• La firma vasca Biotech Foods logra una inversión de 34 millones de JBS
  • El sector aspira a lograr el 30% del negocio cárnico en dos décadas
  • "La alianza con JBS nos permitirá llegar a más de 190 países"
  • Comer carne sin que mueran animales en el proceso ya es una realidad y España se posiciona como una de las referencias a nivel mundial. Los inversores han comenzado a apostar seriamente por proyectos para hacer que este proceso de laboratorio pase a una fábrica que pueda producir de forma masiva y llevar a los supermercados el producto. Una de estas apuestas ha sido la del gigante cárnico brasileño JBS sobre la guipuzcoana BioTech Foods. La multinacional ha adquirido 34 millones del capital de la española para que desarrolle en el País Vasco una fábrica para 2024. Hasta ahora, solo tres países tienen proyectos activos: Estados Unidos, Holanda e Israel.

    El proceso consiste en que, tras lograr un tejido de carne del animal a través de una biopsia, se cultiva fuera del cuerpo del ser vivo. La tecnología actual permite que las células de ese tejido se multipliquen y generando así carne para alimentos como hamburguesas o salchichas. Las estimaciones actuales apuntan a que con una sola extracción se puede lograr el equivalente a 50 cerdos. El mercado de esta carne cultivada, según Mackinsey, alcanzará los 25.000 millones de dólares en 2030 y la Unión Europea ya se ha puesto como objetivo que al menos el 30% del consumo de carne provenga de esta fórmula. La duda que hay en torno al sector es hasta qué punto esta forma de producir carne es escalable como para consolidarse como industria.

    Desde BioTech Foods, celebran el acuerdo y afirman que están estudiando cómo hacer esa transición del laboratorio a la industria. "Uno de los grandes retos en los que se trabaja es la escalabilidad, ya que es lo que permitirá producir a niveles y precios ajustados a las necesidades del mercado" explica el CEO de la firma, Íñigo Charola, en declaraciones a elEconomista.es Ahora mismo la empresa está "en la fase de escalado industrial, al igual que las principales compañías pioneras del sector en todo el mundo". Además especifican que el camino hacia el mercado solo ha comenzado por lo que es muy pronto para hablar si podrán ofrecer unos precios ajustados al mercado.

    La compañía cree que, de momento, la carne cultivada se presentará ante el consumidor como un complemento a la industria cárnica. La idea es "permitir un mercado más diverso y sostenible, a aportar un nuevo componente del mix de proteínas que deben de coexistir". Además creen que el principal impacto positivo que tendrá la carne cultivada será el medioambiental y del bienestar animal. Respecto a lo primero, ser capaces de producir más carne con este sistema "mejorará el uso de los recursos naturales y permitirá reducir la emisión de gases de efecto invernadero".

    Otra de las ventajas que defienden desde la empresa es que la carne de laboratorio "además de incorporar todos los aminoácidos esenciales, se puede combinar con grasas vegetales, aportando beneficios a la salud, por ejemplo, para prevenir enfermedades como el cáncer de colon o el aumento de colesterol en la sangre".

    España, en el top 4 del cultivo de carne

    Desde Charola defiende que su fábrica repercutirá de forma clave a la hora de mantener y ampliar el peso internacional que la industria cárnica española tiene en el mundo. "España es una potencia de la alimentación y desarrollar esta tecnología aquí permitirá participar de la creación de riqueza que esta nueva alimentación va a suponer". Destacan los empleos de alta cualificación como uno de los mayores beneficios que la fábrica aportará.

    Al margen de España, el CEO de la empresa ya piensa en internacionalización y cree que, en ese sentido, la alianza con su nuevo inversor, JBS será clave en el proceso. "La operación nos permite unir fuerzas para acelerar el desarrollo" pero también "su estructura de comercialización y venta nos permitirá llegar a más de 190 países en el mundo". Y además, creen que gracias a este apoyo "estamos entre los cuatro proyectos con mayor dimensión del mundo".

    BioTech Food ya se ha llevado las primeras ayudas europeas para desarrollar este negocio por un valor de 2,7 millones de euros. La empresa no descarta abrirse a nuevas inyecciones de capital a ayudas, especialmente en un momento en el que los inversores han puesto su mirada en este sector. Bill Gates y Richard Branson, por ejemplo, ya han entrado en proyectos de carne cultivada al comprar parte de Memphis Meats.

    El sector cárnico no lo tiene claro

    A pesar de que los proyectos no paren de multiplicarse, los principales representantes del sector cárnico en España no tiene claro que esta tecnología tenga recorrido y creen que aún hay muchas incógnitas sobre la calidad del producto final y sobre el impacto medioambiental.

    Ignasi Pons, adjunto a la dirección de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (FECIC), defiende que "el consumidor aún tiene una preocupación muy importante por este tipo de comida, es un sector que genera muchas dudas". Remarca que "es muy pronto para empezar a hablar de este producto".

  • ESO PARA GARZÓN ESTAMOS LOCOS?