Y NO PARA CONSTRUIR OTRA MEJOR, SINO SEMBRAR EL ODIO Y EL CAOS
Algunos dicen que lo que nos está pasando en España ya ha pasado otras veces. Supongo que se refieren al politiquismo de los politicastros, que en algún caso combina un ansia regional de ser reino por no haberlo sido con la ambición personal de pasar a la historia como el San Jorge que lo consiguió, aunque sea un resultado Valcánico. Los que atacaron a España con terrorismo harían lo mismo si eso sirviese de algo, pero sirve más la compra y venta de intereses y votos en el mercado negro. Sí, eso es propio de esta generación de los 30 y 40 años, que curiosamente son fruto de la década de los 70, más o menos.
Eso mismo podemos decir no solo de todo el fenómeno político a la carta, sino de las estadísticas que sitúan a una parte de esa generación en todo lo peor de lo que nos está pasando; y no quiero repasar el estado actual, moral y cívico del reino de España para no desanimar aún más al personal normal. Por eso, en realidad, lo que nos está pasando no ha pasado nunca. Hay miembros de esa generación que nos dan motivos de admiración y orgullo, son miembros verdaderamente valiosos que aportan lo mejor de sí mismos en esta época de descontrol, son los que raramente están en las noticias, son los que luchan por un país mejor para todos, para todos, para todos -por si no quedaba claro-. ¿No deberíamos ayudarlos quienes sí sabemos lo que pasa, los que no estamos ni manipulados, ni engañados, ni...?
-Un momento, están ardiendo unos contenedores de basuras en mi calle-. Esto... ¿en qué generación sucedió esto de quemar contenedores, matar a la pareja, tanto homicidio culposo, pederastia, maltratadores, robacables, pintamonas, botelloneros, abusones, planta cacas, gritones en la terraza del bar? ¿Será que faltan leyes?, ¿será que falta policía?, ¿será que faltan funcionarios. Basta ya de los antisistema, los anticultura, los antihistoria, los antirrazón, los antiverdad, los antijusticia. Que les caiga de una vez el peso de la ley, si es que el sopor de la inoperancia -la otra parte culpable- acaba por despertar de una ¡####! vez. Y eso que no me proponía repasar la triste actualidad.
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