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sábado, 20 de junio de 2020

LO FORENSES ADVIERTEN AL GOBIERNO QUE CONTARON MAL LOS MUERTOS

El ministro Salvador Illa explica ayer la curva de fallecidos en España

Los forenses advierten al Gobierno de que las cifras no cuadran y que nunca se sabrá cuántos murieron por Covid

Sanidad eleva a 28.315 el listado de «muertes reales» por Covid-19 después de dar 12 días de plazo a las regiones para actualizar sus bases de datos.

El número de vidas que se cobró la epidemia del Covid-19 corre el riesgo de quedar oculto para siempre. Después de doce días con la cifra congelada para dar tiempo a las comunidades autónomas a actualizar sus datos, el Ministerio de Sanidad reveló ayer que el total de fallecidos por SARS-CoV-2 era, hasta este viernes, de 28.315 personas. La cifra supone 1.179 muertos más que el 7 de junio, cuando el cómputo de muertos se detuvo en 27.136.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, defendió ayer estas cifras como «las muertes reales» —al tratarse de casos confirmados por una prueba PCR—. Aseguró, además, que la diferencia de más de 14.000 muertos con el Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo) es que aún se desconocen las causas que provocaron la muerte de muchas personas durante esta pandemia.

«Muchas causas de muerte»

Entre esas posibles causas, Simón citó «la muerte provocada por otras enfermedades graves de personas que no acudieron por miedo al hospital; casos sospechosos de Covid-19 no confirmados y que pudieron haber muerto por el virus o por otra cosa, o casos compatibles con SARS-CoV-2, pero sin diagnóstico». «Es posible que una parte no desdeñable de esa estadística del MoMo sean muertes por Covid-19, pero no lo sabremos hasta que no se hayan revisado todos los certificados de defunción», dijo.
En una rueda de prensa telemática junto al ministro de Sanidad, Salvador Illa, el epidemiólogo explicó que el certificado de defunción contiene una notificación administrativa que va a los Registros Civiles para poder enterrar al fallecido, pero tiene otra parte que es la médica y que permite conocer la causa de defunción. «Para que esa identificación de la causa de muerte quede registrada como definitiva puede llevar entre 9 y 12 meses –emplazó–. Esos datos quedan luego registrados en el INE, pero le llevará al menos un año». La explicación no convenció ayer a los forenses.
José Cabrera, psiquiatra forense y médico del Registro Civil, anuló la versión de Simón, al explicar que cuando llega un documento incompleto o incorrecto al Registro Civil, el médico del registro lo «devuelve» al facultativo de cabecera o firmante del certificado para su modificación. No hay plazo alguno fijado en la ley de Policía Mortuoria y Sanitaria ni en los reglamentos para rectificar un error en el certificado de defunción siempre y cuando se justifique documentalmente, dice Cabrera. Existe un modelo a rellenar para tal rectificación. Pero tanto para este médico como para los psiquiatras forenses consultados por ABC (algunos de los cuales no han querido especificar su nombre por «estar politizándose los muertos») señalan que no se va a poder saber el volumen real de muertos.

Orden de cremar

No hay que olvidar de que los cadáveres (un 75% durante la pandemia), según Juan Antonio Alguacil, presidente de Aesprof (Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios) se cremaron tras una instrucción de Sanidad. ¿Y cómo modificar una causa fundamental de muerte con un cadáver cremado? A los cuerpos que forenses y geriatras encontraron en residencias, domicilios y también en hospitales no se les tomaron muestras para una autopsia judicial posterior, y los registros «nunca reflejarán aquellos muertos por una causa principal cualesquiera (como un ictus o un cáncer) y la intermedia (sospecha de Covid) cuando dichas personas tuvieran la sintomatología propia de la enfermedad, pero no se les practicase una PCR». La única forma que se sabría cuántos muertos tenían Covid sería «que el Gobierno sacara un decreto dando por Covid a todos los casos donde el médico rubricó que había sospechas de Covid, o era un posible Covid», señala Cabrera, algo «improbable». «Nadie tomó muestras. Lo lógico es que se hubiera hecho PCR a todos los cadáveres. ¿Alguien cree que cuando llegaba un médico a un domicilio, que no va ni siquiera con una nevera, puede tomar muestras y darlas a analizar? Esos ancianos que murieron solos y están cremados nunca figurarán en las listas», dice otro forense.
«Están distrayendo la atención», añade. Los organismos oficiales, basados en el único que recoge todas las licencias de defunción, que son los registros civiles, y en consecuencia el MoMo y el INE, computan por encima de 43.000 los fallecidos. Ese es el dato del que se fían los forenses. Para ellos, la razón por la que Simón asume que habría 14.000 muertos más y emplazar a un periodo de un año es «tranquilizar» a la población, diciendo: «Vamos modificando, nos damos un plazo para reajustar y las cifras cuadrarán». No lo harán, apelan.
Expertos en Medicina forense que asesoran al grupo funerario Mémora aseguran a este diario que «algunos hospitales sí guardaron muestras biológicas de pacientes-Covid, también de los que han acabado falleciendo con un cuadro compatible, por lo que en estos casos sí será posible confirmar tras la defunción con una prueba serológica si el SARS-CoV-2 fue la causa del fallecimiento o solo formaba parte de la sintomatología asociada».
Si se confirma que murió por coronavirus, aclaran, «no sería posible realizar un nuevo certificado de defunción porque la muerte está inscrita en el Registro Civil, pero sí constaría como muerte por Covid-19 en las estadísticas oficiales». Esas pruebas solo se disponen de algunos pacientes hospitalizados, ya que «a los que han fallecido en residencias o en su casa no se les han extraído muestras de sangre».
POR LA MAL GESTIÓN DEL GOBIERNO Y OCULTACIONDE LA REALIDAD DE MUERTOS

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