Tregua en Zarzuela por el cumpleaños de doña Sofía.
La infanta Cristina acude a La Zarzuela para celebrar con su madre su aniversario y don Juan Carlos acompaña a su esposa a un concierto.
Hace solo unos días, la reina Sofía aseguraba desconocer lo que se estaba organizando para su 80º cumpleaños. "No me cuentan nada", confesaba enigmática a la vez que sonreía porque las noticias que le iban llegando sobre los preparativos no podían alegrarle más. Su hija Cristina iba a estar en el almuerzo familiar que su hijo, el Rey, organizaba para ella. Este ha sido el regalo más valioso de los que ha recibido la reina emérita por su aniversario: ver juntos a sus hijos y nietos tras mucho tiempo de distanciamiento. En diciembre se cumplirán siete años del aislamiento decretado por la Casa del Rey hacia los entonces duques de Palma de Mallorca. Con Iñaki Urdangarin en la cárcel desde el mes de junio y absuelta la infanta Cristina de los cargos que pesaban contra ella, llegan tiempos de reconciliación en la familia Borbón.
Hay claros signos de cambio. En enero pasado don Juan Carlos cumplía 80 años, pero ese día no estaba junto a él su hija Cristina. Para dejar bien claro quien había impedido su presencia en el palacio de La Zarzuela, el rey emérito se desplazaba horas después junto a doña Sofía a Ginebra para verla. Eran los días en los que se hablaba de un preocupante estado anímico de la Infanta. Allí los Reyes coincidieron también con Urdangarin, pendiente todavía de sus problemas con la Justicia. Entonces no se consideró oportuno en Zarzuela que el marido de Cristina de Borbón acudiera a la cita familiar y ella se negó a hacerlo si él no le acompañaba. Con Urdangarin en la cárcel la situación ha cambiado y el cordón de protección establecido alrededor de la figura del Rey ya no es tan necesario. La Justicia ha actuado y los sentimientos familiares pueden regresar a escena.
Otro claro signo de cambio es la cada vez más frecuente presencia de la hija menor de los reyes eméritos en Madrid. En solo unos días se le ha visto paseando con su hermana Elena por el centro de Madrid mirando escaparates y poco después saliendo con sus hijos menores de un teatro tras asistir a la representación del musical El médico, cuyo vestuario ha hecho su gran amigo, el diseñador Lorenzo Caprile. Cristina, al ser sorprendida por los fotógrafos, no solo no se escondió, como otras veces, sino que sonrió como si los últimos siete años no hubieran existido.
Cristina de Borbón vive todavía en Ginebra con sus dos hijos menores, Miguel e Irene. Los dos mayores estudian fuera, pero ella no descarta regresar a España a medio plazo.
La relación de la Infanta con el Rey no es la de antaño, pero ha mejorado. Este viernes todos han hecho un esfuerzo para que doña Sofía tenga un cumpleaños feliz. A la cita tampoco faltó don Juan Carlos, que incluso a media tarde la ha acompañado a un concierto organizado en su honor en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, y eso que no oculta que él no es nada melómano. La Orquesta Sinfónica Freixenet, bajo la dirección de Plácido Domingo, interpretó el concierto de Brandemburgo número 6 de Bach y la sinfonía número 7 de Beethoven, dos de las piezas favoritas de doña Sofía.
A los reyes eméritos no se les veía juntos desde hace meses, cuando de nuevo Corinna Larsen volvió a escena a través de las grabaciones efectuadas por el comisario Villarejo. Como tampoco se ha visto en actos oficiales a don Juan Carlos, cuya presencia pública se ha limitado a citas sociales relacionadas con su afición a la vela. Esta misma semana, en Galicia —donde ha instalado su cuartel general en lo que a ocio se refiere— hacía sus primeras declaraciones, que eran sobre su nieta Leonor y su estreno como princesa de Asturias leyendo un texto de la Constitución. "Estaba muy nerviosa, pero lo ha hecho muy bien", sentenció. Esta vez los abuelos siguieron la ceremonia por televisión y no en directo como cuando don Felipe impuso a la heredera el Toisón de Oro, el pasado enero.
En la a veces complicada ecuación de combinar obligaciones y sentimientos, la reina emérita olvidó este viernes las tensiones familiares de los últimos tiempos: esos viajes casi clandestinos a Ginebra para ver a sus nietos, la mediación como madre para que su hijo flexibilizara sus relaciones con su hermana menor y las noticias aireadas de las amigas entrañables del que es su marido desde hace 56 años, aunque lleven vidas separadas desde hace 40.
Que la cita del viernes haya sido más distendida ayudó la presencia de muchos otros familiares y que se sirviera un almuerzo de tipo buffet. Estaban convocados las hermanas de don Juan Carlos y sus hijos y la familia griega de doña Sofía, aunque Marie Chantal Miller, esposa de Pablo de Grecia, pronto hizo saber que no acudiría por motivos laborales. Ella fue la familiar que más duramente criticó la actitud de doña Letizia en Palma al impedir la foto de doña Sofía con sus nietas. También acudieron al encuentro algunos primos de doña Sofía y sus colaboradores más cercanos durante sus años de reinado.
Cuando cumplió 70, doña Sofía declaró a este periódico que la cifra le "impresionaba". Al llegar a los 80 asegura sentirse como si tuviera 50. Está llena de planes que su hijo apoya y fomenta. El último es trabajar para la conservación de los oceános. Fortaleza no le falta. Lleva años demostrándolo.
SÓLO FALTABA QUE HUBIRAN DEJADO A URDANGARÍN ASISTIR.ESTA FAMILA ES UNA VERGÜENZA PARA LA CORONA Y ESTA DANDO PASO A LA REPÚBLICA SIN TARDAR MUCHO Y VIVIR DE MADRE EN EL EXTRANJERO CON LOS DINEROS QUE TIENEN FUERA DE ESPAÑA, Y A LO MEJOR PASAR LES UNOS DINEROS MENSUALES PARA QUE NO INCORDIEN POR LA REPÚBLICA Y LOS ESPAÑOLES SIN INTERARSE.ESTO YA SE HA DADO EN EL PASADO.
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