Castello Branco-Portugal.(foto Miyares)
LOS TRABAJADORES FIJOS QUE ESTÉN EN LA FRANJA DE 30 A 45 AÑOS PUEDEN SER DESPEDIDOS CON FACILIDAD PARA CONTRATAR A OTROS SUBVENCIONADOS.
A diferencia de su antecesor, Mariano Rajoy no ha empleado paños calientes y ha avanzado que «este 2012 va a ser malo» para la economía. Es más, entre diciembre y marzo de 2013, España puede superar los niveles máximos de paro en democracia (alcanzados en 1994, con un 24,6%). ¿Qué escenario se abre, por tanto, a una sociedad que ya lleva cuatro años de retroceso?
La respuesta obvia es que todos deben dirigir energías a buscar salidas de la crisis. Pero los primeros síntomas (reformas financiera, laboral) apuntan a que se dan pasos en la buena dirección, aunque insuficientes para corregir defectos estructurales (escasa digestión del ladrillo; dualidad entre fijos y temporales), por lo que crecerá la sensación de entrar en una época de reparto de lo escaso.
De todo ello pueden emerger dos corrientes potencialmente dañinas para la cohesión. Por un lado, aumentarán las tensiones territoriales entre aquellos que aportan más a la caja común y los que dependen de transferencias generadas en zonas ricas (con fuertes recortes en la sanidad, Cataluña liderará esta tendencia).
Pero otra ruptura, sutil, empieza a entreverse: la generacional. Amplias franjas del colectivo entre los 30 y los 50 años están atrapadas en caídas salariales, empleo precario (o sin él), losas hipotecarias... y expectativas de no tener pensiones dignas. Lo que contrasta (en conjunto) con la generación situada entre los 55 y los 75 años, que sí tuvieron una mejora profesional continua, gozan de una propiedad (o más de una) y disfrutan de pensiones aceptables, pagadas por el menguante grupo anterior. Habrá que ver la traducción política de esta falla, aún difusa entre quienes la sufren.
P. D.: Por primera vez en 40 años, un partido fascista tiene apoyos para lograr representación en el Parlamento griego, en las elecciones previstas para abril. No, por nada.
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