Aguirre, Cifuentes y Cospedal, en la presentación del programa marco del PP el 10 de abril
Aguirre y Cospedal llegan sin programa a las vísperas del 24-M
El PP aspira a dos grandes plazas sin un proyecto electoral, y Ciudadanos no presenta un documento en cuatro comunidades.
Dos de las principales líderes del PP —Esperanza Aguirre y Dolores de Cospedal— acuden a los comicios del domingo sin un programa detallado. La primera aspira a dirigir el Ayuntamiento de Madrid con la guía de un folio con diez puntos genéricos. El programa de Cospedal para Castilla-La Mancha no ocupa una sola línea. Ciudadanos tampoco presenta un documento en cuatro comunidades.
La ausencia programática —una forma, es cierto, de no abrumar al elector, pero también de evitar que este pida cuentas de las promesas— no es coto exclusivo de Aguirre y Cospedal. Ciudadanos, el partido emergente de centro liberal, no ha tenido tiempo de confeccionar un programa específico al menos en Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Murcia. La formación de Albert Rivera, que ha completado su implantación en toda España de forma acelerada en los últimos meses, remite para estas comunidades a su programa marco, que no hace referencia a aspectos concretos de cada comunidad.
La práctica de no publicar un programa exhaustivo tiene escasa tradición en España. De hecho, los archivos de este periódico solo encuentran dos antecedentes, y ninguno de ellos pertenecía a la política. En agosto de 2006, el socio Jaume Guixá se presentó como precandidato a la presidencia del FC Barcelona sin un programa. No logró las firmas necesarias para enfrentarse a Joan Laporta. Y en diciembre de 2003, el catedrático Victoriano Ramírez, especialista en matemática electoral, compitió para ser rector de la Universidad de Granada también desprovisto de programa, según reconoció él mismo. Perdió con un 25% de los votos.
Buscar a la candidata Cifuentes
Oculta en su propia casa. Quien quiera estudiar el programa de la candidata del Partido Popular a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, hará bien en no buscarlo en la web del PP madrileño, presidido por Esperanza Aguirre. El volumen, de 106 páginas, está alojado en la página de Internet de la candidata, que ayer alardeó como “noticia urgente” de que tenía un programa.
Monago abrumador. El programa electoral más extenso —330 páginas y 1991 propuestas— lo firma José Antonio Monago, candidato del PP extremeño.
Los programas extensos, que ocupan decenas o cientos de folios, son, en realidad, los documentales de La 2 de la política. Muy pocos los leen, aunque nadie reconocerá que va a votar sin haberlos estudiado a fondo. Conscientes de ello, los partidos los han relegado en sus estrategias, aunque nunca hasta el punto de hacerlos desaparecer, como ahora. El PP opta, en el caso de Aguirre, por un modelo de campaña que resultó un éxito con José María Aznar en 2000: se presentan una serie de ideas-fuerza o principios generales para toda la campaña y cada día se lanza una propuesta estrella para llevar la iniciativa frente al resto de partidos. Estos días, la candidata popular al Ayuntamiento de Madrid ha prometido, por ejemplo, que, si gobierna, todos los niños sabrán nadar antes de los nueve años o que los perros podrán viajar en autobús.
Por su parte, Dolores de Cospedal no presenta ni una línea por escrito, y la página web del PP manchego se limita a reseñar los “logros” de la candidata en los últimos cuatro años.
De las cuatro grandes formaciones que concurren en toda España este 24-M, solo Podemos ha presentado programas detallados por escrito en las 13 comunidades donde se celebran elecciones autonómicas. El PSOE lo ha hecho en todas excepto La Rioja, región donde también falla el PP; y los partidos regionalistas y nacionalistas también han redactado programas largos en sus comunidades.
Cuestión distinta es la facilidad para encontrar los programas en las páginas web de los partidos —buscar los compromisos del PSOE asturiano y de Castilla y León requiere media docena de clics y buena vista— y el grado de concreción de las propuestas. Los programas están cuajados de “mesas de expertos” y “libros blancos”; y los verbos que más se conjugan —siempre en futuro— son “impulsar”, “fomentar” y “priorizar”.
COMENTARIO:
Lo dicho, la gente vota sin leer los programas, ni siquiera los resúmenes de los mismos. Luego se echan las manos a la cabeza. Por supuesto que se presentan sin programa, porque saben que un elevado tanto por ciento de los votantes no se va a molestar en buscarlos. Luego dicen, políticos malos... yo le veo poco remedio a la cuestión, sinceramente.
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