La mentira aceptada
Justicieros morales que mienten con total desparpajo
Un principio asentado en las viejas democracias anglosajonas, esas que muchos tanto envidiamos y admiramos, es que todo dirigente que miente al público queda desacreditado para ejercer la política.
Vamos con una valiosa cita de finales de enero, cuyo vídeo pueden ver en la web de ABC. Reza así: «No caben atajos frente a un proyecto del que no les escuchamos desistir, que es el independentismo. Estos no pueden ser en ningún caso nuestros aliados para una moción de censura. Les puedo adelantar que esa posición [la oferta separatista para apoyar una moción contra Rajoy] ya la conocemos. Nos la hicieron llegar antes del verano. Nos apremiaron que fuese antes del 1 de octubre y no encontraron más que nuestro rechazo, porque nosotros no tenemos tal ansia de gobernar a toda costa; y desde luego, mucho menos a costa de la unidad territorial de este país, eso jamás. No hemos tenido jamás un interés corto de poder simplemente para tener un Gobierno en precario y dependiendo de fuerzas que no comparten nuestra visión de España, que ni siquiera comparten nuestro modelo de Estado. No es posible una moción de censura con esos apoyos».
Excelente. Un contundente y explícito rechazo a colaborar con los enemigos declarados de España. ¿Y de quién es la cita? De José Luis Ábalos, de 58 años, valenciano, maestro de Primaria y en la actualidad secretario de organización del PSOE, su número dos. El señor Ábalos ha sido también el encargado de presentar en el Congreso la moción de censura contra Rajoy, sostenida por los separatistas del PdCat -el partido de Puigdemont y Torra-; ERC, la formación de Junqueras; y Bildu, los herederos políticos de los asesinos de ETA. En enero, Ábalos había prometido con firmeza que no haría lo que cinco meses después ha ejecutado. Por lo tanto, y siento decirlo, es un mentiroso.
«Aquellos que decían que yo iba a pactar con los independentistas con tal de ser presidente ahora callan». Esta frase la subió un político en su Twitter en abril del año pasado. El candidato en cuestión alardeaba así de que había desechado a los independentistas como un apoyo para llegar al poder. El tuit era del señor Sánchez, presidente ahora gracias al voto separatista que aseguraba rechazar. Es el mismo político que hace dos semanas consideraba repugnantes los presupuestos de Rajoy y que ahora quiere aplicarlos. El mismo que llamaba supremacista y xenófobo a Torra y que ahora acepta sus votos. El mismo que apoyó el 155 contra los golpistas y que ahora los convierte en sus socios.
Faltar a la palabra dada de manera flagrante es inadmisible, y más en quienes llegan al poder alardeando de limpieza moral frente al PP. Pero hoy en España la mentira está homologada como algo normal, tolerable. Las chirriantes incongruencias de Sánchez no copan los titulares en telediarios y periódicos, la diana sigue pintada sobre Rajoy, que ya es historia. Late tras esa paradoja el mayor error de Rajoy como gobernante: su irresponsable descuido de la comunicación. Mal asesorado por Santamaría, incluso ayudó a armar las televisiones que lo han dinamitado. Sánchez, maniobrero y de nulos escrúpulos, no será tan naif.
TODO VALE CUANDO NO HAY IDEOLOGÍA CLARA O ÉSTA SE HA PERDIDO LA CABO DE LOS AÑOS.
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