La Eurocámara rechaza al embajador propuesto por Trump para la UE.
Los grupos popular y socialista critican que haya propuesto a un antieuropeísta como representante ante Bruselas.
Europa eleva el tono definitivamente contra Estados Unidos, aunque entre los socios cunde una mezcla de miedo y ansiedad que se traduce en las ya tradicionales diferencias acerca de la respuesta más adecuada que debe dar la Unión. Los grupos políticos de la Eurocámara han cerrado filas y han disparado este miércoles contra las decisiones más controvertidas del nuevo presidente de EE UU, Donald Trump, como el veto a los refugiados e inmigrantes. La Eurocámara ha vetado al futuro embajador estadounidense ante la UE, el profesor Ted Malloch. Europa quiere hacer de ese nombramiento, que aún no se ha producido, una batalla diplomática de alto voltaje político por el antieuropeísmo declarado de Malloch.
Los grandes grupos de la Eurocámara, incluidos populares y socialdemócratas, han mostrado su rechazo a la posibilidad de que Trump nombre a Malloch como embajador de EEUU ante la Unión Europea (UE), aunque esa resolución no se votará hasta el próximo pleno. Aun así, las andanadas verbales han sido continuas: "Si Washington nombrara a Malloch debería ser declarado persona non grata", ha dicho el líder de los socialdemócratas, Gianni Pittella. El líder del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, ha señalado que la UE "no puede acreditar a alguien como Malloch, que dice que el euro está en su recta final, que el Brexit es solo el principio del fin. Es imposible colaborar con alguien así".
Y sin embargo la designación de Malloch encaja a la perfección en la lógica teatral de la nueva Administración norteamericana. El secretario de Comercio de Trump, Wilbur Ross, está en contra de los acuerdos comerciales internacionales. El encargado de dirigir la agencia de protección del medio ambiente, Scott Pruit, niega el cambio climático. Betsy DeVos, la elegida para Educación, siempre ha manifestado su deseo de acabar con la red de escuelas públicas y convertirlas en privadas financiadas con vales del Estado. Rex Tillerson, ex número uno de ExxonMobil —la mayor petrolera del mundo, con grandes intereses en Rusia— será secretario de Estado, una de las posiciones más importantes del Gobierno estadounidense. Y así ad infinítum: a la luz de esa retahíla de nombres --y hay muchos más--, tiene sentido que el hombre designado para ocupar la embajada de Estados Unidos ante la Unión Europea crea que en un futuro próximo ni siquiera va a haber Unión Europea. “El euro puede colapsar en un año o año y medio”, dijo recientemente en la BBC, “y no estoy seguro de que la haya Unión Europea para negociar un acuerdo comercial”, dijo.
Tanto Weber como su homólogo de los socialdemócratas, Gianni Pittella, coincidieron en reclamar a la primera ministra del Reino Unido, la conservadora Theresa May, que no siga "la senda de egoísmo" de Trump de forma que el Brexit se convierta en "un caballo de Troya para destruir la Unión Europea". Pittella fue más allá al pedir a los gobiernos de la UE que se comprometan a no invitar a Trump a suelo comunitario hasta que no cambie su postura de hostilidad a la Unión Europea.
Pero la unanimidad en sede parlamentaria es menos evidente entre otras instituciones y entre los socios. La amenaza de Trump ha puesto a Europa en guardia, y hay acuerdo de fondo, pero ni mucho menos en las formas. "Encontrar un denominador común no va a ser nada sencillo: el presidente del Consejo, Donald Tusk, pone el peligro de Trump a la altura del ISIS o Rusia, mientras que el jefe de la Comisión, Jean-Claude Juncker, aún no ha salido a la palestra y su equipo muestra un mensaje más conciliador. Francia ha sido muy dura, pero Angela Merkel ha estado más comedida; más reactiva", explican fuentes diplomáticas.
En el debate, introducido en la agenda como punto extraordinario, la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, confirmó que el veto de entrada en EEUU a los refugiados no afecta a aquellos ciudadanos europeos con doble nacionalidad de alguno de los países afectados con mayoría musulmana.
Así lo habría aclarado el Departamento de Estado de EEUU a la vicepresidenta de la Comisión Europea, que señaló que el hecho de que no afecte a europeos "no cambia la postura europea" respecto a las medidas.
"Hemos ya dejado clara la opinión de la Unión Europea. A nadie se le puede privar de sus derechos por su lugar nacimiento, etnia o religión. Eso está escrito en nuestras constituciones de EEUU y la UE", añadió.
Mogherini se lamentó ante los eurodiputados de que la orden ejecutiva de Trump se dictara el año de rememoración del Holocausto, una fecha "para conmemorar a los que huyen de la persecución y reprobar la discriminación".
La jefa de la diplomacia europea dejó claro que la UE "no devolverá a nadie que tenga derecho a protección" internacional, pues "sería inmoral, injusto e ilegal".
Mogherini apuntó que, aunque en el pasado EEUU haya sido siempre la tierra de las oportunidades y la esperanza, ahora Europa "es el punto de referencia que el mundo necesita ver".
"Los europeos deben creer en sí mismos igual que desde fuera creen en nosotros", señaló la jefa de la diplomacia europea sobre el papel de la UE como última esperanza de la defensa de los derechos humanos y la cooperación internacional.
Los únicos "aliados" de Trump en el debate extraordinario en la Eurocámara fueron los grupos parlamentarios que lideran los euroescépticos Nigel Farage (Europa de la Libertad y la Democracia Directa) y Marine Le Pen (Europa de las Naciones y la Libertad), que defendieron que el nuevo presidente de EEUU cumpla sus promesas electorales y cierre sus fronteras por la seguridad nacional.
"A ustedes les irrita Trump porque es alguien que ha ganado unas elecciones democráticamente y que cumple sus promesas. Es una verdadera democracia que no tenemos aquí", ironizó el eurófobo Farage, quien dijo que sus colegas adolecen de "antiamericanismo".
Ayer martes el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, calificó de "preocupantes" las declaraciones del nuevo Gobierno estadounidense de Donald Trump y consideró que, sumado a otros factores, contribuye a hacer el futuro "impredecible".
En la carta de invitación dirigida a los líderes de los 27 países de la Unión Europea (salvo Reino Unido) de cara a la cumbre informal del 3 de febrero en Malta, Tusk advierte además de que el cambio en Washington "pone a la UE en una situación difícil".
TRUMP NO TIENE MIEDO A NADIE Y A LA LARGA SE VA CONSOLIDAR,LO QUE NO SE SABE ES SI SERÁ BENEFICIOSO PARA LOS AMERICANOS, PARA EL RESTO DEL MUNDO, NO.
ESTAMOS EN UN PROCESO DE DESGLOBALIZACIÒN Y SE VA EXTENDER POR EUROPA Y TODOS LOS PAISE DEL MUNDO, AHORA TOCA ESTE CAMBIO DE CICLO ECONÓMICO Y TODO FUE MOTIVADO POR LA DESIGUALDAD DE RICOS Y POBRES A CAUSA DE LA GLOBALIZACIÓN DEL NEOCAPITALISMO,ESO ES TODO.
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