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jueves, 28 de octubre de 2021

LAS RECETAS ECONÓMICAS DE PEDRO SÁNCHEZ ALEJAN A ESPAÑA DEL RESTO DE EUROPA

 Las recetas económicas de Pedro Sánchez alejan a España del resto de Europa

Desde su llegada a La Moncloa, el PIB per cápita español está un 5,26% más lejos de la media europea. Los expertos coinciden en que sí importa quién manda. Por ejemplo, dicen, «Mario Draghi suma, no resta».

El viaje de España hacia el corazón de Europa sigue inconcluso, con varias idas y venidas en las últimas décadas. Según un estudio realizado por el presidente del Foro de la Sociedad Civil, Jesús Banegas, a partir de la evolución de la renta o PIB per cápita en valores constantes –es decir, sin tener en cuenta la inflación– en las etapas de los expresidentes Felipe González, Aznar y Rajoy, España se aproximó de forma importante a la media europea, mientras que durante los últimos mandatarios socialistas (Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez) el movimiento es justo el opuesto.

En el mandato de Rodríguez Zapatero (2004-2011) y, más recientemente, con Pedro Sánchez (desde 2018) la homologación con Europa se ha invertido, según los datos recogidos. En concreto, con el primer presidente del Gobierno del PSOE (1982-1996), se avanzó en casi cinco puntos en materia de convergencia hacia Europa. En concreto, se progresó un 0,35% anual, mientras que bajo el del popular José María Aznar (1996-2004), el PIB per cápita español se acercó a la media europea un 0,57% anual dando un salto de casi cinco puntos adicionales. Estos avances se frustraron con el exsecretario general socialista en La Moncloa, entre 2005 y 2012, cuando se retrocedió prácticamente lo adelantado en las dos décadas anteriores, perdiendo 9,85 puntos en materia de convergencia. En términos anuales, nuestro PIB se alejaba de la media europea un 1,40%.

Tampoco ayudó la crisis financiera de 2008-2011, en la que el PIB acumuló una caída del 9% y disparó la tasa de paro del 9,6% del primer trimestre de 2008 al 24,19% de inicios de 2012, aunque el desempleo tocaría su techo histórico con un 26,94% durante los tres primeros meses del año siguiente. Para entonces, el Ejecutivo popular ya había aprobado la reforma laboral y los ajustes de mayor calado. Pero, sobre todo, fue una política económica que no rindió los resultados esperados –Plan E, mayor endeudamiento, la concentración de las cajas de ahorro– la que forzó al líder socialista a congelar las pensiones, así como los primeros tijeretazos al gasto público en mayo de 2010.

El presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, observa que «en 2009 ya estábamos creciendo por debajo de la Unión Europea, cuando en los cinco años anteriores lo hacíamos siempre muy por encima de las previsiones». Con el retorno de los populares al poder con Mariano Rajoy (2011- 2018) tuvo lugar un nuevo viraje hacia Europa y una ganancia del 2,2% entre 2012 y 2017, estrechando la distancia que nos separaba de la media europea, según la evolución del PIB per cápita recogida en el citado estudio.

Sánchez, desandar el camino

Más recientemente, con Pedro Sánchez en La Moncloa desde 2018, España ha vuelto a desandar su camino y, en solo tres años, el PIB per cápita se ha distanciado un 1,75% anual, acumulando una pérdida del 5,26%, malogrando lo conseguido por Rajoy. Para Jesús Banegas, todos los datos anteriores demuestran que, «en igualdad de condiciones, hay países que funcionan bien y otros mal».

En su estudio, el presidente del Foro de la Sociedad Civil también compara la situación de España con la de vecinos como Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. Frente al liderazgo alemán en Europa, especialmente tras la unificación y las reformas de principios de siglo, destaca la creciente divergencia de Italia y de Francia respecto de las cifras comunitarias. En opinión de Banegas, los ingredientes detrás del éxito alemán son la ausencia de desequilibrios presupuestarios, la carencia de deuda y un mercado laboral inclusivo. Todo lo contrario de las políticas, opina, en las que estarían incurriendo España, Francia e Italia en mayor o menor grado: endeudamiento, peores regulaciones, desempleo, etc...

El profesor de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade, Pedro Aznar, teme que España se quede «en tierra de nadie», aunque logre atraer inversiones hacia determinados sectores muy dinámicos como el del automóvil y el agroalimentario.

Derogar la reforma laboral

Similar opinión tiene Gregorio Izquierdo (IEE), quien avisa de que «en algunos ámbitos se ha anunciado la posibilidad de revertir algunas de las reformas que tanto han dinamizado el proceso de recuperación anterior a la pandemia». Una referencia directa a las pretensiones de Unidas Podemos y, en concreto, de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de derogar la reforma laboral de 2012.

«Es verdad que hemos vivido una crisis sobrevenida –el Covid– y que estamos inmersos en importantes retos como la digitalización y la transición energética, pero no por ello podemos descuidar las medidas que configuren un clima favorable a la empresa», matiza el director general del IEE.

Entonces, ¿es importante la identidad del timonel, de quién toma las decisiones? Banegas no alberga ninguna duda: «España, cuando se ha gobernado bien, el resultado es magnífico y, cuando se ha hecho mal, el producto es pésimo». Mientras que Aznar (Esade) recuerda que quien gobierna genera «un impacto directo e indirecto en la inversión», en referencia a la percepción del riesgo-país por parte de los inversores internacionales. El profesor de Esade explica que «en la economía funcionan las expectativas y, una parte importante, es la seguridad jurídica».

El carisma de Mario Draghi

Como ejemplo de lo anterior menciona al actual primer ministro italiano Mario Draghi –y expresidente del Banco Central Europeo (BCE)–, cuya figura reúne el consenso de la clase política italiana e inspira una visión positiva a los mercados. «Suma, no resta», concluye.

Por ejemplo, para el director general del IEE, los últimos cambios regulatorios en el mercado eléctrico no lanzan un buen mensaje al exterior y recuerda que la inversión empresarial en España todavía sigue lejos de registros prepandémicos.

En esta línea, Izquierdo apuesta por «la mejora de la eficiencia de los mercados de bienes y servicios», así como por medidas liberalizadoras en el ámbito laboral. A su juicio, las reformas más urgentes deben aumentar el nivel educativo y la seguridad jurídica, fomentar el emprendimiento y una «fiscalidad competitiva», para hacer más atractiva a España para los inversores. Para este experto, también se debe «empezar a plantear una estrategia de política fiscal» que refuerce la sostenibilidad presupuestaria a medio y largo plazo.

Por su parte, Valentín Pich (Consejo General de Economistas) reconoce que las últimas tres crisis han tenido un fuerte impacto sobre la economía española. Solo la pandemia provocó un desplome histórico del PIB de un 10,8% en 2020 y avisa de que, de nuevo, estamos perdiendo competitividad. Por este motivo, argumenta que «como país no hay recetas milagrosas» y apuesta por «revisarlo todo». Lo que, en su opinión, incluye desde dejar de arrastrar unas elevadas cifras de paro a introducir cambios en la gobernanza universitaria y, sobre todo, en el marco institucional «para que el Estado no complique las cosas».

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