La lección del caso Berlusconi sobre el coronavirus: los jóvenes infectan a ancianos
«Estoy entristecida y preocupada», mensaje de su exmujer, que rompe un silencio de 12 años lleno de peleas judiciales por el divorcio.
El caso Berlusconi está demostrando que ahora son los jóvenes, sobre todo a la vuelta de sus vacaciones, los que infectan a los ancianos. Lo confirman los expertos, como el profesor Massimo Galli, 69 años, jefe del departamento de enfermedades infecciosas en el hospital Sacco de Milán: “Lo vemos en las unidades de cuidados intensivos, que comienzan a llenarse. Berlusconi es un anciano un poco particular. Tal vez el virus alguien lo haya llevado a la casa. Aparte de la sincera esperanza de que se recupere rápidamente, por supuesto, es un ejemplo de una persona mayor alcanzada por el virus”. Está claro que el coronavirus es despiadado, que no respeta leyes, lugares y personas.
El caso Berlusconi explica claramente algo que todos los medios italianos están poniendo en evidencia: El virus es hoy, aparentemente, menos dañino porque está infectando a más jóvenes, a las personas que, tras el confinamiento, han reanudado la vida social y durante las vacaciones han llenado playas, bares y discotecas hasta que estas se cerraron. Pero los ancianos ahora encuentran a los hijos y nietos, a los que abrazan tras las vacaciones.
Hacía tiempo que Silvio Berlusconi (84) no abría telediarios ni los periódicos le dedicaban portadas y muchas páginas como ahora, para hablar del exprimer ministro como “un paciente con riesgo por el coronavirus, con inicios de neumonía bilateral”. Hasta su exmujer, Veronica Lario (64), después de 12 años de durísimo enfrentamiento por su divorcio, a través de sus respectivos abogados en los tribunales de justicia, ha roto ese silencio para mandar un mensaje a su exmarido: “Estoy entristecida y también un poco preocupada, pero el escenario clínico parece bastante reconfortante; mis hijos me han tranquilizado, me dicen que tenga calma”. Un mensaje que demuestra que sus años de convivencia con tres hijos, Bárbara (36), Eleonora (34) y Luigi (31), es un pedazo de vida muy importante que no se puede olvidar.
Tensión entre las hijas
A Verónica Lario le preocupa y le duele la sospecha, extendida en los medios de comunicación, que Silvio Berlusconi haya sido contagiado por Luigi o Bárbara. Esta lo ha desmentido categóricamente. Pero cierta pelea ha surgido entre las hijas, cuyas relaciones no siempre fueron armoniosas. La primogénita del exprimer ministro, Marina (54), su preferida, se ha mostrado furiosa, porque “alguno ha tenido un comportamiento irresponsable”. Ella aisló al padre, junto a su novia la diputada de Forza Italia, Marta Fascina (30) en su villa de la Costa Azul, en el sureste francés, durante los meses del confinamiento. Ahora está irritada, porque, según ella, "si bien no se puede decir con seguridad quién lo ha infectado, en la villa de Cerdeña se han tenido comportamientos irresponsables, con personas que entraban y salían sin problemas, tal vez después de asistir a fiestas…”.
Ha sido muy comentado que en Costa Esmeralda c irculó con intensidad el virus, porque no hubo cautela, convirtiéndose en el principal foco del Covid en Italia durante el verano. Berlusconi ignoró las alarmas. Il Mesaggero cuenta hoy que un nieto del exprimer ministro comunicó mediante un sms su enorme preocupación por un caso de contagio aparecido el 10 de agosto en Villa Certosa, la lujosa mansión del magnate en Costa Esmeralda.
El clima general de distensión llevó a Berlusconi a organizar cinco días después, en Ferragosto, una gran fiesta, como en sus mejores tiempos, con un centenar de invitados, entre ellos muchas jóvenes, con gran diversión, que incluyó fuegos artificiales, pero sin ninguna cautela.
El 16 de agosto llegó su hija Bárbara y con ella la baby sitter que se ocupa de sus hijos. Ambas tuvieron fiebre y dieron positivo al test de coronavirus. Una noticia terrible para Berlusconi, con graves problemas cardíacos en el pasado (en el 2015 le colocaron un marcapasos y al año siguiente, tras una grave anomalía cardíaca, fue sometido a una delicada operación de recambio de la válvula aórtica. El líder de Forza Italia se vio obligado a escapar rápidamente de su villa de Cerdeña el 19 de agosto. Luego, también su novia y un escolta dieron positivo en el test del virus.
Manifestación de negacionistas
Berlusconi se ha percatado ahora de la gravedad que representa la pandemia. “Desgraciadamente, esto no es un resfriado... Ahora que la epidemia me afecta personalmente, y no solo a mí sino también a mi familia, me doy cuenta una vez más de lo grave que es esta tragedia que nos ha sucedido. Me doy cuenta de cuántos dolores sembró en tantas familias, cuánto dolor causó a tanta gente. Pienso en los que ya no están, pienso en los que han perdido a sus seres queridos...”.
Desgraciadamente, todavía hay quienes no han aprendido la lección. Esta tarde, los negacionistas del virus se manifestarán en Roma contra “la dictadura sanitaria”, con el grito de “no mascarillas”, “nosotros somos el pueblo”. Detrás de la convocatoria hay una constelación de grupos, desde los llamados “chalecos naranjas” italianos, hasta los antivacunas, pasando por el movimiento de extrema derecha Forza Nuova. Son una minoría, pero gritan y hacen mucho ruido.
El presidente de la región del Lazio, Nicola Zingaretti, líder del Partido Democrárico, infectado por el virus en marzo, ha pedido en un tuit que la manifestación sea anulada: “La manifestación es un error. Aún tenéis tiempo para cancelarla. Respetad a las víctimas, a las familias, los trabajadores sanitarios, los sacrificios de los italianos. Covid no se niega, se combate. ¡Pido a toda la política que se aleje de esta locura!”
ESO ES ASI Y NO HAY CULPABLES PERO ARUINAN AL MUNDO Y MATAN A PERSONAS
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