La llegada de un detenido «famoso» obliga a los vecinos de Neumünster a ponerse al día en el desafío separatista catalán
Los vecinos de Neumünster, ciudad de unos 70.000 habitantes, son conscientes de que su cárcel alberga desde el fin de semana a un preso «famoso». «Lo he visto en las noticias, no sabía nada y de repente vi que la ciudad aparecía en la televisión», cuenta una estudiante que, sin embargo no ha sentido la tentación de acercarse hasta la prisión para ver el ambiente. En el mismo informativo pudo ver imágenes de Cataluña en las que los manifestantes se enfrentaban a la policía y sintió la misma inquietud que muchos otros en esta ciudad.
«No entiendo por qué lo tienen que dejar aquí, y lo han detenido. Que se lo lleven cuanto antes a donde tenga que ir», dice un jubilado al que preocupa que la crispación que hay en Cataluña acabe salpicando las pacíficas calles de Nuemünster. «Los separatistas en Cataluña siguen haciendo presión. He visto en la tele que en Barcelona cierran cafés y negocios, hasta el equipo de fútbol no quiere jugar. Solo espero que no haya violencia», lamenta una profesora de primaria.
Los medios de comunicación alemanes han informado estos días intensamente de las protestas callejeras y la situación. De hecho, parece haber dividido a la prensa en dos sectores. Por una parte, están los que consideran que la detención supone un punto de inflexión, como el semanario Die Zeit, que considera que «el estado de ánimo en la calle es de irritación, y las manifestaciones de ahora no tienen nada que ver con los acontecimientos alegres de los últimos años».
Y por otra parte están los medios que defienden abiertamente la internacionalización del conflicto, como el diario progresista de Múnich Süddeutsche Zeitung. «La protección de los derechos humanos contra la persecución no puede sacrificarse por el reconocimiento mutuo (entre Estados europeos)», publicó este diario.
«La sensación es que hay tensión. Se nota esa tensión en la sociedad, entre los que están a favor y en contra de la independencia. Están muy divididos», analiza un vendedor en el centro de Neumünster, junto a una agencia de viajes en la que confirman que el conflicto se deja sentir en la demanda con destino a Cataluña. «Ya hemos visto que hay más cancelaciones de lo normal, alrededor de un 25 por ciento. La gente no quiere ir porque tiene un poco de miedo y ahora, como se ha vuelto el centro de atención, lo más posible es que el problema se acentúe». «En las próximas semanas veremos lo que puede pasar. Lo aconsejable es verlo desde la perspectiva de la UE», dice Helga, otra vecina, consciente de que lo de Puigdemont va para largo.
ESE HOMBRE ES INCÓMODO PARA TODOS,POR DONDE VA DEJA UN RASTRO NADA AGRADABLE.
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