Liderazgos mundiales o de andar por casa
La invasión rusa de Ucrania ofrece al nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, una oportunidad perfecta para demostrar su liderazgo continental, que con él Alemania sigue siendo quien baliza buena parte del camino por el que discurre Europa
La invasión rusa de Ucrania ofrece al nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, una oportunidad perfecta para demostrar su liderazgo continental, que con él Alemania sigue siendo quien baliza buena parte del camino por el que discurre Europa. Por tanto, no se entendía su inicial resistencia a desconectar a Rusia del sistema Swift, que supondría el bloqueo de sus transacciones financieras, una sanción dura pero eficaz ante el desafío que Putin ha lanzado al mundo. Afortunadamente, ha corregido su postura y se aviene a dejar a Rusia fuera del sistema. Paralelamente, el Ejecutivo alemán aprobó ayer el envío de miles de armas antitanque y misiles a Kiev. Alegar la presunta complejidad del procedimiento o ponerse de perfil era demasiado egoísta, impropio del momento de peligro global y creciente que significa la enloquecida estrategia expansiva de Putin.
La talla de un líder se suele medir en las duras y el canciller ha demostrado que no solo quiere ser un líder de andar por casa.
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