía de forma clásica, por lo que es posible que no se pueda capturar con las pruebas de cociente de inteligencia tradicionales.
De todas formas, no es la primera vez que los científicos advierten de esta caída en la inteligencia humana. Dos estudios británicos anteriores ya indicaban que el cociente intelectual había disminuido entre 2,5 y 4,3 puntos por década. En un informe, publicado en 2013, los hombres y mujeres de la época victoriana (1837-1901), distinguida por una gran ebullición científica, inventiva y artística, aparecían como más brillantes que sus descendientes actuales. En este caso, la afirmación se sustentaba en la comparación de los resultados de los tiempos de reacción a estímulos visuales en pruebas realizadas a los ciudadanos desde finales del siglo XIX hasta los tiempos modernos. Al parecer, la velocidad de nuestros reflejos, una señal de capacidad intelectual, es bastante más pobre en comparación con la de nuestros antepasados.
Estas investigaciones fueron controvertidas, pero el nuevo estudio noruego viene a darles la razón.
COMO EDUCADOR SOCIAL ME PARECE QUE ESTO ES CIERTO Y SE ESTÁ PERDIENDO EL CARIÑO A LOS SEMEJANTES Y RESPETO. DESHUMANIZADA MAS CERCANA AL ROBOT.
2 comentarios:
Muchos estudios, muchas opiniones.
Es claro para mí que la tecnología es buena para los programadores e investigadores mas, no para los consumidores comunes salvo que realicen hermosos vídeos o publicaciones interesantes, relatos o reportajes fotográficos, ect.
si tan solo se usa como entretenimiento y nos atrapa en exceso, no digamos ya de la adicción, es natural y notorio que la inteligencia trabaje menos y por tanto, disminuya su desarrollo.
Si a esto se añade la pérdida de la afición a la lectura desde luego se favorece la pobreza intelectual y de vocabulario. Eso.
Carmen qué buen análisis has hecho, bordado. No se puede decir mejor con menos palabras y tan claro. Totalmente de acuerdo contigo. Un fuerte abrazo, amiga.
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