El miedo al contagio vacía las urgencias, que caen un 75 por ciento durante la pandemia
Se han registrado un 40 por ciento menos de códigos ictus y de infarto durante la emergencia.
La emergencia sanitaria causada por el coronavirus ha dejado en los hospitales españoles dos impactantes fotografías: la de las UCI desbordadas de pacientes con Covid-19 y la de las salas de urgencias convencionales prácticamente vacías. Según los datos que maneja la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), durante las primeras semanas de confinamiento y sobre todo a comienzos de abril las urgencias no-Covid cayeron, en cifras globales, un 75 por ciento con respecto al mismo período de 2019.
También se registraron muchos menos códigos ictus (procedimiento de actuación que se pone en marcha al detectarse alguno de los signos o síntomas propios de un ictus) y de infarto. Cayeron un 40 por ciento, descenso que preocupa a los expertos por las posibles consecuencias que pueda tener en la salud actual y futura de los ciudadanos.
Los urgenciólogos atribuyen principalmente este descenso de actividad al miedo al contagio, aunque también contemplan otras posibles causas: la concienciación de los ciudadanos de no abusar de estos servicios en momentos de crisis o el hecho de que el propio confinamiento haya evitado accidentes relacionados con la movilidad o la práctica de ejercicio físico.
«Miedo atroz al contagio»
«Ha habido y sigue habiendo un miedo atroz a ser contagiado en un hospital. Se debe hacer entender a la población que los hospitales son espacios seguros. Eso no significa en absoluto que alentemos a que se abuse de las urgencias», asegura en declaraciones a ABC el presidente de la SEMES, Juan González Armengol. «Al margen de esta reducción de las urgencias también hemos visto que algunas personas llegaban al hospital con cuadros clínicos muy avanzados y eso es alarmante. No puede ser que ante indicios de una enfermedad grave la gente opte por quedarse en casa y resistir», advierte.
Otro registro que intranquiliza a los especialistas es la caída de las intervenciones para reparar el estrechamiento de la arteria aorta (coartación aórtica). «Han descendido un 80 por ciento durante estos meses y en algunos casos sabemos que no realizar esta operación puede derivar en una muerte súbita», dice el responsable de la SEMES y alerta sobre los efectos a corto y más largo plazo que podrían tener estas intervenciones que no se han realizado, ya sea por el miedo de los ciudadanos a pisar los hospitales, o por la actividad asistencial (operaciones y pruebas diagnósticas) que ha tenido que postergarse por la pandemia.
En Cataluña, también se ha acusado un descenso importante de las urgencias convencionales durante la pandemia, según reconoce en declaraciones a ABC Ignasi Bardés, adjunto a la dirección del área asistencial del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut). Lo más singnificativo ha sido, según explica, «la caída de los códigos por politraumatismo (en la segunda quincena de marzo bajaron un 90 por ciento)», aunque los de ictus y de infarto también han descendido (un 10 por ciento). Bardés señala la no exposición al ejercicio y a prácticas de riesgo por el confinamiento como una posible explicación, aunque reconoce que «el temor a ser infectado al ir al hospital también ha influido».
Antoni Castells, director médico del Hospital Clínic de Barcelona, centro de referencia durante la epidemia, ratifica también la caída de las urgencias no Covid durante estos meses. «Hemos visto muchas menos urgencias convencionales y también pacientes con enfermedades más avanzadas», reconoce en declaraciones a este medio.
La tardanda en acudir al hospital ha comportado, según explica, incluso dos muertes en el centro. «Se trata de dos pacientes con leucemia no diagnosticada que cuando llegaron estaban muy deteriorados y no pudimos hacer nada para salvarles la vida», afirma Castells. Reporta, asimismo, el caso de un enfermo de diabetes que ingresó tarde y con un coma diabético. En el centro barcelonés también se han activado, según reconoce Castells, menos códigos ictus y de infarto. El especialista recuerda que los hospitales «son espacios seguros pese a la persistencia de la infección».
En el ámbito pediátrico las urgencias convencionales han tenido una caída similar a la de las urgencias generales. Según datos de la Asociación Española de Pediatría. «Descendieron un 75 por ciento desde que se decretó el estado de alarma»,señala en declaraciones a este diario el doctor Javier Benito, presidente de la AEP. «Al comienzo de la epidemia veíamos también casos más avanzados de algunas enfermedades como la apendicitis o la cetoacidosis diabética», concluye Benito.
PARA QUE NO SE QUEJEN LOS SANITARIOS.
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