El Gobierno vive en una realidad virtual con el IPC
No queda otra solución que reconocer la prolongada gravedad de esta crisis por más que el Gobierno viva en su sobreactuada euforia
Una vez más, los pronósticos de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, han sido inexactos. La inflación no está siendo un fenómeno «coyuntural», que era la palabra utilizada por el Gobierno como un mantra para restarle importancia. El dato de incremento del IPC conocido este lunes acredita una subida de los precios al 8,7 por ciento en mayo, de modo que tanto los combustibles como la cesta de la compra se han disparado, encareciendo sobremanera el bolsillo de las familias. Además, es evidente que la rebaja de 20 céntimos para combustible en las gasolineras ha sido enjugado, y los usuarios vienen pagando ya lo mismo que hace un mes. Si a ello se une el dato de la inflación subyacente, que sube hasta el 4,9 por ciento, no queda otra solución que reconocer la prolongada gravedad de esta crisis por más que el Gobierno viva en su sobreactuada euforia.
El Ejecutivo sigue empeñado en su realidad virtual, aunque la tozudez de los datos le desmienta. Y lo peor es su incapacidad para rectificar.
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